sábado, 14 de marzo de 2020

Un Demiurgo Oscuro, no creó al mundo.


Hace poco, yo estaba pensando en la doctrina gnóstica del Demiurgo Oscuro Yaldabaoth. Es una doctrina que no me cerraba para nada, pues solo una entidad muy poderosa y muy cercana a Dios, puede crear un universo, y vivir eternamente. El Demiurgo gnóstico, no encajaba con eso, pues a pesar de vivir más tiempo que los humanos, no se habría reformado ni evolucionado, además de ser demasiado poderoso, para no estar cerca del Dios Verdadero. Por lo tanto, descarté esa idea.
Con el tiempo, me di cuenta que Satán, era un ángel de tentación, que era destructivo, por la misión que Yahvéh-Dios le encomendó, y de esa forma incorporé, la idea de que es posible que los ángeles inmortales, hiciesen lo destructivo.
Por lo tanto, al repensar la idea del Demiurgo Gnóstico, llegué a la conclusión lógica, de que el Demiurgo Oscuro, Yaldabaoth, quizás era un ángel creador del mal, como una misión divina, que el Padre le encomendó, para acelerar la evolución de los espíritus. No es exactamente, lo que decían los antiguos gnósticos, pero todo encajaría bastante. Si creo en Satán, ¿por qué no creer en Yaldabaoth? Allí, mi doctrina personal, encajaría más con el gnosticismo antiguo.
Sin embargo, cuando veo el agua clara de los manantiales, la belleza del sol y de la luna, la hermosura de las praderas, y todo lo bueno que hay en el mundo, me es difícil concebir, que un Dios Demonio, creó todo ello. Por eso, para mí, Yaldabaoth es Satán, y no creó el mundo material, sino que solo lo oscureció, como parte de su misión divina.
Yahvéh-Dios, bueno internamente, y dual, bueno y malo externamente, creó todo el universo, con la dualidad de bien y mal, para impulsar la evolución de los seres espirituales, que son extensión de él, para experimentar la limitación. Ésta idea me cierra mucho más, por intuición, que la idea de un Demiurgo Oscuro o de un Creador Oscuro.
Dios Padre, Yahvéh, crea todas las cosas, a través del Verbo, Fanes, y en unión al Espíritu Santo, Sofía. Luego una chispa de luz de Fanes, llamada Jesús, bajó a la tierra, para traer luz al ser humano, reflejando al Padre.
Y Yahvéh-Dios, el Padre, la Idea del Bien, impulsó a Fanes, el Verbo Creador, a copiar los arquetipos perfectos del mundo de las ideas, con la materia suministrada por Sofía, para crear el mundo sensible, del Cielo y la Tierra. Y Fanes creó, porque eso era bueno, para que los espíritus emanados de Dios, pudiesen evolucionar.
Un Creador Luminoso, creó al Mundo, y ese Creador Luminoso, es Dios Padre, Yahvéh-Dios, a través del Verbo, y en unión al Espíritu Santo. Esa es mi conclusión, y esa es la razón, por la cual, yo no creo, en el Demiurgo Oscuro, en forma semejante a los Gnósticos Cristianos Antiguos.
Satanás, imita ponzoñosamente a Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y crea cosas pervertidas y mentirosas, para ocultar la luz de Dios, a los seres humanos.
Así como Yahvéh-Dios, se manifiesta, como la Santa Tríada del Bien, formada por el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, Satanás, se manifiesta como la Tríada del Mal, formada por Satanás, Rey de los Demonios, que ocupa la posición de Padre, usurpando el título de Lucifer o Portador de Luz, que le corresponde a Cristo. Belcebú, es el aspecto de Satanás como el Hijo, y el Príncipe de los Demonios, y Astarot, es el aspecto de Satanás, como el Espíritu Maligno, y Gran Duque del Infierno. Al hacer esto, Satanás, pervierte el culto a Baal Tsebal, el Señor de la Gran Morada, con Belcebú, el Señor de las Moscas, y pervierte el culto a Ashtart, Astoret, o Astarté, La Gran Estrella, con el Culto a Astarot, las Estrellas, pero en maldad.
Así como Yahvéh-Dios, creó los 365 cielos de realidad, siendo el cielo 365 el plano astral y el plano físico, Satanás Yaldabaoth, creó los 72 cielos de ilusión, en un sector del plano astral, para oscurecer más el plano físico, y el plano astral, y por lo tanto, para oscurecer, la visión espiritual, del ser humano.
Y el Maestro Jesús de Nazaret, es una chispa de luz, del Divino Fanes, que desciende a la Tierra, para reflejar al Padre, y traer la luz del Padre, a quien lo invoque. El Maestro Cristo-Jesús, cumple la misma función que el Divino Verbo Fanes, y representa al Verbo Fanes, pero en una vibración energética menor, para que sea más fácil trabajar con él.
Así como quien habla con el Señor Fanes o con la Señora Sofía, habla con Yahvéh-Dios, pues los tres son uno, de la misma forma, quien habla con Cristo-Jesús, habla con el Padre, con el Hijo, y con el Espíritu Santo, pues el Maestro Jesús, es uno con su Cristo-Interno, y es uno con la Santa Tríada de, El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, de forma especial, pues ha sido elegido por Yahvéh-Dios, para cumplir esa misión, para la Tierra.
Cristo-Jesús es el Verdadero Lucifer, que trae la luz del conocimiento unitivo, y que oponiéndose a Satanás Yaldabaoth, que es el amo de éste mundo, fue crucificado, pero que aun así, venció, y resucitó de entre los muertos, pasando de la muerte o estado espiritual dormido, a la vida o estado espiritual despierto. En Cristo-Jesús, todas las cosas son hechas nuevas, de la misma forma en que en el Cristo-Interno del Devoto, iniciado en el conocimiento unitivo, todas las cosas son hechas nuevas. Además, el Maestro Jesús aprovechó su sacrificio en la cruz, como ofrenda a Yahvéh-Dios, para bajar más luz, a los bajos planos de oscuridad. Realmente, para el Cristianismo Interno, que yo practico, muchos ángeles pueden cumplir la misma función que el Maestro Jesús, reflejando al Padre, pero el Maestro Jesús, recibe ayuda extra de la Santa Tríada, para cumplir esa función, de reflejar al Padre, de mejor forma que otros ángeles, aunque el Maestro Jesús, no refleja al Padre, mejor que Fanes, Sofía, o el propio Cristo-Interno Individual, claro está. Cuando le hables a Cristo-Jesús, habla con él, en parte, como a un santo o alma liberada muy especial, pero en parte, como al propio Señor Fanes, pues Jesús es ambas cosas, al cumplir ambas funciones. Así como Fanes es el Ángel del Señor, que refleja y representa a Yahvéh-Dios, de la misma forma, Jesús es un ángel, que refleja y representa, de forma especial, al Señor Fanes, y por lo tanto, también refleja y representa a Yahvéh-Dios.
El Señor Fanes, es el Logos o la Palabra Creadora de Dios, para nuestro Universo, y él es Dios, para nuestro universo, pues él lo creó, por orden de Yahvéh-Dios. De hecho el Señor Fanes, es el Yahvéh Menor, así como Jelkerá-Dios, Yahvéh-Primero-Original, o El Elión, es el Yahvéh Mayor.
Por eso, el cristiano interno, puede usar el mantra Alabado Yahvéh y Fanes, (diciendo, “Alabado Yahvéh, Alabado Yahvéh, Yahvéh Yahvéh, Alabado Alabado. Alabado Fanes, Alabado Fanes, Fanes Fanes, Alabado Alabado.) Y también puede decir, el Mantra Alabado Yahvéh y Jesús, (diciendo, “Alabado Yahvéh, Alabado Yahvéh, Yahvéh Yahvéh, Alabado Alabado. Alabado Jesús, Alabado Jesús, Jesús Jesús, Alabado Alabado.) Y casi puede decir ambos mantras, de forma indistinta, pues ambos mantras, invocan al Padre-Madre-Mente, y al Cristo-Interno Individual. De ésta forma, se avanza espiritualmente, y se crece, en la benevolencia gratuita, de Yahvéh-Dios.

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