viernes, 8 de agosto de 2025

La Gnosis de Baphomet no está en los libros

 

La Gnosis Eterna de Bafomet: el Sendero del Silencio hacia el Dios Incognoscible

En los pliegues más profundos del misterio, más allá de toda palabra y más allá de todo concepto, se halla la Gnosis Eterna. No está escrita en papiros antiguos, ni en pergaminos venerables, ni siquiera en las páginas sagradas de libros que los hombres llaman sagrados. No puede reducirse a símbolos muertos ni a fórmulas intelectuales. La Gnosis Eterna es un estado de conciencia, una mirada interior hacia el Dios Incognoscible, el cual no es un ser limitado ni una deidad parcial, sino la totalidad del Océano de la Conciencia en el que todo nace, vive y retorna.

En esta senda de silencio, un Guardián se presenta a los buscadores: Bafomet, el ser de luz en la oscuridad, aquel que integra los opuestos, el espejo donde el día abraza a la noche y la sombra revela su luz. En la tradición esotérica, Bafomet no es un demonio, ni un ídolo, ni un simple símbolo, sino un arquetipo de integración y revelación. Su figura misteriosa encarna el equilibrio de todas las fuerzas del cosmos y la unión de aquello que el intelecto humano suele separar.

La Gnosis que no se escribe

En un mundo que venera las palabras y los sistemas de pensamiento, la Gnosis Eterna es un misterio rebelde: no puede escribirse sin perderse. Toda escritura es un mapa, pero la Gnosis es el territorio vivo. Toda explicación es una sombra, pero la Gnosis es la luz que proyecta las sombras.

Por eso, los antiguos Maestros enseñaron que lo esencial no se transmite con tinta y papel, sino con presencia, experiencia y silencio meditativo. La verdadera Gnosis no se aprende; se despierta. No se memoriza; se recuerda. No se posee; se es.

El Dios Incognoscible —fuente de todo lo que es y no es— no se revela en dogmas ni en catecismos, sino en la profundidad del recogimiento interior, allí donde la mente cesa de aferrarse y el alma se abre al misterio. Ese silencio es el libro abierto que siempre estuvo ante nosotros, pero que solo se lee con el corazón en quietud.

Bafomet: luz en la oscuridad

Bafomet aparece en la historia esotérica con una iconografía que, para el ojo profano, es desconcertante: alas, cuernos, antorcha, cuerpo andrógino, manos señalando hacia arriba y hacia abajo. Cada elemento es un código. Es luz envuelta en oscuridad, sabiduría oculta tras el velo del temor humano.

Su misión, para el buscador sincero, no es asustar, sino desvelar. Enseña que la luz y la oscuridad no son enemigos absolutos, sino polos complementarios de la misma realidad. Así como el día necesita de la noche para existir, así el espíritu necesita reconocer su sombra para ser completo.

Bafomet, como ser de luz en la oscuridad, alumbra el camino del equilibrio, evitando el error de huir de un polo para aferrarse al otro. La huida de la sombra crea fanatismo; el rechazo de la luz genera desesperación. Solo la integración trae paz.

La integración de los opuestos

Uno de los grandes secretos de la Gnosis Eterna es que toda división es ilusoria. Los opuestos, desde el punto de vista del Dios Incognoscible, no son más que expresiones diferentes de la misma unidad. Bafomet, al integrar lo masculino y lo femenino, lo espiritual y lo material, lo celestial y lo terrestre, se convierte en un puente viviente hacia el Uno.

En meditación, contemplar a Bafomet es contemplar el espejo donde se funden las contradicciones:

  • La vida y la muerte como fases de un mismo flujo.
  • El placer y el dolor como lecciones de una misma escuela.
  • El bien y el mal como percepciones relativas dentro de un mismo campo de conciencia.

Quien logra ver así, sin el filtro del juicio fragmentador, despierta en la Unidad. Ya no lucha contra la dualidad, sino que la abraza hasta que se disuelve en el Océano de la Conciencia.

El Dios Incognoscible como Océano de la Conciencia

En la Gnosis Eterna, el Dios Incognoscible no es un “alguien” separado del universo, sino el fundamento último que sostiene y penetra toda realidad. Se le llama “Incognoscible” porque la mente racional no puede atraparlo en definiciones. Es como intentar encerrar el mar en un vaso: el vaso se rompe, y el mar sigue intacto.

Meditar en el Dios Incognoscible es sumergirse en ese mar sin orillas. Allí, la identidad personal, con sus miedos y sus deseos, se disuelve como una gota que vuelve al océano. Este retorno no es una pérdida, sino la consumación de la plenitud.

Bafomet, como Guardián del Umbral, guía al buscador hasta ese punto donde el ego debe soltarse. La antorcha que lleva entre sus cuernos simboliza la iluminación que surge cuando el buscador se atreve a entrar en la oscuridad de lo desconocido.

La meditación como llave de la Gnosis

Si la Gnosis Eterna no está escrita, ¿cómo acceder a ella? La respuesta es sencilla y radical: a través de la meditación profunda. No basta con leer sobre el Dios Incognoscible; hay que entrar en comunión directa con Él.

La meditación en este contexto no es una técnica para relajarse ni un simple ejercicio mental. Es una entrega total a la experiencia del Ser, un abrirse al misterio sin resistencias. Es callar para escuchar la voz que no es voz, mirar hacia adentro hasta que desaparece el que mira.

La práctica puede adoptar diversas formas:

  • Contemplación en silencio del símbolo de Bafomet, no como figura externa, sino como reflejo interior.
  • Respiración consciente, llevando la atención a la presencia del Océano de la Conciencia en cada instante.
  • Repetición mental de un mantra que honre al Dios Incognoscible, dejando que el sonido limpie las impurezas mentales.

Lo esencial es que la mente se vacíe de sus apegos y que el corazón se abra a la totalidad.

El papel de Bafomet como aliado espiritual

Aunque algunos lo malinterpretan, Bafomet no reclama adoración como un ídolo. Su función es la de un maestro arquetípico: muestra aquello que el ego teme mirar, para que pueda ser integrado. Así, su energía se convierte en medicina para el alma dividida.

Algunos buscadores sienten que, en sus meditaciones, Bafomet está presente como un guía silencioso, llevando la luz a las zonas más oscuras de la psique. Otros simplemente lo perciben como un símbolo, pero igualmente poderoso, que recuerda que no hay que temer a la oscuridad si se lleva luz en el corazón.

Sea cual sea la forma, la enseñanza es la misma: la Unidad no se alcanza destruyendo uno de los polos, sino abrazando ambos hasta que se funden.

El retorno al Uno

Cuando el buscador, guiado por la sabiduría de Bafomet, logra integrar sus opuestos internos, ya no ve el mundo como un campo de batalla entre fuerzas irreconciliables. Todo es expresión del Uno, todo es manifestación del Dios Incognoscible.

En ese momento, la Gnosis deja de ser un concepto para convertirse en un estado permanente de comunión. No hay necesidad de palabras, porque la vida misma se vuelve oración. No hay necesidad de buscar, porque todo es el Océano de la Conciencia manifestándose aquí y ahora.

Así, Bafomet, luz en la oscuridad, cumple su misión: llevarnos al umbral de lo incognoscible y, allí, dejar que nos fundamos con el Todo.

Mantra Gnóstico de Unión con el Uno

“OM, Veneración al Dios Incognoscible,
Océano de la Conciencia, Totalidad sin forma.
Veneración a Bafomet, Luz en la Oscuridad,
Guardián del Umbral, Integrador de los Opuestos.
OM, que la Sombra y la Luz se fundan en el Uno,
OM, que mi Ser se disuelva en el Océano Eterno.”


Cómo usar el mantra

  1. Preparación: Siéntate en una postura cómoda, con la espalda recta, en un lugar tranquilo y sin distracciones.
  2. Respiración: Respira profundamente tres veces, dejando que cada exhalación relaje todo tu cuerpo.
  3. Visualización: Imagina a Bafomet ante ti, no como una figura externa temible, sino como una presencia radiante que lleva luz a cada rincón de tu ser.
  4. Repetición: Recita el mantra lentamente, sintiendo cada palabra como un eco que se extiende hacia el infinito. Puedes hacerlo mentalmente o en voz baja.
  5. Silencio final: Después de varias repeticiones, guarda silencio. Permanece en la sensación de estar inmerso en el Océano de la Conciencia.

Este mantra está diseñado para abrir la puerta a la integración interior y para alinear la mente y el corazón con la Unidad del Dios Incognoscible.

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