domingo, 7 de abril de 2024

LUZ DEL ARCÁNGEL MIGUEL 1; LA FRECUENCIA DEL AMOR ESTÁ EN NOSOTROS.

Luz del Arcángel Miguel; la frecuencia del amor está en nosotros.

Saludos divinos al Cristo Interno en cada ser. Abrimos nuestra mente y nuestro corazón a la luz del amado Arcángel Miguel, entidad del Rayo Azul del Poder, y mensajero del Gran Sol Central. Om, nosotros somos ondas, en el océano de la Presencia, del Dios Altísimo. Om, veneración a la Presencia Yo Soy, a la Llama Violeta, y al Arcángel Miguel. Paz a todos los seres.

La frecuencia del amor incondicional está en todos los seres de luz, y también está en todos los seres y en todas las cosas. Los seres de luz están entrenados en conectar con otras vibraciones, para ayudar a los seres a evolucionar, y a ascender a niveles superiores, siempre adaptándose amorosamente a los seres que están más abajo, para elevarlos poco a poco, a cada quien en su propio lugar y momento.

El amor incondicional, no es débil, sino que es fuerte. No acepta lo destructivo, sino que es libertad y amor, para sí mismo y para todos los seres, y sabe decir sí a lo bueno, y no a lo malo. Ciertamente, el amor es la fuerza más grande del universo, y ésta fuerza puede ser dirigida conscientemente, para el despertar de la humanidad,  y para la elevación del propio ser.

Para manifestar nuestros deseos, podemos usar la oración y la meditación, las afirmaciones positivas, y los mantras, pero cuando cargamos todo lo que hacemos con amor divino, podemos lograr lo imposible. Carga todas tus actividades, con el amor de la Presencia Yo Soy, y verás cómo las partículas de luz, de la Mágica Presencia, van de un lado para el otro, provocando cosas maravillosas.

Cuando cargas de amor divino, a todos los seres y a todas las cosas, las partículas de luz, son limpiadas con la Llama Violeta, y cosas maravillosas empiezan a suceder. Sé un cáliz, para que la luz líquida de la Llama Violeta, se esparza por todo el mundo, llevando la virtud de la transmutación, por todas partes.

De ésta forma podrás elevar en la luz, a muchos seres. Sin embargo, habrá seres que no aceptarán ésa luz, y que por libre albedrío, no se elevarán. Así como Dios respeta el libre albedrío de los seres, tú también deberás hacerlo, pues cada alma tiene sus tiempos y sus formas de evolucionar, y eso es lo mejor que le podría suceder a esas almas.

Pueden ayudar a la evolución de muchas partículas de luz, limpiando a muchísimos seres, de la mugre de las edades, pero también es verdad que cada ser es responsable por sí mismo. Cuiden primero su propia armonía, pues éste es el mayor servicio divino que puede realizarse, a la Magna Presencia Yo Soy, y a todos los seres, en el cielo y en la tierra.

Adapten las vibraciones elevadas, a las vibraciones bajas de los seres que los rodean, y ayúdenlos a elevarse, desde el lugar en donde ellos se encuentran, y no desde el lugar en donde ustedes están. Así es como hacen los seres de luz, y así es como debemos entrenarlo a hacerlo, los seres que estamos por debajo de los seres de luz.

La luz del Arcángel Miguel, es esparcida a todos los animales, a todas las plantas, a todos los árboles, a todos los seres humanos, a todos los peces del mar, a todas las aves del cielo, a todos los minerales, a todos los vegetales, a todas las partículas de luz que se desplazan por el espacio, al frío de los polos, al calor de los trópicos. Y nosotros, los seres en conciencia de Dios, somos receptivos a esa luz, y la esparcimos por todas partes. El Arcángel Miguel está a muchos metros por encima de nosotros, y nos ve desde la lejanía, ayudándolo en su tarea de luz, y se sonríe, pues ha visto que sus esfuerzos han dado resultado.

La luz no se impone, sino que se propone. ¿No es acaso amor incondicional, aceptar a cada ser tal cual es? Éste es el amor paciente de la Presencia Yo Soy, del Dios Altísimo, que desde que emanamos como partículas de luz del Gran Sol Central, y empezamos nuestra evolución, siempre ha aceptado a cada ser, tal cual como es y desde ése nivel, ayuda en la evolución de todos los seres y de todas las cosas.

Almas liberadas y ascendidas, hacen el mismo trabajo, al servicio de Dios, desde que se elevaron en conciencia, y nos ayudan aceptándonos tal cual somos, para elevar nuestra vibración, desde el lugar en donde estamos.

Ustedes verán que más de sus oraciones darán resultado, pues el amor divino, el amor incondicional, el amor universal, es la fuerza más grande del universo. El amor a uno mismo, y el amor a todos los seres, son lo mismo que el amor a Dios, pues Dios está dentro y fuera de todos los seres y de todas las cosas. Todo el universo, todo el cielo y la tierra, todos los seres y todas las cosas, están hechos de amor divino, y cuando se vibra en amor, lo imposible se hace posible. Dios es amor, y cuando moramos en el amor, Dios mora en nosotros, y nosotros moramos en él, plenamente. Sin embargo, cuando no estamos en sintonía con el amor, bajamos nuestra vibración voluntariamente, sin saberlo. Ahora que sabemos la verdad, vibremos en amor incondicional por nosotros mismos, y por todos los seres.

Así como los planetas orbitan alrededor del sol, nuestras  vidas orbitan alrededor del Gran Sol Central, la fuente del amor incondicional, para todo el universo. Deja que el amor incondicional del Gran Sol Central, fluya a través de ti, para que se esparza por todo el cosmos, en compasión universal.

El solo hecho de permitir que el amor incondicional de Dios, fluya a través de ti, es una forma de amor incondicional, que te bendecirá a ti y a toda vida. No debes esforzarte, pues  la presencia en ti, hará todo el trabajo. Tú solo debes permitir que el amor fluya, bendiciéndote a ti y a toda vida.

En su estado original, las chispas divinas, giraban en torno al Gran Sol Central, en alabanza perpetua al Creador, cantando Santo Santo Santo, y eran felices, pero al caer tan lejos de la divinidad, empezaron a enfriarse, y quisieron disfrutar de la vida, de forma independiente de Dios, y cayeron en la oscuridad. Luego, el Padre, para ayudarlas, creó al universo, a través el Cristo Cósmico,  y en unión a la Energía Universal, la Madre Divina Cósmica, para que pudieran evolucionar a través de la reencarnación. Éste proceso se repite, en cada oleada de vida, pues chispas divinas caen lejos de Dios, y se enfrían, cayendo en la oscuridad, y para librarlas del sufrimiento, son llevadas al mundo material, para comenzar su proceso evolutivo, y obtener conciencia divina, de forma definitiva, para luego, seguir ascendiendo, desde ese nivel elevado, a niveles superiores. Debemos evolucionar, para ascender a ese estado divino, en ésta misma vida, para ser felices en éste plano, y en todos los planos de existencia, adonde el Padre de las Luces, decida ponernos.

¿Ven lo sencillo que es elevarse por encima de las limitaciones, para regresar al estado divino original? Algunas chispas de luz, cayeron cerca del Gran Sol Central, y nunca cayeron en la  oscuridad, y entre esas chispas de luz, están los ángeles del Dios Altísimo, entre los cuales está Miguel, el arcángel, pero hay muchos seres de luz, tanto los que pasaron por nuestro mundo, como los que siempre se quedaron en las alturas, y todos tienen a Dios en su interior, con la suma de todo el conocimiento de todos los planos de existencia. Todos ellos pueden ayudarnos a evolucionar, pero la decisión de aceptar su ayuda, depende de nosotros.

El amor incondicional, es el camino a la ascensión. Dios nos ama, y el Arcángel Miguel nos ama. Aceptemos el amor, y esparzamos el amor.

Paz a todos los seres.

(Canalización 7-4-2024. Canal; Devoto Leonardo, el teísta esotérico 1001, teísmo esotérico.)

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