En éste punto, quisiera hacer una reflexión sobre Jesús de Nazaret, el Cristo Planetario, y sobre su importancia en la fe jelkeriana, como una entidad espiritual muy importante.
Las Contracciones de Jesús, y la verdad sobre la Doctrina
Jelkeriana
¿Dios puede encarnar en la tierra? Sí, porque en el
fondo, todo es uno y todo es Dios, y por lo tanto, todos somos seres divinos,
con un alma inmortal, y con un Cristo-Interno.
Krishna, Buda, y Jesús, son tres seres míticos, que
representan la encarnación de Dios en la tierra, y el cómo los hombres, comunes
y corrientes, pueden despertar a su divinidad interna. No importa, si Krishna,
Buda, o Jesús, existieron o no existieron, y tampoco importa cuales fueron las
enseñanzas, de éstos hombres, pues si vivieron, fueron hombres comunes y
corrientes, y no tenían nada especial. Lo que importa, es el mito del Dios
Hombre, Hijo de Dios, que hace milagros, que muere y resucita, y que asciende
al cielo, siendo el mito de Jesús, el que lo representa de forma más completa.
Jesús es Hijo de Dios y de una virgen, siendo concebido
por el Espíritu Santo. Jesús nace de una virgen, luego a la edad de 30 años,
recibe al espíritu santo, cuando es bautizado en un río, luego empieza a
predicar la verdad espiritual, y lo hace por tres años, haciendo milagros y
enfrentando a las autoridades que gobiernan éste mundo, las cuales están debajo
de la autoridad del Diablo, Falso Dios de éste mundo. Los milagros de Jesús,
incluyen sanaciones haciendo que los cojos anden, que los ciegos vean, que los
leprosos sean limpios, y que los muertos resuciten. En una ocasión, Jesús se
trasfigura, hablando con otros dos personajes fantásticos, asumiendo la forma
de un ser de luz, y luego vuelve a su forma humana. Luego, dice que lo
recuerden, comiendo pan en representación de su cuerpo, y bebiendo vino en
representación de su sangre. Luego, Jesús es capturado por las autoridades, y
se lo crucifica. Pero al tercer día, Jesús resucita de entre los muertos, y se
presenta a sus discípulos, estando con ellos por un tiempo, mientras asume
distintas formas, como una forma espiritual que no debe ser tocada, una forma
carnal que sí puede ser tocada, la forma de un hombre que los discípulos no
pueden reconocer, y la forma de una hombre que los discípulos sí pueden reconocer.
Luego asciende a los cielos, acompañado de unos ángeles. Y claro, algún día,
Jesús volverá, y todo estará mejor. Pero mientras tanto, las almas de los
buenos, van con Cristo al cielo, para gozar de dicha eterna, y las almas de los
malos, se van al infierno, para sufrir de tormento eterno.
Juan Bautista, que bautizó a Jesús en un río, en
realidad, es Elías, pues hay reencarnación del alma. Y Jesús, en la cruz, le
dice al buen ladrón, que se arrepiente de sus pecados, que en ése mismo día,
estará con Jesús en el cielo, pues más allá de la resurrección, hay vida
después de la muerte, pues el alma, en realidad, es inmortal.
Todo esto, desde el nacimiento de Jesús, hasta su regreso
triunfante en el final de los tiempos, es pura mitología, que simboliza el renacimiento
espiritual del creyente, cuando acepta su divinidad interna. El alma en el
ciclo de reencarnaciones, pasa por distintos renacimientos, materiales y
espirituales, hasta que finalmente asciende a la gloria divina, lo cual sucede,
en semilla, cuando el alma está encarnada en el cuerpo material, pero se
completa, luego de la muerte o desencarnación del alma, en un cuerpo de gloria,
en los cielos.
Pero lo del regreso de Jesús, también hay que
considerarlo, dentro del ciclo mitológico de la Biblia, debido a que al
principio de la creación, Yahvéh-Dios, convivía con Adán y Eva, en el Jardín
del Dios, que claro está, mitológicamente estaba en la tierra, pero luego, por
un pecado de Adán y Eva, Dios los expulsó del paraíso. Pero cuando Jesús
vuelva, volveremos a vivir en el paraíso perdido, y viviremos felices para
siempre, o quizás, solo hasta que Dios decida acabar con eso, y crear un nuevo
cielo y una nueva tierra.
Según algunas versiones del regreso de Jesús, al
regresar, Jesús, primero se llevará a los elegidos, en el rapto al cielo,
espiritualizando los cuerpos de los que estén vivos, y elevándolos al cielo, y
resucitando a los elegidos que estén muertos, y elevándolos al cielo, en un
cuerpo espiritualizado de gloria. Luego, de una gran tribulación, destruirá al
mal con sus ejércitos celestiales, y confinará al Diablo a estar encadenado por
mil años. Luego, durante los mil años de confinamiento del Diablo, gobernará
una nación específica de la tierra, la tierra por mil años, junto a sus
elegidos, que serán en cantidad, a doce veces doce multiplicado por mil, (lo
cual representa muchos tránsitos del sol por las doce constelaciones, es decir,
muchos años). Y finalmente, el diablo será desatado, y junto a las naciones
extranjeras, combatirán contra el pueblo elegido, pero Jesús y sus tropas, los
vencerán y los arrojarán a un lago de fuego y azufre, por toda la eternidad.
Luego, Yahvéh-Dios, que es Padre, Hijo, y Espíritu Santo, junto a Cristo-Jesús,
creará un nuevo cielo y una nueva tierra.
¿Y que hay de las enseñanzas de Jesús? Nada nuevo bajo el
sol, pues es lo mismo que Yahvéh-Dios, había mandado antes, ama a Yahvéh tu Dios
con todo tu corazón, y ama a tu prójimo como a ti mismo. Los demás, son
contradicciones, por ejemplo, debemos perdonar a nuestro prójimo, si luego de
hablar con él, éste se pone bueno, o si luego de llevarlo a los jefes de la
comunidad, se pone bueno, pero si aun así no hace caso, hay que expulsarlo de
nuestra vida, lo cual tiene algo de lógica. O bien, hay que hacer algo para
nada lógico, pues hay que perdonar siempre al prójimo, aunque no se lo merezca
y no deponga su mala actitud, y hay que darle la otra mejilla a los que nos
agreden. Mi prójimo es cualquier persona, aunque sea de otra nación y de otra
religión, pero por camino de gentiles, o por camino de gente de otra religión y
de otra nación, no predicareis mi doctrina, pero también haced todo lo
contrario, pues debéis predicar a toda criatura, y bautizarlos, en el Nombre
del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, aunque yo creo en un solo Dios, pero
también está el Hijo y el Espíritu Santo, que también son divinos. Yo y mi Padre, que es Dios, somos uno, pero
también es cierto todo lo contrario, pues solo soy un hombre y no me pueden
decir maestro bueno, ya que sólo Dios es bueno, y sólo Cristo es maestro. Sed
perfectos como vuestro padre que está en los cielos, es bueno, pero les pido un
imposible, ya que ningún hombre sobre la faz de la tierra, es bueno, ya que
solo Dios, que está en los cielos es bueno. No llaméis a nadie Padre, porque
solo Dios es Padre, y no llaméis a nadie maestro, porque solo el Cristo es
maestro, pero también es verdad todo lo contrario, y debéis obedecer a mis
apóstoles, pues yo les di autoridad. La palabra de Dios es la verdad, pero yo
soy la palabra de Dios, aunque solo soy un hombre, y no soy bueno, porque solo
Dios es bueno. Ustedes son dioses, y con un poco de fe, podéis mover montañas,
y hacer milagros aún más grandes que los que yo hago, pero también es cierto
todo lo contrario, pues nadie con su pensamiento, puede añadir un codo a su
estatura. Mi Dios es Yahvéh, el Dios de Israel, pero el Dios de Israel es el
Diablo, y a él sirve el pueblo de Israel, pero mi Dios es el Padre Universal, y
es Amor para todos a nivel espiritual, pero también hace milagros en lo
material, y tiene un pueblo elegido, que al fin, no vale, pues el pueblo
elegido, está formado por los que creen en mí. Yo resucité en carne, pero solo
me podrán ver algún día, los que creyeron en mí, sin verme. Mis apóstoles no
entienden nada de lo que dijo, pero los tiene que seguir, pues para eso están.
No salvé a Israel de los romanos, pero algún día volveré y reinaré a Israel.
Soy hijo de David, por la descendencia de José, y soy el legítimo rey de
Israel, pero José no es mi verdadero padre, pues soy hijo de María y de Dios.
Soy un profeta, pero en realidad, soy uno con Dios, y soy el Verbo de Dios,
hecho carne, pero Dios es espíritu, y hay que renacer de arriba, del agua y del
espíritu. Quien no junta conmigo desparrama, pero también es cierto todo lo
contrario, pues, quien no está en mi contra, está a favor de mí. Yo no vine a
traer paz, sino que viene a traer espada, y que se peleen los unos con los
otros, pero también es cierto todo lo contrario, pues mi paz les dejo y mi paz
os doy. Me mataron contra mi voluntad, pero me di en sacrificio para que todos
se salven, pero solo se salvan quienes creen en mí, pero no alcanza con creer
en mí, sino que tienen que cumplir los mandamientos, que ya no valen, pues si
creen en mí, los perdono de todos sus pecados. La salvación viene de la gente
de mi nación, pero la gente de mi nación ya no vale, pues solo vale la gente
que cree en mí, que son mi verdadera nación.
Podríamos seguir analizando todas las contradicciones en
las supuestas enseñanzas de Jesucristo, pero la verdad, es que las supuestas
enseñanzas de Jesucristo, no son lo importante, y sólo son relleno en el ciclo
mitológico de Jesús. Lo que realmente importa de Jesús, es que con su muerte y
su resurrección, simboliza el renacimiento espiritual, del iniciado en los
misterios, cuando acepta su divinidad interior.
Luego, según Jesús, a los que creen en Jesús, el Padre,
le envía al Espíritu Santo, para que les enseñe todas las cosas, pues lo que
Jesús enseñó, en vida, no importa para nada, ya que lo que importa, es la
revelación del Espíritu Santo. Por lo tanto, el Jesús de carne, no importa,
pues lo que realmente importa, es el Jesús resucitado, ascendido, y
glorificado, que está junto al Padre, pues él da mejores enseñanzas que el Jesús
de carne. Siguiendo ésta lógica, la doctrina jelkeriana, es una revelación del
Espíritu Santo, y cada devoto jelkeriano, es un verdadero cristiano, adorador
de Yahvéh-Dios, y discípulo de Cristo-Jesús, lleno del Espíritu Santo.
Y entonces, ¿quién es Jesús? Un hombre, un dios, un
personaje histórico que se reveló contra las autoridades romanas y judías
autoproclamándose mesías o ungido de Dios, una metáfora del renacimiento
espiritual, una manifestación espiritual y no física del Verbo de Dios, el
Verbo de Dios hecho carne, una ilusión material de un ser no físico o de un ser
espiritual, un hombre físico que actuó como vehículo del Cristo o Hijo de Dios,
una de las infinitas manifestaciones del Dios hombre hijo de Dios que muere y
resucita, ¿un hijo de hombre o un hijo de Dios? ¿Debemos mezclar al personaje
histórico, con el personaje mitológico, que es anterior y posterior a Jesús?
Y espiritualmente, cuando llamamos a Jesús, como entidad
espiritual, ¿Quién baja? Baja el espíritu de Jesús que era vehículo de Cristo,
baja el revolucionario que se creía mesías, o bien, baja el Verbo de Dios, que
es un Espíritu cercano a Dios, que es uno con Dios, porque también es un
aspecto de Dios. La verdad, no queda claro, podría ser cualquier cosa. No se
sabe. Pero como persona espiritual y esotérica, profundamente mística y
religiosa, que yo soy, debo dar una respuesta, desde la Conciencia de Cristo,
que vive en mí. Mi respuesta es ésta; La Ley Espiritual, que rige al cosmos,
baja a un espíritu del nivel requerido, por el alma del que hace el llamado, en
acuerdo al nivel de conciencia, que tiene la persona que hace el llamado. Puede
ocurrir, que baje un espíritu de baja instrucción, o que baje un espíritu de
alta instrucción, puede bajar un demonio que fomente la guerra y la separación,
o puede bajar un ángel que fomente la tolerancia, la paz, y el amor universal.
Si aceptamos que Lord Fanes mismo, puede cumplir todas esas funciones, al
final, podemos aceptar que al invocar a Krishna, a Buda, o a Jesús, el único
que baja siempre, es Lord Fanes, que da instrucción a cada quien, en acuerdo a
su nivel evolutivo.
¿Y el ciclo mitológico de Fanes, cuál es? Para empezar,
nadie cree que Fanes haya sido un ser humano, histórico, que haya vivido en la
tierra, y que haya hecho milagros. El Fanes Jelkeriano, igual que el Fanes
Órfico, es Eros Primigenio, que al nacer del Huevo Cósmico, creó el cielo y la
tierra, y los llenó de vida, con la fuerza del Amor. Su nacimiento, trajo a la
existencia, la luz de la vida, y por su espíritu, todo se llenó de vida en el
universo. Su nacimiento del huevo cósmico, representa el nacimiento físico,
pero también, el renacimiento espiritual del creyente, sobre todo en el Fanes Jelkeriano,
que renace del huevo cósmico, en cada ruptura y expansión del huevo cósmico, en
cada nuevo ciclo creador, pues el huevo cósmico, cíclicamente, se rompe y
expande, al principio del mundo, y se contrae y reconstruye, al final del
mundo. El ciclo mitológico jelkeriano, sobre Lord Fanes, es más simple, y no
está mezclado, con ningún personaje histórico.
Naturalmente, el devoto esotérico, no le hace mucho caso
a las supuestas autoridades, pues el devoto esotérico se cree en conexión con
Dios, y siempre hay algo de rebeldía en el devoto esotérico, pero el devoto esotérico
también es realista, y sabe que somos esclavos de la ley, para poder ser
libres, y por lo tanto, respeta bastante a las autoridades, no de forma ciega,
pero sí de forma práctica. Los devotos esotéricos, en general, reconcilian a su
Dios, con el dios local, y generalmente, su Dios o su Diosa, puede asumir
cualquier forma y cualquier nombre, y hasta se puede aumentar en número, o
disminuir en número, formado parte de una tríada de dioses, o siendo uno solo.
Los devotos esotéricos, en general, son bastante pacíficos, y no dicen que son
esotéricos, sino que dicen que son cualquier cosa que tengan que decir, para
que no los molesten, y no acostumbran meterse en política, pues saben que por
ser muy pensativos, nunca serán aceptados por las mayorías, que en general, se
dejan llevar por sus impulsos, o son ciegos obedientes a sus líderes.
Con respecto a lo espiritual, los jelkerianos no creemos
que algún día, todos serán jelkerianos, o que algún día, todos estará bien en
el mundo, o que Lord Fanes, bajará a la tierra, para que todos seamos felices,
y vivamos con los ángeles. Los jelkerianos, creemos que el mundo material,
siempre ha estado sometido a las mismas leyes espirituales y materiales, y
damos a la materia lo que es de la materia, y damos al espíritu lo que es del
espíritu. El fin del mundo, le llega a cada quien cuando se muere. Lord Fanes
nunca bajará a la tierra, pues es un espíritu puro demasiado elevado para ello.
La salvación viene del interior de uno mismo, la ascensión es del alma y no del
cuerpo. El alma se salva de la reencarnación, en planos de sufrimiento, a
través de las buenas obras y de la fe en el Cristo-Interno. Al principio del
mundo, todo era más espiritual y menos material, al medio del mundo, que es
dónde estamos ahora, todo es más material que espiritual, y al final del mundo,
todo será más espiritual y menos material.
Con respecto a lo material, los jelkerianos creemos, en
acuerdo a los últimos avances científicos, que el universo surgió de una gran
explosión, de materia y energía, expandiendo el espacio y el tiempo, que
sucedió hace aproximadamente, trece mil millones de años. Luego, se formaron
galaxias o conglomerados de estrellas, siendo nuestra galaxia, la Vía Láctea,
que tiene forma de espiral, con cuatro grandes brazos. El sistema solar, que es
el sistema planetario que habitamos, surgió de una nube de materia, hace
aproximadamente cinco mil millones de años, y por efectos gravitacionales,
atrajo mucha materia al centro, que por presión y otros fenómenos, provocó una
reacción nuclear que provocó, el surgimiento del Sol, y se formaron discos de
nubes de material, que con el tiempo, provocaron el surgimiento de los planetas
del sistema solar, que son, en éste orden, desde el más cercano al sol, al más
lejano, Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, y
Plutón.
La tierra, fue creada hace cuatro mil quinientos millones
de años. La luna, también. La vida surgió en el Paneta Tierra, desde el mar, y
evolucionó por medio de un proceso de selección natural. Seres unicelulares,
insectos, arácnidos, peces, batracios, y reptiles, y mamíferos, son producto de
ésa selección natural. Una raza de reptiles gigantes gobernó la tierra por
millones de años, pero luego se extinguieron, cuando un meteorito, se estrelló
contra la Tierra, hace sesentaicinco millones de años, y provocó un gran cambio
climático. Los pocos mamíferos que existían y que eran pequeños en ésa época,
evolucionaron hasta dominar la tierra. El ser humano, tiene un ancestro en
común con los simios, y es un mamífero muy inteligente.
El jelkeriano, para las cosas, espirituales de fe,
recurre a la doctrina jelkeriana, que se basa en la intuición, en la fe, en la
razón, y en la experiencia. El jelkeriano, para las cosas materiales y
corporales, recurre a la ciencia, que evoluciona constantemente, y que utiliza
para sus investigaciones, el método científico, de la razón y de la
experimentación, partiendo de hipótesis, y comprobando si son ciertas o no,
para llegar a conclusiones, que podrían cambiar con nuevos experimentos, pero
que se toman como ciertas, mientras funcionen.
Los jelkerianos, somos devotos esotéricos, tan
influenciados por el cristianismo y sus mitos, que nos llamamos a nosotros
mismos, cristianos internos, debido a que llamamos a la chispa divina interior
al alma, con el nombre de, el Cristo-Interno-Individual, pero en el fondo,
somos devotos esotéricos, del Padre-Madre-Mente, que es el único Ser Supremo,
de nuestra doctrina.
Creemos que Jelkerá es el Padre, que Fanes es el Hijo, y
que Sofía es el Espíritu Santo, y creemos que Lord Fanes, el Primogénito de la
Creación, habita en el interior, de toda alma individual, y de todo átomo, como
el Cristo-Interno Individual, pues Fanes es el Cristo Híper Cósmico. Y también
creemos que Cristo-Jesús es la manifestación o forma, de Lord Fanes, como el
Cristo Planetario, de la Tierra. Posiblemente, Jesús fue y es, un alma
adelantada, en misión divina, que actuó y que actúa, como vehículo del
Cristo-Cósmico, Lord Fanes, para bajar luz al planeta tierra, y un espíritu cualquiera,
que pude ser Jesús o puede ser cualquier otro, cumple con ésta función, desde el
siglo uno de la era cristiana.
Posiblemente, o al menos, eso creo yo, Jesús nació como
un hombre normal, pero con un alma adelantada, con algo de olvido de su
conocimiento superior, para cumplir su misión divina, con mayor eficacia, y
así, Jesús vivió, murió, luego logró revitalizar su cuerpo etérico, en lo que
se llamó la resurrección, y luego logró ser glorificado, en lo que se llamó, la
ascensión, dando con ello, ejemplo a toda la humanidad, de cómo desarrollar la
divinidad interna, pero no sabemos hasta qué punto, Jesús era consciente de
enseñanzas esotéricas superiores, cuando estaba encarnado. Los milagros de
Jesús, seguramente, no eran tan exagerados, como resurrecciones de muertos,
sino que eran, más bien, algunas sanaciones espirituales, que hacían que la
gente se sintiera mejor, como las que hacen algunos curanderos modernos. El
Jesús es reverenciado, en jelkeraísmo, como un alma adelantada, que actúa como
vehículo del Cristo Cósmico, teniendo el cargo de Cristo Planetario, desde su
resurrección y ascensión, pero también hay otros seres de luz, superiores a
Jesús, iguales a Jesús, o inferiores a Jesús, en la jerarquía espiritual. Al
fin y al cabo, en jelkeraísmo, Jesús es un espíritu más, que puede ser evocado,
en la jerarquía espiritual jelkeriana.
Nosotros, también nacemos con olvido, de lo que hicimos
en vidas anteriores, para no jugar con demasiada ventaja, y luego, recuperamos
algo de nuestro conocimiento, por medios naturales, re-aprendiendo las cosas,
en ésta vida, y desde allí, seguimos adelantando, vida tras vida.
El Jesús Espiritual de la Doctrina Jelkeriana, no se
contradice, sino que enseña e inspira, Doctrina Jelkeriana, y enseñanzas
esotéricas, desde los más altos planos de luz, como todo el resto de santos y
santas, de la corte celestial, y no hay razón para eliminarlo de nuestra fe
jelkeriana, la cual está centrada, en Jelkerá-Dios, en Cristo-Fanes, y en Madre
Santa Sofía, llenos de la gnosis del Cristo-Interno, y así, somos verdaderos
adoradores de Jelkerá-Dios, y discípulos de Cristo-Fanes, llenos del Espíritu
Santo, pues Cristo es Poder de Dios, Sabiduría de Dios, y Amor de Dios, y en él
lo tenemos todo, pues en su nombre, son sujetadas todas las entidades
espirituales, en el cielo y en la tierra, pues su nombre está, por dentro y por
encima, de todas las cosas. En definitiva, algunos nos hicimos jelkerianos,
porque el cristianismo trinitario, no nos funcionó, y al probar con una
espiritualidad más universal, y centrada en el Dios Todo, fuimos más felices.
Una visión más conciliadora, donde todo está en Dios y Dios está en todo, y
donde todos los dioses están integrados al Dios Uno, nos ha hecho más felices,
y nos ha sido mucho más práctica.
¿Debemos eliminar a Jesús, de panteón jelkeriano,
solamente porque es un personaje conflictivo, y porque en su nombre, se han
hecho y se siguen haciendo, injusticias y maldades? No sé, pero en lo personal,
no veo la necesidad, pues Jesús está con nosotros, y nos apoya, como entidad
espiritual, en nuestro proceso evolutivo. Jelkerá mismo, ha permitido que el
mundo sea como es, y a Jelkerá, lo alabamos y lo obedecemos, porque es nuestro
Dios, y porque es el Dios de todo y de todos.
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