martes, 30 de marzo de 2021

Las Contradicciones de Jesús.

En éste punto, quisiera hacer una reflexión sobre Jesús de Nazaret, el Cristo Planetario, y sobre su importancia en la fe jelkeriana, como una entidad espiritual muy importante.

Las Contracciones de Jesús, y la verdad sobre la Doctrina Jelkeriana

¿Dios puede encarnar en la tierra? Sí, porque en el fondo, todo es uno y todo es Dios, y por lo tanto, todos somos seres divinos, con un alma inmortal, y con un Cristo-Interno.

Krishna, Buda, y Jesús, son tres seres míticos, que representan la encarnación de Dios en la tierra, y el cómo los hombres, comunes y corrientes, pueden despertar a su divinidad interna. No importa, si Krishna, Buda, o Jesús, existieron o no existieron, y tampoco importa cuales fueron las enseñanzas, de éstos hombres, pues si vivieron, fueron hombres comunes y corrientes, y no tenían nada especial. Lo que importa, es el mito del Dios Hombre, Hijo de Dios, que hace milagros, que muere y resucita, y que asciende al cielo, siendo el mito de Jesús, el que lo representa de forma más completa.

Jesús es Hijo de Dios y de una virgen, siendo concebido por el Espíritu Santo. Jesús nace de una virgen, luego a la edad de 30 años, recibe al espíritu santo, cuando es bautizado en un río, luego empieza a predicar la verdad espiritual, y lo hace por tres años, haciendo milagros y enfrentando a las autoridades que gobiernan éste mundo, las cuales están debajo de la autoridad del Diablo, Falso Dios de éste mundo. Los milagros de Jesús, incluyen sanaciones haciendo que los cojos anden, que los ciegos vean, que los leprosos sean limpios, y que los muertos resuciten. En una ocasión, Jesús se trasfigura, hablando con otros dos personajes fantásticos, asumiendo la forma de un ser de luz, y luego vuelve a su forma humana. Luego, dice que lo recuerden, comiendo pan en representación de su cuerpo, y bebiendo vino en representación de su sangre. Luego, Jesús es capturado por las autoridades, y se lo crucifica. Pero al tercer día, Jesús resucita de entre los muertos, y se presenta a sus discípulos, estando con ellos por un tiempo, mientras asume distintas formas, como una forma espiritual que no debe ser tocada, una forma carnal que sí puede ser tocada, la forma de un hombre que los discípulos no pueden reconocer, y la forma de una hombre que los discípulos sí pueden reconocer. Luego asciende a los cielos, acompañado de unos ángeles. Y claro, algún día, Jesús volverá, y todo estará mejor. Pero mientras tanto, las almas de los buenos, van con Cristo al cielo, para gozar de dicha eterna, y las almas de los malos, se van al infierno, para sufrir de tormento eterno.

Juan Bautista, que bautizó a Jesús en un río, en realidad, es Elías, pues hay reencarnación del alma. Y Jesús, en la cruz, le dice al buen ladrón, que se arrepiente de sus pecados, que en ése mismo día, estará con Jesús en el cielo, pues más allá de la resurrección, hay vida después de la muerte, pues el alma, en realidad, es inmortal.

Todo esto, desde el nacimiento de Jesús, hasta su regreso triunfante en el final de los tiempos, es pura mitología, que simboliza el renacimiento espiritual del creyente, cuando acepta su divinidad interna. El alma en el ciclo de reencarnaciones, pasa por distintos renacimientos, materiales y espirituales, hasta que finalmente asciende a la gloria divina, lo cual sucede, en semilla, cuando el alma está encarnada en el cuerpo material, pero se completa, luego de la muerte o desencarnación del alma, en un cuerpo de gloria, en los cielos.

Pero lo del regreso de Jesús, también hay que considerarlo, dentro del ciclo mitológico de la Biblia, debido a que al principio de la creación, Yahvéh-Dios, convivía con Adán y Eva, en el Jardín del Dios, que claro está, mitológicamente estaba en la tierra, pero luego, por un pecado de Adán y Eva, Dios los expulsó del paraíso. Pero cuando Jesús vuelva, volveremos a vivir en el paraíso perdido, y viviremos felices para siempre, o quizás, solo hasta que Dios decida acabar con eso, y crear un nuevo cielo y una nueva tierra.

Según algunas versiones del regreso de Jesús, al regresar, Jesús, primero se llevará a los elegidos, en el rapto al cielo, espiritualizando los cuerpos de los que estén vivos, y elevándolos al cielo, y resucitando a los elegidos que estén muertos, y elevándolos al cielo, en un cuerpo espiritualizado de gloria. Luego, de una gran tribulación, destruirá al mal con sus ejércitos celestiales, y confinará al Diablo a estar encadenado por mil años. Luego, durante los mil años de confinamiento del Diablo, gobernará una nación específica de la tierra, la tierra por mil años, junto a sus elegidos, que serán en cantidad, a doce veces doce multiplicado por mil, (lo cual representa muchos tránsitos del sol por las doce constelaciones, es decir, muchos años). Y finalmente, el diablo será desatado, y junto a las naciones extranjeras, combatirán contra el pueblo elegido, pero Jesús y sus tropas, los vencerán y los arrojarán a un lago de fuego y azufre, por toda la eternidad. Luego, Yahvéh-Dios, que es Padre, Hijo, y Espíritu Santo, junto a Cristo-Jesús, creará un nuevo cielo y una nueva tierra.

¿Y que hay de las enseñanzas de Jesús? Nada nuevo bajo el sol, pues es lo mismo que Yahvéh-Dios, había mandado antes, ama a Yahvéh tu Dios con todo tu corazón, y ama a tu prójimo como a ti mismo. Los demás, son contradicciones, por ejemplo, debemos perdonar a nuestro prójimo, si luego de hablar con él, éste se pone bueno, o si luego de llevarlo a los jefes de la comunidad, se pone bueno, pero si aun así no hace caso, hay que expulsarlo de nuestra vida, lo cual tiene algo de lógica. O bien, hay que hacer algo para nada lógico, pues hay que perdonar siempre al prójimo, aunque no se lo merezca y no deponga su mala actitud, y hay que darle la otra mejilla a los que nos agreden. Mi prójimo es cualquier persona, aunque sea de otra nación y de otra religión, pero por camino de gentiles, o por camino de gente de otra religión y de otra nación, no predicareis mi doctrina, pero también haced todo lo contrario, pues debéis predicar a toda criatura, y bautizarlos, en el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, aunque yo creo en un solo Dios, pero también está el Hijo y el Espíritu Santo, que también son divinos.  Yo y mi Padre, que es Dios, somos uno, pero también es cierto todo lo contrario, pues solo soy un hombre y no me pueden decir maestro bueno, ya que sólo Dios es bueno, y sólo Cristo es maestro. Sed perfectos como vuestro padre que está en los cielos, es bueno, pero les pido un imposible, ya que ningún hombre sobre la faz de la tierra, es bueno, ya que solo Dios, que está en los cielos es bueno. No llaméis a nadie Padre, porque solo Dios es Padre, y no llaméis a nadie maestro, porque solo el Cristo es maestro, pero también es verdad todo lo contrario, y debéis obedecer a mis apóstoles, pues yo les di autoridad. La palabra de Dios es la verdad, pero yo soy la palabra de Dios, aunque solo soy un hombre, y no soy bueno, porque solo Dios es bueno. Ustedes son dioses, y con un poco de fe, podéis mover montañas, y hacer milagros aún más grandes que los que yo hago, pero también es cierto todo lo contrario, pues nadie con su pensamiento, puede añadir un codo a su estatura. Mi Dios es Yahvéh, el Dios de Israel, pero el Dios de Israel es el Diablo, y a él sirve el pueblo de Israel, pero mi Dios es el Padre Universal, y es Amor para todos a nivel espiritual, pero también hace milagros en lo material, y tiene un pueblo elegido, que al fin, no vale, pues el pueblo elegido, está formado por los que creen en mí. Yo resucité en carne, pero solo me podrán ver algún día, los que creyeron en mí, sin verme. Mis apóstoles no entienden nada de lo que dijo, pero los tiene que seguir, pues para eso están. No salvé a Israel de los romanos, pero algún día volveré y reinaré a Israel. Soy hijo de David, por la descendencia de José, y soy el legítimo rey de Israel, pero José no es mi verdadero padre, pues soy hijo de María y de Dios. Soy un profeta, pero en realidad, soy uno con Dios, y soy el Verbo de Dios, hecho carne, pero Dios es espíritu, y hay que renacer de arriba, del agua y del espíritu. Quien no junta conmigo desparrama, pero también es cierto todo lo contrario, pues, quien no está en mi contra, está a favor de mí. Yo no vine a traer paz, sino que viene a traer espada, y que se peleen los unos con los otros, pero también es cierto todo lo contrario, pues mi paz les dejo y mi paz os doy. Me mataron contra mi voluntad, pero me di en sacrificio para que todos se salven, pero solo se salvan quienes creen en mí, pero no alcanza con creer en mí, sino que tienen que cumplir los mandamientos, que ya no valen, pues si creen en mí, los perdono de todos sus pecados. La salvación viene de la gente de mi nación, pero la gente de mi nación ya no vale, pues solo vale la gente que cree en mí, que son mi verdadera nación.

Podríamos seguir analizando todas las contradicciones en las supuestas enseñanzas de Jesucristo, pero la verdad, es que las supuestas enseñanzas de Jesucristo, no son lo importante, y sólo son relleno en el ciclo mitológico de Jesús. Lo que realmente importa de Jesús, es que con su muerte y su resurrección, simboliza el renacimiento espiritual, del iniciado en los misterios, cuando acepta su divinidad interior.

Luego, según Jesús, a los que creen en Jesús, el Padre, le envía al Espíritu Santo, para que les enseñe todas las cosas, pues lo que Jesús enseñó, en vida, no importa para nada, ya que lo que importa, es la revelación del Espíritu Santo. Por lo tanto, el Jesús de carne, no importa, pues lo que realmente importa, es el Jesús resucitado, ascendido, y glorificado, que está junto al Padre, pues él da mejores enseñanzas que el Jesús de carne. Siguiendo ésta lógica, la doctrina jelkeriana, es una revelación del Espíritu Santo, y cada devoto jelkeriano, es un verdadero cristiano, adorador de Yahvéh-Dios, y discípulo de Cristo-Jesús, lleno del Espíritu Santo.

Y entonces, ¿quién es Jesús? Un hombre, un dios, un personaje histórico que se reveló contra las autoridades romanas y judías autoproclamándose mesías o ungido de Dios, una metáfora del renacimiento espiritual, una manifestación espiritual y no física del Verbo de Dios, el Verbo de Dios hecho carne, una ilusión material de un ser no físico o de un ser espiritual, un hombre físico que actuó como vehículo del Cristo o Hijo de Dios, una de las infinitas manifestaciones del Dios hombre hijo de Dios que muere y resucita, ¿un hijo de hombre o un hijo de Dios? ¿Debemos mezclar al personaje histórico, con el personaje mitológico, que es anterior y posterior a Jesús?

Y espiritualmente, cuando llamamos a Jesús, como entidad espiritual, ¿Quién baja? Baja el espíritu de Jesús que era vehículo de Cristo, baja el revolucionario que se creía mesías, o bien, baja el Verbo de Dios, que es un Espíritu cercano a Dios, que es uno con Dios, porque también es un aspecto de Dios. La verdad, no queda claro, podría ser cualquier cosa. No se sabe. Pero como persona espiritual y esotérica, profundamente mística y religiosa, que yo soy, debo dar una respuesta, desde la Conciencia de Cristo, que vive en mí. Mi respuesta es ésta; La Ley Espiritual, que rige al cosmos, baja a un espíritu del nivel requerido, por el alma del que hace el llamado, en acuerdo al nivel de conciencia, que tiene la persona que hace el llamado. Puede ocurrir, que baje un espíritu de baja instrucción, o que baje un espíritu de alta instrucción, puede bajar un demonio que fomente la guerra y la separación, o puede bajar un ángel que fomente la tolerancia, la paz, y el amor universal. Si aceptamos que Lord Fanes mismo, puede cumplir todas esas funciones, al final, podemos aceptar que al invocar a Krishna, a Buda, o a Jesús, el único que baja siempre, es Lord Fanes, que da instrucción a cada quien, en acuerdo a su nivel evolutivo.

¿Y el ciclo mitológico de Fanes, cuál es? Para empezar, nadie cree que Fanes haya sido un ser humano, histórico, que haya vivido en la tierra, y que haya hecho milagros. El Fanes Jelkeriano, igual que el Fanes Órfico, es Eros Primigenio, que al nacer del Huevo Cósmico, creó el cielo y la tierra, y los llenó de vida, con la fuerza del Amor. Su nacimiento, trajo a la existencia, la luz de la vida, y por su espíritu, todo se llenó de vida en el universo. Su nacimiento del huevo cósmico, representa el nacimiento físico, pero también, el renacimiento espiritual del creyente, sobre todo en el Fanes Jelkeriano, que renace del huevo cósmico, en cada ruptura y expansión del huevo cósmico, en cada nuevo ciclo creador, pues el huevo cósmico, cíclicamente, se rompe y expande, al principio del mundo, y se contrae y reconstruye, al final del mundo. El ciclo mitológico jelkeriano, sobre Lord Fanes, es más simple, y no está mezclado, con ningún personaje histórico.

Naturalmente, el devoto esotérico, no le hace mucho caso a las supuestas autoridades, pues el devoto esotérico se cree en conexión con Dios, y siempre hay algo de rebeldía en el devoto esotérico, pero el devoto esotérico también es realista, y sabe que somos esclavos de la ley, para poder ser libres, y por lo tanto, respeta bastante a las autoridades, no de forma ciega, pero sí de forma práctica. Los devotos esotéricos, en general, reconcilian a su Dios, con el dios local, y generalmente, su Dios o su Diosa, puede asumir cualquier forma y cualquier nombre, y hasta se puede aumentar en número, o disminuir en número, formado parte de una tríada de dioses, o siendo uno solo. Los devotos esotéricos, en general, son bastante pacíficos, y no dicen que son esotéricos, sino que dicen que son cualquier cosa que tengan que decir, para que no los molesten, y no acostumbran meterse en política, pues saben que por ser muy pensativos, nunca serán aceptados por las mayorías, que en general, se dejan llevar por sus impulsos, o son ciegos obedientes a sus líderes.

Con respecto a lo espiritual, los jelkerianos no creemos que algún día, todos serán jelkerianos, o que algún día, todos estará bien en el mundo, o que Lord Fanes, bajará a la tierra, para que todos seamos felices, y vivamos con los ángeles. Los jelkerianos, creemos que el mundo material, siempre ha estado sometido a las mismas leyes espirituales y materiales, y damos a la materia lo que es de la materia, y damos al espíritu lo que es del espíritu. El fin del mundo, le llega a cada quien cuando se muere. Lord Fanes nunca bajará a la tierra, pues es un espíritu puro demasiado elevado para ello. La salvación viene del interior de uno mismo, la ascensión es del alma y no del cuerpo. El alma se salva de la reencarnación, en planos de sufrimiento, a través de las buenas obras y de la fe en el Cristo-Interno. Al principio del mundo, todo era más espiritual y menos material, al medio del mundo, que es dónde estamos ahora, todo es más material que espiritual, y al final del mundo, todo será más espiritual y menos material.

Con respecto a lo material, los jelkerianos creemos, en acuerdo a los últimos avances científicos, que el universo surgió de una gran explosión, de materia y energía, expandiendo el espacio y el tiempo, que sucedió hace aproximadamente, trece mil millones de años. Luego, se formaron galaxias o conglomerados de estrellas, siendo nuestra galaxia, la Vía Láctea, que tiene forma de espiral, con cuatro grandes brazos. El sistema solar, que es el sistema planetario que habitamos, surgió de una nube de materia, hace aproximadamente cinco mil millones de años, y por efectos gravitacionales, atrajo mucha materia al centro, que por presión y otros fenómenos, provocó una reacción nuclear que provocó, el surgimiento del Sol, y se formaron discos de nubes de material, que con el tiempo, provocaron el surgimiento de los planetas del sistema solar, que son, en éste orden, desde el más cercano al sol, al más lejano, Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, y Plutón.

La tierra, fue creada hace cuatro mil quinientos millones de años. La luna, también. La vida surgió en el Paneta Tierra, desde el mar, y evolucionó por medio de un proceso de selección natural. Seres unicelulares, insectos, arácnidos, peces, batracios, y reptiles, y mamíferos, son producto de ésa selección natural. Una raza de reptiles gigantes gobernó la tierra por millones de años, pero luego se extinguieron, cuando un meteorito, se estrelló contra la Tierra, hace sesentaicinco millones de años, y provocó un gran cambio climático. Los pocos mamíferos que existían y que eran pequeños en ésa época, evolucionaron hasta dominar la tierra. El ser humano, tiene un ancestro en común con los simios, y es un mamífero muy inteligente.

El jelkeriano, para las cosas, espirituales de fe, recurre a la doctrina jelkeriana, que se basa en la intuición, en la fe, en la razón, y en la experiencia. El jelkeriano, para las cosas materiales y corporales, recurre a la ciencia, que evoluciona constantemente, y que utiliza para sus investigaciones, el método científico, de la razón y de la experimentación, partiendo de hipótesis, y comprobando si son ciertas o no, para llegar a conclusiones, que podrían cambiar con nuevos experimentos, pero que se toman como ciertas, mientras funcionen.

Los jelkerianos, somos devotos esotéricos, tan influenciados por el cristianismo y sus mitos, que nos llamamos a nosotros mismos, cristianos internos, debido a que llamamos a la chispa divina interior al alma, con el nombre de, el Cristo-Interno-Individual, pero en el fondo, somos devotos esotéricos, del Padre-Madre-Mente, que es el único Ser Supremo, de nuestra doctrina.

Creemos que Jelkerá es el Padre, que Fanes es el Hijo, y que Sofía es el Espíritu Santo, y creemos que Lord Fanes, el Primogénito de la Creación, habita en el interior, de toda alma individual, y de todo átomo, como el Cristo-Interno Individual, pues Fanes es el Cristo Híper Cósmico. Y también creemos que Cristo-Jesús es la manifestación o forma, de Lord Fanes, como el Cristo Planetario, de la Tierra. Posiblemente, Jesús fue y es, un alma adelantada, en misión divina, que actuó y que actúa, como vehículo del Cristo-Cósmico, Lord Fanes, para bajar luz al planeta tierra, y un espíritu cualquiera, que pude ser Jesús o puede ser cualquier otro, cumple con ésta función, desde el siglo uno de la era cristiana.

Posiblemente, o al menos, eso creo yo, Jesús nació como un hombre normal, pero con un alma adelantada, con algo de olvido de su conocimiento superior, para cumplir su misión divina, con mayor eficacia, y así, Jesús vivió, murió, luego logró revitalizar su cuerpo etérico, en lo que se llamó la resurrección, y luego logró ser glorificado, en lo que se llamó, la ascensión, dando con ello, ejemplo a toda la humanidad, de cómo desarrollar la divinidad interna, pero no sabemos hasta qué punto, Jesús era consciente de enseñanzas esotéricas superiores, cuando estaba encarnado. Los milagros de Jesús, seguramente, no eran tan exagerados, como resurrecciones de muertos, sino que eran, más bien, algunas sanaciones espirituales, que hacían que la gente se sintiera mejor, como las que hacen algunos curanderos modernos. El Jesús es reverenciado, en jelkeraísmo, como un alma adelantada, que actúa como vehículo del Cristo Cósmico, teniendo el cargo de Cristo Planetario, desde su resurrección y ascensión, pero también hay otros seres de luz, superiores a Jesús, iguales a Jesús, o inferiores a Jesús, en la jerarquía espiritual. Al fin y al cabo, en jelkeraísmo, Jesús es un espíritu más, que puede ser evocado, en la jerarquía espiritual jelkeriana. 

Nosotros, también nacemos con olvido, de lo que hicimos en vidas anteriores, para no jugar con demasiada ventaja, y luego, recuperamos algo de nuestro conocimiento, por medios naturales, re-aprendiendo las cosas, en ésta vida, y desde allí, seguimos adelantando, vida tras vida.

El Jesús Espiritual de la Doctrina Jelkeriana, no se contradice, sino que enseña e inspira, Doctrina Jelkeriana, y enseñanzas esotéricas, desde los más altos planos de luz, como todo el resto de santos y santas, de la corte celestial, y no hay razón para eliminarlo de nuestra fe jelkeriana, la cual está centrada, en Jelkerá-Dios, en Cristo-Fanes, y en Madre Santa Sofía, llenos de la gnosis del Cristo-Interno, y así, somos verdaderos adoradores de Jelkerá-Dios, y discípulos de Cristo-Fanes, llenos del Espíritu Santo, pues Cristo es Poder de Dios, Sabiduría de Dios, y Amor de Dios, y en él lo tenemos todo, pues en su nombre, son sujetadas todas las entidades espirituales, en el cielo y en la tierra, pues su nombre está, por dentro y por encima, de todas las cosas. En definitiva, algunos nos hicimos jelkerianos, porque el cristianismo trinitario, no nos funcionó, y al probar con una espiritualidad más universal, y centrada en el Dios Todo, fuimos más felices. Una visión más conciliadora, donde todo está en Dios y Dios está en todo, y donde todos los dioses están integrados al Dios Uno, nos ha hecho más felices, y nos ha sido mucho más práctica.

¿Debemos eliminar a Jesús, de panteón jelkeriano, solamente porque es un personaje conflictivo, y porque en su nombre, se han hecho y se siguen haciendo, injusticias y maldades? No sé, pero en lo personal, no veo la necesidad, pues Jesús está con nosotros, y nos apoya, como entidad espiritual, en nuestro proceso evolutivo. Jelkerá mismo, ha permitido que el mundo sea como es, y a Jelkerá, lo alabamos y lo obedecemos, porque es nuestro Dios, y porque es el Dios de todo y de todos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario