Oración, Escucha Pueblo de Jelkerá-Dios.
Escucha, pueblo de Jelkerá-Dios. Escuchen todos los
jelkerianos, en todos los pueblos. Escuchen todos los pueblos, pues todos los
pueblos, son el pueblo de Jelkerá-Dios. Escuchen, jelkerianos. Jelkerá nuestro Dios, es el Único Dios, y él
creó el cielo y la tierra, con su mente y con su palabra. Y todo está en
Jelkerá-Dios, y Jelkerá-Dios está en todo. Y en el fondo, todo es uno y todo es
Jelkerá-Dios. El alma de cada ser, es eterna, emana de Dios, y algún día se
absorberá en Dios.
Y el alma inmortal, evoluciona a través de la
reencarnación, hasta que llega al mundo espiritual superior, y desde allí,
evoluciona en santidad, como siervo de Jelkerá-Dios.
Y la salvación del alma, es por la fe en Jelkerá-Dios, y
llega al alma inmortal, por medio del Cristo-Interno Individual, de cada alma,
pero obras de bien, benefician la evolución, y obras de mal, ponen obstáculos a
la evolución.
Y el Cristo-Interno Individual, de cada alma inmortal, es
un reflejo de la luz eterna, del Hijo Primogénito, que es el Señor Fanes, quien
es un ángel, al servicio de Jelkerá-Dios. Y el Espíritu Santo, es la Señora
Sofía, que es otro ángel, al servicio de Jelkerá-Dios. Y la Santa Tríada, de
Padre, Hijo, y Espíritu Santo, con Yahvéh-Dios, el Señor Fanes, y la Señora
Sofía, está por encima de todos los seres. Y bautizarás a toda criatura, en el
nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
Y toda alabanza, es dada, a Jelkerá-Dios, que es el Único
Ser Supremo, en su unidad, y en su diversidad, en espíritu y en verdad, ahora y
siempre, y toda veneración, es dada, a sus ángeles, a sus santos, y a sus
santas, ahora y siempre.
Y Jelkerá-Dios, es amor inmanente, y realidad
trascendente. Y Jelkerá-Dios, es tardo para la cólera, y rico en amor y
misericordia. Y Jelkerá-Dios, es amor, pero también, es fuego consumidor.
Y amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y amarás
a tu prójimo como a ti mismo. Pues ésta es la ley del eterno, y quien la
cumpla, será bendito, y quien no la cumpla, será maldito.
Y, gloria al Padre, gloria al Hijo, y gloria al Espíritu
Santo. Gloria al Padre, como ha sido en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Oración, Yo Soy un discípulo del Maestro Jesús.
Yo soy, un adorador de Yahvéh-Dios, y un discípulo del
Maestro Jesús, lleno del Espíritu Santo. Y el Maestro Jesús, nació de María Virgen,
vivió en la tierra, enseñó la verdad, hizo milagros, murió crucificado,
resucitó de entre los muertos, y ascendió a los cielos, y desde allí, ayuda a
la evolución de las almas, enseñando las verdades más profundas del espíritu. Y
por él, yo estoy sumergido, en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu
Santo, y la Conciencia de Cristo, vive en mí. Bendito sea Jesús, el Ungido de
Yahvéh, mi Maestro Espiritual, hoy y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
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