viernes, 26 de junio de 2020

Pequeños Credo de la Tríada Cristiana


Pequeño Credo de la Tríada Cristiana.
“Yo creo que, Yahvéh-Dios, es el Ser Supremo, que está, por encima de todo, y por dentro de todo. Todo emana de Yahvéh-Dios, mora en un fragmento de la mente de Yahvéh-Dios, y luego vuelve a Yahvéh-Dios, en absorción, al terminar su proceso evolutivo. Todo lo que sucede, sea bueno o malo, es bueno para Yahvéh-Dios, pues todo hace, que el alma evolucione, hacia su liberación, en el tiempo eterno de Dios.
El alma individual, se salva por la fe en el Dios Omnipresente, a través del Cristo-Interno Individual, y las obras de bien, ayudan en la evolución del alma. La mente influencia a la realidad, en algún grado, y la oración de fe, se puede usar, para, pedir, agradecer, y alabar a Dios, en su unidad y en su diversidad, en espíritu y en verdad. La reencarnación del alma, es una expresión de la infinita misericordia de Dios, y por ley de retribución, se devuelve lo bueno o lo malo, que se haga a otros. La misericordia de Dios es Infinita, y el perdón de los pecados, propios y ajenos, es un camino a la liberación. Se debe, amar a Dios, con todo el corazón, y amar al prójimo, como a uno mismo.
Yahvéh-Dios creó a todas las cosas, con su mente y con su palabra, y el Señor Cristo-Jesús, que es la Palabra de Dios, es el Primer Ángel Creador, mientras que la Señora Santa Sofía, que es el Espíritu Santo, es otro Ángel Creador, que nutre de vida, a todo el universo.
Y siempre, es bueno, tomar en cuenta, estas cuatro cosas; 1-El Hombre propone, pero Dios dispone. 2-Hay que ocuparse de lo que uno puede hacer, y no hay que angustiarse por lo que uno no puede hacer. 3-Hay que dejar que el río fluya, y hay que recordar, que uno mismo, es uno con el camino del Todo. Y 4-Si fluyes en la dirección de la corriente del río, todo te será más fácil, que si vas en dirección opuesta a la corriente del río.
Om, Alabanza, Gratitud, y Amor, a Yahvéh-Dios. Yo Soy un alma liberada, en unión eterna, a mi Cristo-Interno Individual. Amén.” 
La Señal de la Cruz.
Señal de la Cruz, con Persignación;
Mano Derecha a la Frente; EN EL NOMBRE DEL PADRE,
Mano Derecha al Ombligo; DEL HIJO,
Mano Derecha al Hombro Izquierdo y al Derecho, respectivamente; Y DEL ESPÍRITU SANTO, AMÉN.
Oración de la Señal de la Cruz;
“EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO, AMÉN”.  
Padre Nuestro.
“Padre Nuestro, que estás en los Cielos.
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.
El Pan nuestro de cada día danos hoy.
Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Porque tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, por los Siglos de los Siglos, Amén.”
Gloria.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, y Gloria al Espíritu Santo. Gloria al Padre, como ha sido en un principio, ahora, y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ave María.
Ave María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Cristo-Jesús, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Alabanza a la Santísima Trinidad.
Alabanza a la Santísima Trinidad. Alabanza a, Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo. Tres personas distintas, y una esencia verdadera.
Alabanza a Yahvéh-Dios, increado y eterno. Alabanza a Cristo-Jesús, chispa de Luz del Divino Señor Fanes. Alabanza al Espíritu Santo, que es la Madre Santa Sofía. Alabanza, a Yahvéh-Dios, a Cristo-Jesús, y al Espíritu Santo.
Veneración a todos los ángeles de Dios. Veneración, a San Miguel Arcángel, al Ángel San Gabriel, al Ángel San Rafael, y al Ángel San Uriel. Veneración a todos los santos y santas, de la corte celestial. Veneración a la Virgen María, Madre de todos los creyentes, y abogada nuestra.
Alabanza a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

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