Cómo trabajar con el Maestro Jesús.
En el mantra,
Alabado Yahvéh y Jesús, Yahvéh representa, a Yahvéh-Dios, propiamente dicho, al
Ángel de Yahvéh que es Cristo-Fanes (Verbo, Ángel del Señor, y Cristo-Interno),
y al Espíritu de Yahvéh que es Santa Sofía. Y el Maestro Jesús, representa a
una extensión del Señor Cristo-Fanes, en su aspecto como Cristo Planetario,
sobre todo, desde la resurrección y ascensión del Maestro Jesús.
Como
Cristianos Internos, Jesús es nuestro principal maestro espiritual, luego del Cristo-Interno
Individual, que es el Divino Fanes, en el Corazón. Trabajar intensamente con el
Mantra Alabado Yahvéh y Jesús, es propio de la Doctrina Cristiana Interna, y
produce una gran elevación de conciencia, sobre todo, si el que lo utiliza,
tiene compresión espiritual y Conciencia de Cristo.
Jesús
significa, Yahvéh Salva, y por eso, se dice que Jesús es el nombre sobre todo
nombre, pues en el nombre del Señor Jesús, está Yahvéh, como el Padre que es
Yahvéh-Dios, el Hijo que es el Ángel de Yahvéh, y como el Espíritu Santo que es
el Espíritu de Yahvéh.
Por la
Voluntad de Yahvéh-Dios, Jesús es el Mesías para el Planeta Tierra, es decir,
Jesús es el Ungido de Yahvéh, para el Planeta Tierra, sobre todo, desde su
resurrección ascensión, y por eso, Jesús
es el Representante Especial, del Ángel del Señor, para nuestro mundo. Hay
muchos seres de Luz, pero Jesús es el único que cumple con la función del
Cristo Planetario, la cual consiste en reflejar al Padre, así como
Cristo-Fanes, también refleja al Padre. En realidad, Jesús refleja a Fanes, y
como Fanes refleja al Padre, El Elión, el Dios Altísimo, entonces, Jesús
también refleja al Padre, por transitividad. Por eso se dice que quien ve a
Jesús, ve al Padre. No es que Jesús sea el Padre, sino que Jesús refleja al
Padre. Hay otras entidades, muy elevadas espiritualmente, que también reflejan
al Padre, pero Jesús lo hace de forma especial, pues Yahvéh-Dios lo seleccionó
para que cumpla esa función.
Mantra
Alabado Yahvéh y Jesús;
“Alabado Yahvéh, Alabado Yahvéh, Yahvéh Yahvéh, Alabado Alabado. Alabado Jesús,
Alabado Jesús, Jesús Jesús, Alabado Alabado.”
Como protección
al empezar a al finalizar las oraciones y meditaciones, hacerse la señal de la
cruz;
La Señal
de la Cruz.
Señal de la
Cruz, con Persignación;
Mano Derecha
a la Frente; EN EL NOMBRE DEL PADRE,
Mano Derecha
al Ombligo; DEL HIJO,
Mano Derecha
al Hombro Izquierdo y al Derecho, respectivamente; Y DEL ESPÍRITU SANTO, AMÉN.
Oración de la
Señal de la Cruz;
“EN EL NOMBRE
DEL PADRE, DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO, AMÉN”.
Oración
para pedir; “Amado Yahvéh-Dios, en el
Nombre del Cristo-Interno, yo te pido, (decir el pedido). Gracias, Yahvéh-Dios,
que ya me oíste. Amén.”
Oración
para decretar en el Nombre del Cristo-Interno; “En el Nombre del Cristo-Interno, Yo Decreto, (decir el deseo o los
deseos). Gracias, Yahvéh-Dios, por tu Energía Espiritual. Amén.”
Puede meditarse en la forma Fanes, dentro del loto
del corazón, con el mantra, “Om,
Alabanza al Señor Fanes”, y de ésta forma, se crecerá en Conciencia de Cristo.
En éste caso, como Jesús representa una extensión del ser de Fanes, también
puede usarse, con el mismo fin, el Mantra, “Om,
Alabanza al Señor Jesús”.
Mantra de alabanza a la Santa Tríada y a Jesús: “Om, Alabanza, al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Om, Alabanza a
Cristo-Jesús.”
Para trabajar con el Maestro Jesús, se trabaja
también, con todas las entidades espirituales de la Doctrina Cristiana Interna,
pero se hace especial hincapié, en la Santa Tríada de, Padre, Hijo, y Espíritu
Santo, en el propio Maestro Jesús, y en los Siete Ángeles delante del Trono de
Dios.
Se pueden hacer pedidos en el Nombre del Señor
Jesús, a todas las entidades espirituales, de la misma forma que se haría, en
el Nombre del Cristo-Interno o en el Nombre de Cristo-Fanes. Se pueden hacer
mandatos, y prohibiciones, así como decretos, y éstos tomarán más fuerza, si se
hacen en el Nombre del Cristo-Interno, o en el Nombre de Cristo-Fanes, o en el
Nombre de Cristo-Jesús, pues esto es una forma de recurrir a la unión eterna
entre el alma y Yahvéh-Dios. Pero no se puede mandar sobre, Entidades
Espirituales Elevadas, ya sean, Santos, Santas, Almas Liberadas y Ascendidas,
Ángeles Elevados, o Selucocris o Seres de Luz con Conciencia de Cristo. No se
puede mandar ni a los Arcángeles, ni a los Devarajas, ni a los Archidemonios.
La enseñanza esotérica de Jesús de Nazaret.
Jesús, tenía profundos conocimientos esotéricos,
algunos de los cuales, son más elevados que los planteados por la Doctrina
Cristiana Interna actual. Pero Jesús no era Cristiano Interno, sino que era
Judío Interno, por darle un nombre a su forma de panenteísmo. Jesús dijo, “El
Reino de Dios, está dentro y fuera de vosotros. Parte una madera y allí me
encontrarás. Levanta una piedra, y allí estoy. Yo Soy el Todo.” Partiendo de
ésta base, y de una interpretación esotérica de la Biblia, puede deducirse, de
forma aproximada, cuál era la doctrina interna de Jesús de Nazaret.
1-El Principio del Dios Creador del Cielo y de la
Tierra: El
Elión, el Dios Altísimo, es el Dios verdadero, que creó al Cielo y a la Tierra,
con su mente y con su palabra. Por eso, cada quien puede crear, en su propio
ser y mundo, con su mente y con su palabra. El Elión, el Dios Altísimo, es el
Yahvéh Mayor, pero su primera creación, fue el Hijo de Dios, el Yahvéh Menor, el
Primogénito de la Creación, el Verbo de Dios, que es el Ángel del Señor, y su
segunda creación fue Sabiduría, el Espíritu del Señor o Espíritu Santo. Yahvéh-Dios,
creó a todas las cosas, por medio de su Palabra y de su Espíritu o Energía.
2-El Principio del Mesías: Por la voluntad de
Yahvéh-Dios, yo, Jesús de Nazaret, soy el Mesías o Ungido de Yahvéh, para toda
la tierra, pues yo reflejo al Ángel del Señor, como el Ángel del Señor refleja
al Padre, y por lo tanto, yo también reflejo al Padre, y quien me ha visto a
mí, ha visto al Padre. Los que me niegan, no sirven a Yahvéh-Dios, sino que
sirven a Satanás, el amo de éste mundo, y a su ministro, Belcebú, el príncipe
de los demonios y espíritus malignos.
3-El Principio de Salvación: La salvación, proviene
de aceptar la unión eterna entre el alma y el Dios Altísimo, lo cual debe
expresarse en dejar de obrar el mal, y en empezar a obrar el bien. Sólo se
salvará, quien acepte a Yahvéh como Dios, y a mí como mesías, haciendo el bien,
el cual consiste en amar al Señor Dios con todo el corazón, y en amar al
prójimo como a uno mismo. La salvación libra al alma de la reencarnación,
llevándola a cielo, luego de su última vida en la tierra, pero también puede
dar bendiciones materiales.
4-El Principio de la adoración a Dios: Dios Padre, debe ser
adorado en espíritu y en verdad, más allá de las escrituras. El Dios Altísimo,
debe ser obedecido, por encima de todos los ángeles y dioses, pero los otros
dioses, también existen.
Además, Jesús pensaba en ser ungido como rey de
Israel, y en expulsar a los romanos de su tierra, que para él, englobaba a
Judá, Samaria, y Galilea. Sin embargo, Jesús no fue reconocido por todo el
pueblo, ni por las autoridades de Israel, lo cual activó su otro plan, de ser,
no un rey mundano de Israel, sino que de ser un rey espiritual para toda la
humanidad. Su muerte en la cruz, entonces, fue pensada por Jesús, como una
forma de sacrificio a Yahvéh-Dios, para traer luz a todo el mundo, y
convertirse en un rey espiritual, con un reino que no era de éste mundo, sino
que era del cielo, donde habitaba su Dios, el Padre en el Cielo. Allí, cambió
su prédica sobre el reino de Dios, el cual ya no era algo espiritual y
material, sino que pasaba a ser algo estrictamente espiritual. Sin embargo,
luego de la muerte, Jesús resucitaría, y allí empezaría su verdadero reinado,
que no sería material, sino que sería espiritual y universal. De hecho, el
segundo plan de Jesús, era la verdadera voluntad de Dios, y así fue. Desde su
resurrección y ascensión, Jesús apunta su enseñanza sobre el reino de Dios, no
a una nación en específico, sino que a todas las naciones del mundo. Por eso,
para ser cristiano, no hay que circuncidarse, ni dejar de comer carne de cerdo,
sino que solo hay que seguir la enseñanza universal de Jesús, sin pasar por la
tradición judía, que solo son enseñanzas equivocadas de hombres, y de espíritus
malignos.
Primero, Jesús quiere que su enseñanza se centre en
los judíos y no en los gentiles, pero cuando su plan a fracasa, y no es
reconocido como rey de Israel, entonces empieza a ejecutar su plan b, creando
un culto mistérico, centrado en todas las naciones. Jesús primero dijo, “por
camino de gentiles no iréis”, y luego dijo, “id y haced discípulos en todas las
naciones, bautizándoles en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo,
Amén”. Jesús primero imponía la ley judía, cambiando unos detalles por
diferencias de interpretación, como el descanso del día sábado, pero luego
reduce sus mandamientos a sólo dos mandamientos universales, 1-amar a Dios con
todo el corazón y con todas las fuerzas, y 2-amar al prójimo como a uno mismo,
que pueden practicar todos los gentiles sin hacerse judíos. Hacia el final de
su vida, Jesús abandona definitivamente su idea de mesías político triunfante,
y adopta el plan del mesías espiritual sufriente, que luego resucitaría, para
tener un reino espiritual, sobre Todas las Naciones, y no solamente sobre
Israel. Dos Mil años después, podemos ver, que el plan b de Jesús, fue todo un
éxito, ya que se ha convertido en el rey espiritual de todo el occidente
cristiano, mayoritariamente, en América y Europa, y en otras partes del mundo,
en forma minoritaria, también.
Jesús, seguramente creía en la Santa Tríada,
llamando Yahvéh a Dios, llamando Ángel de Yahvéh, al Hijo, y llamando Espíritu
de Yahvéh o Sabiduría, al Espíritu Santo. También creía en los siete ángeles
delante del trono de Dios, como ángeles principales, y entre ésos ángeles,
seguramente estaban, Miguel, Gabriel, y Rafael. Los dioses, muchas veces, eran
ángeles buenos o demonios malos, que a veces, presidían naciones o estrellas.
También había, espíritus de muertos o fantasmas, y espíritus elementales de la
naturaleza, a los que seguramente llamaba espíritus del aire, o vientos del
aire. No sabemos si para Jesús, los demonios eran ángeles caídos, o espíritus
caídos de bajo nivel evolutivo, que no es lo mismo.
Para el Jesús encarnado, seguramente, el
Primogénito de la Creación, era el Yo Superior de todos los seres, y cada alma
era divina. Además, quizás, Jesús también sabía del Yo Superior Individual, o
Cristo-Interno, pero lo llamaba, Yo Soy, o bien, lo llamaba Espíritu, pues
tenemos un cuerpo, un alma, y un espíritu, siendo el espíritu, la Presencia de
Dios, dentro y por encima, del alma.
En la época de Jesús, poco antes de él, y después
de él, había muchos cultos mistéricos, como los misterios órficos y sus
derivados. Los misterios, eran mitos algo extraños con enseñanzas ocultas, que
al ser reveladas, producían una transformación espiritual en el adepto. Se
basaban en el conocimiento de uno mismo, y en entender que el mundo material,
era una ilusión, pero que el mundo espiritual, era el mundo real. Jesús era un
judío mistérico, pues era panenteísta, creía que todo está en Dios, y que Dios
está en todo, creía en un reino de Dios, de tipo espiritual, más allá de
Israel, creía en la reencarnación y en la liberación de ella, y creía en el
conocimiento de uno mismo. Jesús enseñó el nombre de Dios, Yahvéh, a sus
discípulos, y enseñó los misterios de reino de Dios, en forma algo codificada,
a todos, y en forma clara, a unos pocos discípulos, como Tomás y María
Magdalena. Entre los primeros cristianos, antes incluso de Pablo de Tarso,
había mesiánicos judíos, y mesiánicos gentiles, y Pablo de Tarso aprendió de
ambos, poniendo algo de lo que el Jesús resucitado y espiritual, le enseñó, a
él y a sus antecesores. Hoy el día, el Maestro Jesús, resucitado y ascendido,
que no volverá, porque siempre está con nosotros, desde el cielo, nos sigue
dando enseñanzas superiores, de tiempo en tiempo, por medio del Espíritu Santo,
que nos enseña todas las cosas. Hay que poner el vino nuevo en odres nuevos,
para beneficio de todos.
Dos cosas ofendieron a los judíos de la enseñanza
de Jesús. Una que Jesús era panteísta, “Yo y el Padre, Uno Somos”. “Yo Soy el
Camino, La Verdad y la Vida”. “Yo Soy la Puerta Abierta que nadie puede
cerrar”. “Yo Soy La Resurrección y la Vida”. “El Reino de Dios, está dentro y
fuera de vosotros. Parte una madera y allí me encontrarás. Levanta una piedra,
y allí estoy. Yo Soy el Todo.” “Ustedes son dioses”. “El Dios Altísimo se
sienta en la asamblea de los dioses, y en medio de ellos juzga”, (ésta última
frase, es de un salmo, no de Jesús) .” Y la otra cosa, que les ofendió, es que
Jesús enseñaba y usaba el Nombre de Dios, Yahvéh, públicamente, en vez de
respetar el tabú judío de la época, de llamar a Dios con sustitutivos, como Adonay
o Señor. Por eso, los judíos, usualmente, no en su totalidad, rechazaban y
rechazan, a Jesús. Un dios mistérico, que es hijo de Dios, que es panteísta, que muere y resucita, y que
enseña una Tríada Divina, es algo que desagrada a todo monoteísta sincero, pues
es el puro panteísmo original, de los adoradores de El Elión, y termina siendo
una doctrina, no muy diferente de la de los paganos. Incluso los cristianos
externos de toda época, usualmente, no en su totalidad, rechazan éstas ideas,
panteístas, y solo toman algunas ideas de Jesús, rechazando las que son de
fondo, y quedándose con la superficie.
En todas estas cosas, consistía, posiblemente, el
Judaísmo Interno y Panenteísta, de Jesús de Nazaret. La Doctrina Cristiana
Interna, que plantea este libro, conserva mucho de ello, y agrega nuevas revelaciones
del Espíritu Santo, a tal punto, que nos parecemos más a los hindúes y a los
paganos, que a los judíos y a los cristianos. Nosotros, los cristianos
internos, los adoradores de Yahvéh-Dios, discípulos del Maestro Cristo-Jesús,
seguimos la inspiración espiritual, de Yahvéh-Dios, del Verbo Fanes, de Santa
Sofía, del Maestro Jesús de Nazaret, y del Cristo-Interno Individual.
Práctica
Espiritual Diaria Sugerida (No Obligatoria).
Oración al
Dios Uno; “YO SOY UNO
CON EL TODO. TODOS, SOMOS UNO CON EL SER. NADIE ES ESPECIAL, PERO ESTE
CONOCIMIENTO, ES ESPECIAL. EL UNIVERSO ES UN PENSAMIENTO PASAJERO, EN LA MENTE
DEL ETERNO DIOS UNO. LA ILUSIÓN NO ESTÁ EN VIVIR DENTRO DEL MUNDO. LA ILUSIÓN
ESTÁ EN CREER QUE ESTÁS SEPARADO DEL DIOS UNO. LA UNIÓN ES LA VERDAD ESENCIAL,
MÁS ALLÁ DE LA SEPARACIÓN ILUSORIA.”
Mantra
Alabado Yahvéh y Jesús, Tres Veces;
“Alabado Yahvéh, Alabado Yahvéh, Yahvéh Yahvéh, Alabado Alabado. Alabado Jesús,
Alabado Jesús, Jesús Jesús, Alabado Alabado.”
Otra opción,
Mantra Alabado Yahvéh y Cristo-Interno, Tres Veces; “Alabado Yahvéh, Alabado Yahvéh, Yahvéh
Yahvéh, Alabado Alabado. Alabado Cristo-Interno, Alabado Cristo-Interno,
Cristo-Interno Cristo-Interno, Alabado Alabado.”
Mantra de
Fuego Violeta de Saint Germain, Tres Veces; “Yo Soy un Ser de Fuego Violeta, Yo Soy la Pureza que
Dios desea.”
Otra opción,
Mantra de Fuego Violeta, Tres Veces;
“Yo Soy el Fuego Violeta, de la Transmutación.”
Invocación
Universal de Flama Violeta, una vez;
“Yo Soy la Flama Violeta Transmutadora, que liberta, a mi ser, a todo éste
planeta, y a todo el universo, para mi bienestar completo, y gloria de Dios,
sin que yo absorba el mal karma de nadie. Flama Violeta, Gracias. Gracias Dios,
por tu Luz. Amén.”
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