martes, 15 de enero de 2019

El Principio de cómo usar la Conciencia de Cristo, en la Oración.

En espiritualidad, el uso de la Conciencia de Cristo, es muy importante, pues el Cristo-Interno, es el Yo Soy, y éste es la Presencia de Dios, dentro de uno mismo. Existen muchos recursos espirituales, al alcance de los devotos, pero a veces, éstos no saben cómo usarlos. Supongo que cada quien, termina encontrando su propio método, con el tiempo, mediante, ensayo, error, y acierto.
Aquí yo explicaré mi forma de aplicar los poderes de la Presencia Yo Soy, pues algunas cosas sirven para unas cosas, y otras cosas sirven para otras cosas. Algunas cosas sirven para purificarse a uno mismo, otras cosas sirven para pedir deseos, y algunas cosas, sirven de poco, aunque parezca que sirven para mucho.
Las afirmaciones positivas basadas en el santo nombre de Dios, que es Yo Soy, sirven para la purificación personal. Cada vez que el devoto dice en oración, “Yo Soy”, es como si dijera, “Dios en mí es”, para dar fuerza a la afirmación positiva que viene después. Por ejemplo, es correcto decir en oración, “Yo soy el fuego amarillo de la sabiduría”, pues es un mantra de purificación espiritual, pero es incorrecto decir en oración, “Yo soy exitoso y en éste acto yo consigo éste trabajo”, pues para decretar o mandar, se usa el Yo Mando o Yo Decreto, y no el Yo Soy. Por otro lado, el uso de decretos o mandatos, es útil, pero no siempre funciona, pues el hombre propone, pero Dios dispone, aunque la persona sea consciente de su chispa divina interior.
El mandato o decreto, generalmente, se usa poco y nada, pues el hombre propone, pero Dios dispone. Sin embargo, si se usa bien, puede usarse. En el mandato o decreto, se puede decir “En el Nombre de Cristo-Fanes, Yo Mando que (suceda tal cosa). Gracias Universo por escucharme. Amén.” En los mandatos o decretos, éstos deben hacerse de manera general, y no deben aplicarse sobre individuos en concreto, pues no se debe intentar romper el libre albedrío de los individuos, ya que eso es castigado por la Ley Espiritual. Cada quien debe hacer su propio tránsito evolutivo, sin importar si en el proceso, se hace daño a sí mismo o a los demás, y no debe usarse el poder espiritual, para encaminar a nadie en la senda del bien, pues al hacerlo, se atrasa a la evolución del otro, y de uno mismo. Otra cosa es lo material, pues si usted ve que alguien quiere hacer algo malo, contra sí mismo, contra usted, o contra otro ser, entonces sí debe interferir, avisando a las autoridades, o actuando físicamente para evitarlo, según sea el caso, protegiéndose lo más posible a usted mismo en el proceso. Pero no debe intentar usar su poder espiritual, para violar el libre albedrío de otro ser.
El uso de la Flama Violeta Transmutadora, solo sirve para hacer el bien, para transmutar lo malo en bueno, para destruir lo malo y para crear lo bueno, y solo funciona respetando el libre albedrío de todos los seres. En general, la Flama Violeta, se usa para purificación personal, en combinación con el santo nombre de Dios, Yo Soy. Por ejemplo, con la Flama Violeta, se pueden usar estos mantras de purificación;
“Yo Soy un Ser de Fuego Violeta, Yo Soy la Pureza que Dios desea”; “Yo Soy el Fuego Violeta de la Transmutación”
Otro ejemplo, cuando se quiere dar más fuerza a cualquier mantra, se lo puede combinar con la Flama Violeta, de ésta forma;
“Invoco a la Flama Violeta Transmutadora, a que me encienda en ésta situación; “Yo soy un Alma Liberada, en Unión Eterna con Dios (x10)”; Flama Violeta, Gracias. Gracias Dios por tu Luz. Amén.”
Otro ejemplo, la Flama Violeta, también puede usarse en oraciones de protección, como por ejemplo, con esta oración; “Yo Soy El Tubo de Luz Protector y el Pilar de Flama Violeta Transmutadora. Flama Violeta, Gracias. Y Gracias Dios, por tu luz. Amén.”
Otro ejemplo, la Flama Violeta, puede usarse para la purificación de uno mismo y de los demás, con oraciones, pero siempre que uno rece por el bien de otro ser, hay que incluir ésta cláusula en la oración, “para mi bienestar completo, y gloria de Dios”, y de ésta forma, se evitará tomar el mal karma de otros seres, sobre uno mismo, ya que en realidad, cada quien debe hacer su propio esfuerzo para purificarse y elevarse espiritualmente. Por eso, rezar por uno mismo, siempre da más resultado que rezar por otro ser. El llamado espiritual, para que dé mayor resultado, en lo espiritual o en lo material, debe venir del ser, que está en la situación que necesita la ayuda. Por ejemplo, puede usarse ésa oración;
“Yo Soy la Flama Violeta Transmutadora, que me liberta a mí, a todo éste planeta, y a todo el universo, para mi bienestar completo, y gloria de Dios. Flama Violeta, Gracias. Y gracias Yahvéh-Dios, por tu luz. Amén.”
También, la Flama Violeta, puede usarse para situaciones concretas, en las cuales, sea necesaria la virtud de la Transmutación de lo Malo en Bueno, en cuyo caso, no hace falta hacer grandes aclaraciones, pues la Flama Violeta, actúa sola, y lo hace para el bien perfecto de todos los seres, respetando el libre albedrío de todos;
“Amada Flama Violeta, te pido que enciendas ésta situación y que la transmutes, para mi bienestar completo, y gloria de Dios. Flama Violeta, Gracias. Y Gracias Dios por tu luz. Amén.”
Aclaro que ninguna oración se cancela por pensar negativamente sobre lo pedido, o por afirmar algo contrario a lo dicho en oración, pues la oración espiritual, es más poderosa que los pensamientos comunes. Debes tener más fe en tu oración espiritual, y en el poder de Jelkerá-Dios, que en todo lo demás. No debemos negar la realidad, sino que debemos aceptar la realidad, y transformarla, en Conciencia de Cristo. El cambio es la única constante de la vida, y todo cambiará en su tiempo, pero debemos, orar, pensar, y actuar, para que todo salga de la mejor forma posible. Debemos complementar un pensamiento optimista ante la vida, con un pensamiento realista ante la vida, pero sin negar la realidad, y sin ser derrotistas. Debemos enfrentar a la vida, con coraje y con esperanza. Debemos dedicar un tiempo a lo espiritual, y debemos dedicar un tiempo a lo material, pues somos seres espirituales, que deben vivir una experiencia material, para poder evolucionar. Un minuto de oración de fe, es mejor que pasarse la vida llorando. Lo mejor es dedicar un tiempo, diariamente, a la oración de fe, y ese tiempo puede ser unos segundos, un minuto, cinco minutos, diez minutos, o una hora como máximo, y luego debemos dedicarnos a otras actividades. La oración diaria, debería formar parte de nuestra disciplina espiritual, pues eso es lo mejor, pero claro está, que no es obligatorio. Es preferible orar poco, pero con fe, que orar mucho, sin fe, mal, y en desesperación. Si se ora con fe, aunque se ore poco, se logra mucho. Por otro lado, aunque se ore mucho, si se ora sin fe, no vale de nada. En la oración espiritual, la calidad, la fe, y la constancia, son mejores que la cantidad. Hay que orar de corazón, y Jelkerá-Dios, que ve el corazón, te sacará de la situación mala, y de tu desesperación, si esa es su santa voluntad.
Con la Energía Espiritual, hay que tener más cuidado, pues la Energía Espiritual, puede usarse para el bien, y también para el mal, respetando el libre albedrío, o sin respetar el libre albedrío. Por lo tanto, cuando se le pide algo a  la Energía Espiritual, hay que ser específico en el pedido. Con la Energía Espiritual, hay que ser más específico, que cuando se le pide algo a la Flama Violeta, pues son dos tipos de energías totalmente distintas. Con la Energía Espiritual, no hay que usar el mandato, sino que hay que usar el pedido, pues la Energía Espiritual, es una energía controlada por Yahvéh-Dios, y es una energía, que forma parte de lo que es Yahvéh-Dios, quien está por encima de todos nosotros. La Energía Espiritual es sensible al pensamiento e Dios, primeramente, pero también es sensible, en grado menor, al pensamiento de las criaturas. Por ejemplo, para pedir a la Energía Espiritual, puede usarse esta oración, o una oración parecida;
“Amada Energía Espiritual, yo te pido (tal cosa o tales cosas). Amada Energía Espiritual, Gracias que ya me oíste. Gracias Dios por todo. Amen.”
Para pedir a Yahvéh-Dios, no hace falta repetir el pedido muchas veces, pero tal cosa puede hacerse, si se desea, para reforzar el pedido. Para pedir algo a Yahvéh-Dios, se pide una sola vez, lo mejor que se pueda, y se deja al Señor Dios, la realización, si esa es su voluntad. Repetir el pedido muchas veces, puede ser una forma de demostrar falta de fe, y eso es malo. En todo pedido, conviene agradecer a Yahvéh-Dios por haber escuchado, al final de la oración, pues eso es una forma de expresar fe, lo cual agrada a Yahvéh-Dios, y a su Ley Espiritual, que gobierna al Universo en su nombre y con su autoridad.
Aquí doy algunos ejemplos de cómo pedir a Yahvéh-Dios;
“Amado Yahvéh-Dios, yo te pido (tal o tales cosas). En el bien, bajo la gracia y de manera perfecta, en armonía para todo el mundo, de acuerdo a la voluntad divina, y en el nombre del Cristo-Interno. Gracias Padre, que ya me oíste. Amen.”
En esta oración; se pide en el bien, pues no se desea que el bien de uno sea el mal de otro; se pide bajo la gracia y de manera perfecta, pues se desea que sea por la benevolencia gratuita de Dios, y sin imperfecciones; se pide en armonía para todo el mundo, para que no se traiga molestias a nadie; se pide  de acuerdo a la voluntad de Dios, para estar siempre sometidos al plan de Dios, para el perfeccionamiento del alma; y se pide, en el nombre del Cristo-Interno, para reforzar nuestro pedido, por la invocación de la Presencia de Dios, dentro de uno mismo. Y finalmente se agradece al final de la oración, para expresar fe en que Yahvéh-Dios escuchó el pedido.
Otra forma de hacer un pedido a Yahvéh-Dios, de manera más corta, puede ser con una oración como ésta;
“Amado Yahvéh-Dios, yo te pido (tal o tales cosas). Gracias Padre, que ya me oíste, en el nombre del Cristo-Interno. Amén.”
En los pedidos a Dios, no hay que extenderse demasiado, sino que hay que ir directo al objetivo, y luego pueden hacerse alabanzas durante mucho tiempo, si se desea, pero  en el pedido, hay que ser breve, pues no es bueno pensar más en tus necesidades, que en el poder de Yahvéh-Dios, ya que eso demuestra algún nivel de falta de fe.
Para mayor claridad, recordemos la regla de la triple llave, que nos explica los alcances y las limitaciones de la oración de fe;
“Yo sugiero que practiques la Regla de la Triple Llave Maestra, que resuelve muchos problemas, no todos, lamentablemente, pero sí algunos, afortunadamente. La Triple Llave Maestra, consiste en Orar, Pensar, y Actuar. Ora a Dios con la fe de que te escucha, y que te cumplirá lo que le pides, si eso encaja con su desconocida voluntad, pero que en todo caso, él te ilumina por el solo hecho de elevar tu pensamiento a él, independientemente, de que te cumpla o de que no te cumpla. Piensa estratégicamente, que posición tienes en la vida, a qué posición quieres llegar, y que tienes que hacer para lograrlo. Y trabaja con paciencia y con insistencia, hasta lograr tus objetivos. Por este triple medio de orar pensar y actuar, lograrás algo, aunque no lograrás todo. Cuando puedas hacer una de las tres cosas, ya sea, orar, pensar, o actuar, has una, cuando puedas hacer dos cosas, has dos, y cuando puedas hacer las tres cosas, has las tres cosas. Cualquiera de las tres cosas, bien hechas, es mejor que nada. La Triple Llave Maestra no abre todas las puertas, pero puede abrir algunas, si esa es la santa voluntad de Dios.”
También conviene recordar, que no somos cristianos internos, para que se nos cumplan deseos, sino que somos espirituales, para unirnos a Yahvéh-Dios, en el nombre del Cristo Interno, para liberar nuestra alma de la rueda de reencarnaciones, y alcanzar la dicha eterna en el cielo. Todo lo que nos suceda, sea bueno o malo, es bueno para nuestra evolución, desde el punto de vista de Yahvéh-Dios, aunque a veces sea malo desde nuestro punto de vista humano. El buen devoto cristiano interno, debe tener, disfrute en la alegría, consuelo en la tristeza, y una vida entera de esperanza, en el amor incondicional del Cristo-Interno. En esto ha demostrado Dios, su amor para con nosotros, en que nos ha dado un Cristo-Interno de amor incondicional, para que nos acompañe, desde siempre y para siempre, sin importar en que plano de existencia nos encontremos. No venimos al mundo para que se nos cumplan nuestros deseos, sino que venimos al mundo, para que se cumpla el triple propósito de la vida humana. Y el triple propósito de la vida humana es purgar pecados de vidas anteriores, tratar de ser felices, y evolucionar espiritualmente.
Es bueno ser ambicioso, y cumplir nuestros deseos por medio de nuestro trabajo duro, pero no es bueno ser un vano superficial, que solo piensa en lo material. No es pecado ser rico, pero tampoco es pecado ser pobre. Lo pecaminoso es ser malvado, tratando a los demás de una forma que no nos gustaría que nos traten a nosotros. Entiendo que el mundo material es un lugar hostil, donde tú pisas a otros, u otros te pisan a ti, pero no deberíamos excedernos en eso, pues somos espirituales, y deberíamos tener valores un poco más elevados.
Debemos complementar nuestra virtud de humildad, de ser criaturas de Dios, con nuestro orgullo de tener una esencia divina. La afirmación, “Yo Soy Dios”, es un mantra insostenible en el tiempo, pues en enfermedad y en fracaso, no puede realizarse, negando la realidad. A la realidad no hay que negarla, sino que hay que cambiarla. En cambio, la afirmación “Yo Soy un Alma Liberada en Unión Eterna con Dios”, sí se puede sostener en el tiempo, pues es la pura verdad, sin importar si estás en el cielo, en la tierra, en el purgatorio, o en el infierno, pues siempre somos almas en unión eterna con Dios, y somos libres, en el tiempo eterno de Dios, si lo aceptamos por fe.
El objetivo de la Conciencia de Cristo, es que el Iniciado en la Conciencia de Cristo, sea discípulo del Cristo-Interno, y Maestro de sí Mismo. La evolución individual, es acelerada, y la evolución grupal, es lenta. La evolución individual es acelerada, pues el individuo, cuando descubre algo, lo puede practicar y perfeccionar, sin pedir permiso a nadie, lo cual es bueno. En cambio, los grupos evolucionan lento, pues cada vez que se hace algo, hay que explicarlo, y todos se tienen que poner de acuerdo para hacerlo, lo cual es malo.
El verdadero camino del iniciado en la Conciencia de Cristo, es un camino de crecimiento interior, y es un camino solitario y difícil, donde no hay, ni un libro perfecto, ni un maestro perfecto, sino que el iniciado, está solo en el mundo. Se deben leer todos los libros, pues no hay libro, por malo que sea, que no tenga algo bueno, y no hay libro, por bueno que sea, que no contenga algo malo. Luego, el iniciado deberá meditar, y encontrar la verdad en su interior, aprendiendo por ensayo, error, y acierto. Así fue como yo hice al Cristianismo Interno, y fui llenado del Espíritu Santo. Sin embargo, el Cristianismo Interno es mí camino, y no el tuyo, y por lo tanto, aunque sepas todos los principios del Cristianismo Interno, finalmente, tú decides cual será tu camino, pues lo que es bueno para mí, quizás no sea bueno para ti. El Cristianismo Interno es la Palabra de Yahvéh-Dios, pero quizás, Yahvéh-Dios tenga otra palabra para ti. Hay muchos caminos que llevan a la cima de una montaña, y no solo un camino. Yo comparto lo que sé, para no ser tan egoísta, pero en realidad, cada quien, debe seguir su propio camino. Aunque la revelación Cristiana Interna sea la Palabra de Dios, solo lo es para mí, y no es la verdad absoluta, sino que es un escalón más, en una revelación sucesiva, que empieza en el plano físico, y continúa en el plano espiritual. Tú, debes encontrar tu propia Palabra de Dios, la cual puede coincidir con la mía, o puede no coincidir con la mía. La verdad es una sola, pero la verdad completa, solo la conoce Yahvéh-Dios. El Cristianismo Interno, aunque es la mejor aproximación a la verdad espiritual que existe en el plano físico, en evaluación mía, sólo es una aproximación a la verdad espiritual.

Paz a todos los seres.

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