En
espiritualidad, el uso de la Conciencia de Cristo, es muy importante, pues el
Cristo-Interno, es el Yo Soy, y éste es la Presencia de Dios, dentro de uno
mismo. Existen muchos recursos espirituales, al alcance de los devotos, pero a
veces, éstos no saben cómo usarlos. Supongo que cada quien, termina encontrando
su propio método, con el tiempo, mediante, ensayo, error, y acierto.
Aquí yo
explicaré mi forma de aplicar los poderes de la Presencia Yo Soy, pues algunas
cosas sirven para unas cosas, y otras cosas sirven para otras cosas. Algunas
cosas sirven para purificarse a uno mismo, otras cosas sirven para pedir
deseos, y algunas cosas, sirven de poco, aunque parezca que sirven para mucho.
Las
afirmaciones positivas basadas en el santo nombre de Dios, que es Yo Soy,
sirven para la purificación personal. Cada vez que el devoto dice en oración,
“Yo Soy”, es como si dijera, “Dios en mí es”, para dar fuerza a la afirmación
positiva que viene después. Por ejemplo, es correcto decir en oración, “Yo soy
el fuego amarillo de la sabiduría”, pues es un mantra de purificación
espiritual, pero es incorrecto decir en oración, “Yo soy exitoso y en éste acto
yo consigo éste trabajo”, pues para decretar o mandar, se usa el Yo Mando o Yo
Decreto, y no el Yo Soy. Por otro lado, el uso de decretos o mandatos, es útil,
pero no siempre funciona, pues el hombre propone, pero Dios dispone, aunque la
persona sea consciente de su chispa divina interior.
El mandato o
decreto, generalmente, se usa poco y nada, pues el hombre propone, pero Dios
dispone. Sin embargo, si se usa bien, puede usarse. En el mandato o decreto, se
puede decir “En el Nombre de Cristo-Fanes, Yo Mando que (suceda tal cosa).
Gracias Universo por escucharme. Amén.” En los mandatos o decretos, éstos deben
hacerse de manera general, y no deben aplicarse sobre individuos en concreto,
pues no se debe intentar romper el libre albedrío de los individuos, ya que eso
es castigado por la Ley Espiritual. Cada quien debe hacer su propio tránsito
evolutivo, sin importar si en el proceso, se hace daño a sí mismo o a los
demás, y no debe usarse el poder espiritual, para encaminar a nadie en la senda
del bien, pues al hacerlo, se atrasa a la evolución del otro, y de uno mismo.
Otra cosa es lo material, pues si usted ve que alguien quiere hacer algo malo,
contra sí mismo, contra usted, o contra otro ser, entonces sí debe interferir,
avisando a las autoridades, o actuando físicamente para evitarlo, según sea el
caso, protegiéndose lo más posible a usted mismo en el proceso. Pero no debe
intentar usar su poder espiritual, para violar el libre albedrío de otro ser.
El uso de la
Flama Violeta Transmutadora, solo sirve para hacer el bien, para transmutar lo
malo en bueno, para destruir lo malo y para crear lo bueno, y solo funciona
respetando el libre albedrío de todos los seres. En general, la Flama Violeta,
se usa para purificación personal, en combinación con el santo nombre de Dios,
Yo Soy. Por ejemplo, con la Flama Violeta, se pueden usar estos mantras de
purificación;
“Yo Soy un
Ser de Fuego Violeta, Yo Soy la Pureza que Dios desea”; “Yo Soy el Fuego
Violeta de la Transmutación”
Otro ejemplo,
cuando se quiere dar más fuerza a cualquier mantra, se lo puede combinar con la
Flama Violeta, de ésta forma;
“Invoco a la
Flama Violeta Transmutadora, a que me encienda en ésta situación; “Yo soy un
Alma Liberada, en Unión Eterna con Dios (x10)”; Flama Violeta, Gracias. Gracias
Dios por tu Luz. Amén.”
Otro ejemplo,
la Flama Violeta, también puede usarse en oraciones de protección, como por
ejemplo, con esta oración; “Yo Soy El Tubo de Luz Protector y el Pilar de Flama
Violeta Transmutadora. Flama Violeta, Gracias. Y Gracias Dios, por tu luz.
Amén.”
Otro ejemplo,
la Flama Violeta, puede usarse para la purificación de uno mismo y de los
demás, con oraciones, pero siempre que uno rece por el bien de otro ser, hay
que incluir ésta cláusula en la oración, “para mi bienestar completo, y gloria
de Dios”, y de ésta forma, se evitará tomar el mal karma de otros seres, sobre
uno mismo, ya que en realidad, cada quien debe hacer su propio esfuerzo para
purificarse y elevarse espiritualmente. Por eso, rezar por uno mismo, siempre
da más resultado que rezar por otro ser. El llamado espiritual, para que dé
mayor resultado, en lo espiritual o en lo material, debe venir del ser, que
está en la situación que necesita la ayuda. Por ejemplo, puede usarse ésa
oración;
“Yo Soy la
Flama Violeta Transmutadora, que me liberta a mí, a todo éste planeta, y a todo
el universo, para mi bienestar completo, y gloria de Dios. Flama Violeta,
Gracias. Y gracias Yahvéh-Dios, por tu luz. Amén.”
También, la
Flama Violeta, puede usarse para situaciones concretas, en las cuales, sea
necesaria la virtud de la Transmutación de lo Malo en Bueno, en cuyo caso, no
hace falta hacer grandes aclaraciones, pues la Flama Violeta, actúa sola, y lo
hace para el bien perfecto de todos los seres, respetando el libre albedrío de
todos;
“Amada Flama
Violeta, te pido que enciendas ésta situación y que la transmutes, para mi
bienestar completo, y gloria de Dios. Flama Violeta, Gracias. Y Gracias Dios
por tu luz. Amén.”
Aclaro que ninguna oración se cancela por pensar negativamente sobre lo pedido, o por afirmar algo contrario a lo dicho en oración, pues la oración espiritual, es más poderosa que los pensamientos comunes. Debes tener más fe en tu oración espiritual, y en el poder de Jelkerá-Dios, que en todo lo demás. No debemos negar la realidad, sino que debemos aceptar la realidad, y transformarla, en Conciencia de Cristo. El cambio es la única constante de la vida, y todo cambiará en su tiempo, pero debemos, orar, pensar, y actuar, para que todo salga de la mejor forma posible. Debemos complementar un pensamiento optimista ante la vida, con un pensamiento realista ante la vida, pero sin negar la realidad, y sin ser derrotistas. Debemos enfrentar a la vida, con coraje y con esperanza. Debemos dedicar un tiempo a lo espiritual, y debemos dedicar un tiempo a lo material, pues somos seres espirituales, que deben vivir una experiencia material, para poder evolucionar. Un minuto de oración de fe, es mejor que pasarse la vida llorando. Lo mejor es dedicar un tiempo, diariamente, a la oración de fe, y ese tiempo puede ser unos segundos, un minuto, cinco minutos, diez minutos, o una hora como máximo, y luego debemos dedicarnos a otras actividades. La oración diaria, debería formar parte de nuestra disciplina espiritual, pues eso es lo mejor, pero claro está, que no es obligatorio. Es preferible orar poco, pero con fe, que orar mucho, sin fe, mal, y en desesperación. Si se ora con fe, aunque se ore poco, se logra mucho. Por otro lado, aunque se ore mucho, si se ora sin fe, no vale de nada. En la oración espiritual, la calidad, la fe, y la constancia, son mejores que la cantidad. Hay que orar de corazón, y Jelkerá-Dios, que ve el corazón, te sacará de la situación mala, y de tu desesperación, si esa es su santa voluntad.
Aclaro que ninguna oración se cancela por pensar negativamente sobre lo pedido, o por afirmar algo contrario a lo dicho en oración, pues la oración espiritual, es más poderosa que los pensamientos comunes. Debes tener más fe en tu oración espiritual, y en el poder de Jelkerá-Dios, que en todo lo demás. No debemos negar la realidad, sino que debemos aceptar la realidad, y transformarla, en Conciencia de Cristo. El cambio es la única constante de la vida, y todo cambiará en su tiempo, pero debemos, orar, pensar, y actuar, para que todo salga de la mejor forma posible. Debemos complementar un pensamiento optimista ante la vida, con un pensamiento realista ante la vida, pero sin negar la realidad, y sin ser derrotistas. Debemos enfrentar a la vida, con coraje y con esperanza. Debemos dedicar un tiempo a lo espiritual, y debemos dedicar un tiempo a lo material, pues somos seres espirituales, que deben vivir una experiencia material, para poder evolucionar. Un minuto de oración de fe, es mejor que pasarse la vida llorando. Lo mejor es dedicar un tiempo, diariamente, a la oración de fe, y ese tiempo puede ser unos segundos, un minuto, cinco minutos, diez minutos, o una hora como máximo, y luego debemos dedicarnos a otras actividades. La oración diaria, debería formar parte de nuestra disciplina espiritual, pues eso es lo mejor, pero claro está, que no es obligatorio. Es preferible orar poco, pero con fe, que orar mucho, sin fe, mal, y en desesperación. Si se ora con fe, aunque se ore poco, se logra mucho. Por otro lado, aunque se ore mucho, si se ora sin fe, no vale de nada. En la oración espiritual, la calidad, la fe, y la constancia, son mejores que la cantidad. Hay que orar de corazón, y Jelkerá-Dios, que ve el corazón, te sacará de la situación mala, y de tu desesperación, si esa es su santa voluntad.
Con la
Energía Espiritual, hay que tener más cuidado, pues la Energía Espiritual,
puede usarse para el bien, y también para el mal, respetando el libre albedrío,
o sin respetar el libre albedrío. Por lo tanto, cuando se le pide algo a la Energía Espiritual, hay que ser específico
en el pedido. Con la Energía Espiritual, hay que ser más específico, que cuando
se le pide algo a la Flama Violeta, pues son dos tipos de energías totalmente
distintas. Con la Energía Espiritual, no hay que usar el mandato, sino que hay
que usar el pedido, pues la Energía Espiritual, es una energía controlada por
Yahvéh-Dios, y es una energía, que forma parte de lo que es Yahvéh-Dios, quien
está por encima de todos nosotros. La Energía Espiritual es sensible al
pensamiento e Dios, primeramente, pero también es sensible, en grado menor, al
pensamiento de las criaturas. Por ejemplo, para pedir a la Energía Espiritual,
puede usarse esta oración, o una oración parecida;
“Amada
Energía Espiritual, yo te pido (tal cosa o tales cosas). Amada Energía
Espiritual, Gracias que ya me oíste. Gracias Dios por todo. Amen.”
Para pedir a
Yahvéh-Dios, no hace falta repetir el pedido muchas veces, pero tal cosa puede
hacerse, si se desea, para reforzar el pedido. Para pedir algo a Yahvéh-Dios,
se pide una sola vez, lo mejor que se pueda, y se deja al Señor Dios, la
realización, si esa es su voluntad. Repetir el pedido muchas veces, puede ser
una forma de demostrar falta de fe, y eso es malo. En todo pedido, conviene
agradecer a Yahvéh-Dios por haber escuchado, al final de la oración, pues eso
es una forma de expresar fe, lo cual agrada a Yahvéh-Dios, y a su Ley Espiritual,
que gobierna al Universo en su nombre y con su autoridad.
Aquí doy
algunos ejemplos de cómo pedir a Yahvéh-Dios;
“Amado
Yahvéh-Dios, yo te pido (tal o tales cosas). En el bien, bajo la gracia y de
manera perfecta, en armonía para todo el mundo, de acuerdo a la voluntad
divina, y en el nombre del Cristo-Interno. Gracias Padre, que ya me oíste.
Amen.”
En esta
oración; se pide en el bien, pues no se desea que el bien de uno sea el mal de
otro; se pide bajo la gracia y de manera perfecta, pues se desea que sea por la
benevolencia gratuita de Dios, y sin imperfecciones; se pide en armonía para
todo el mundo, para que no se traiga molestias a nadie; se pide de acuerdo a la voluntad de Dios, para estar
siempre sometidos al plan de Dios, para el perfeccionamiento del alma; y se
pide, en el nombre del Cristo-Interno, para reforzar nuestro pedido, por la
invocación de la Presencia de Dios, dentro de uno mismo. Y finalmente se
agradece al final de la oración, para expresar fe en que Yahvéh-Dios escuchó el
pedido.
Otra forma de
hacer un pedido a Yahvéh-Dios, de manera más corta, puede ser con una oración
como ésta;
“Amado
Yahvéh-Dios, yo te pido (tal o tales cosas). Gracias Padre, que ya me oíste, en
el nombre del Cristo-Interno. Amén.”
En los
pedidos a Dios, no hay que extenderse demasiado, sino que hay que ir directo al
objetivo, y luego pueden hacerse alabanzas durante mucho tiempo, si se desea,
pero en el pedido, hay que ser breve,
pues no es bueno pensar más en tus necesidades, que en el poder de Yahvéh-Dios,
ya que eso demuestra algún nivel de falta de fe.
Para mayor
claridad, recordemos la regla de la triple llave, que nos explica los alcances
y las limitaciones de la oración de fe;
“Yo sugiero que practiques la Regla
de la Triple Llave Maestra, que resuelve muchos problemas, no todos,
lamentablemente, pero sí algunos, afortunadamente. La Triple Llave Maestra,
consiste en Orar, Pensar, y Actuar. Ora a Dios con la fe de que te escucha, y
que te cumplirá lo que le pides, si eso encaja con su desconocida voluntad,
pero que en todo caso, él te ilumina por el solo hecho de elevar tu pensamiento
a él, independientemente, de que te cumpla o de que no te cumpla. Piensa
estratégicamente, que posición tienes en la vida, a qué posición quieres
llegar, y que tienes que hacer para lograrlo. Y trabaja con paciencia y con
insistencia, hasta lograr tus objetivos. Por este triple medio de orar pensar y
actuar, lograrás algo, aunque no lograrás todo. Cuando puedas hacer una de las
tres cosas, ya sea, orar, pensar, o actuar, has una, cuando puedas hacer dos
cosas, has dos, y cuando puedas hacer las tres cosas, has las tres cosas.
Cualquiera de las tres cosas, bien hechas, es mejor que nada. La Triple Llave
Maestra no abre todas las puertas, pero puede abrir algunas, si esa es la santa
voluntad de Dios.”
También conviene recordar, que
no somos cristianos internos, para que se nos cumplan deseos, sino que somos
espirituales, para unirnos a Yahvéh-Dios, en el nombre del Cristo Interno, para
liberar nuestra alma de la rueda de reencarnaciones, y alcanzar la dicha eterna
en el cielo. Todo lo que nos suceda, sea bueno o malo, es bueno para nuestra
evolución, desde el punto de vista de Yahvéh-Dios, aunque a veces sea malo
desde nuestro punto de vista humano. El buen devoto cristiano interno, debe
tener, disfrute en la alegría, consuelo en la tristeza, y una vida entera de
esperanza, en el amor incondicional del Cristo-Interno. En esto ha demostrado
Dios, su amor para con nosotros, en que nos ha dado un Cristo-Interno de amor
incondicional, para que nos acompañe, desde siempre y para siempre, sin
importar en que plano de existencia nos encontremos. No venimos al mundo para
que se nos cumplan nuestros deseos, sino que venimos al mundo, para que se
cumpla el triple propósito de la vida humana. Y el triple propósito de la vida
humana es purgar pecados de vidas anteriores, tratar de ser felices, y
evolucionar espiritualmente.
Es bueno ser ambicioso, y
cumplir nuestros deseos por medio de nuestro trabajo duro, pero no es bueno ser
un vano superficial, que solo piensa en lo material. No es pecado ser rico,
pero tampoco es pecado ser pobre. Lo pecaminoso es ser malvado, tratando a los
demás de una forma que no nos gustaría que nos traten a nosotros. Entiendo que
el mundo material es un lugar hostil, donde tú pisas a otros, u otros te pisan
a ti, pero no deberíamos excedernos en eso, pues somos espirituales, y
deberíamos tener valores un poco más elevados.
Debemos complementar nuestra
virtud de humildad, de ser criaturas de Dios, con nuestro orgullo de tener una
esencia divina. La afirmación, “Yo Soy Dios”, es un mantra insostenible en el
tiempo, pues en enfermedad y en fracaso, no puede realizarse, negando la
realidad. A la realidad no hay que negarla, sino que hay que cambiarla. En
cambio, la afirmación “Yo Soy un Alma Liberada en Unión Eterna con Dios”, sí se
puede sostener en el tiempo, pues es la pura verdad, sin importar si estás en
el cielo, en la tierra, en el purgatorio, o en el infierno, pues siempre somos
almas en unión eterna con Dios, y somos libres, en el tiempo eterno de Dios, si
lo aceptamos por fe.
El objetivo de la Conciencia de
Cristo, es que el Iniciado en la Conciencia de Cristo, sea discípulo del
Cristo-Interno, y Maestro de sí Mismo. La evolución individual, es acelerada, y
la evolución grupal, es lenta. La evolución individual es acelerada, pues el
individuo, cuando descubre algo, lo puede practicar y perfeccionar, sin pedir
permiso a nadie, lo cual es bueno. En cambio, los grupos evolucionan lento,
pues cada vez que se hace algo, hay que explicarlo, y todos se tienen que poner
de acuerdo para hacerlo, lo cual es malo.
El verdadero camino del
iniciado en la Conciencia de Cristo, es un camino de crecimiento interior, y es
un camino solitario y difícil, donde no hay, ni un libro perfecto, ni un
maestro perfecto, sino que el iniciado, está solo en el mundo. Se deben leer todos
los libros, pues no hay libro, por malo que sea, que no tenga algo bueno, y no
hay libro, por bueno que sea, que no contenga algo malo. Luego, el iniciado
deberá meditar, y encontrar la verdad en su interior, aprendiendo por ensayo,
error, y acierto. Así fue como yo hice al Cristianismo Interno, y fui llenado
del Espíritu Santo. Sin embargo, el Cristianismo Interno es mí camino, y no el
tuyo, y por lo tanto, aunque sepas todos los principios del Cristianismo
Interno, finalmente, tú decides cual será tu camino, pues lo que es bueno para
mí, quizás no sea bueno para ti. El Cristianismo Interno es la Palabra de
Yahvéh-Dios, pero quizás, Yahvéh-Dios tenga otra palabra para ti. Hay muchos
caminos que llevan a la cima de una montaña, y no solo un camino. Yo comparto
lo que sé, para no ser tan egoísta, pero en realidad, cada quien, debe seguir
su propio camino. Aunque la revelación Cristiana Interna sea la Palabra de
Dios, solo lo es para mí, y no es la verdad absoluta, sino que es un escalón
más, en una revelación sucesiva, que empieza en el plano físico, y continúa en
el plano espiritual. Tú, debes encontrar tu propia Palabra de Dios, la cual
puede coincidir con la mía, o puede no coincidir con la mía. La verdad es una
sola, pero la verdad completa, solo la conoce Yahvéh-Dios. El Cristianismo
Interno, aunque es la mejor aproximación a la verdad espiritual que existe en
el plano físico, en evaluación mía, sólo es una aproximación a la verdad espiritual.
Paz a todos los seres.
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