Jesús en el
Cielo, era un ángel de Dios, que fue ungido por Yahvéh-Dios, para representar a
Cristo-Fanes, de manera especial, en los bajos planos de oscuridad, pero para
cumplir esa misión a plenitud, tenía que encarnar en la Tierra, y tenía que ser
atacado por los demonios que gobiernan la tierra, de forma que Jesús fuese
torturado y muerto por crucifixión, y que luego, resucitara de entre los
muertos, para redimir a la humanidad de gran parte de su deuda kármica, y traer
luz al mundo, por medio de su sacrificio. De ésta forma, Jesús, se ofrecía a sí
mismo, como sacrificio de sangre a Yahvéh-Dios, para redimir a la humanidad de
sus pecados, y Yahvéh-Dios, aceptaba ese sacrificio y liberaba a la humanidad
de sus pecados, siempre y cuando, aceptasen a la Presencia de Dios, dentro y
por encima de sí mismos. Por eso, Jesús murió por nuestros pecados sobre la
cruz, y resucitó de entre los muertos para nuestra justificación. Los que
aceptamos el sacrificio redentor del Maestro Jesús, tenemos un apoyo importante
en nuestro camino evolutivo. El Cristo-Interno Individual, es el único y
suficiente salvador, del alma individual, pero el Maestro Jesús, ayuda con su
luz, a quemar sin dolor, gran parte de nuestros pecados, para acelerar nuestro
avance espiritual, y nuestra conexión con Cristo-Fanes, Señor de Gloria.
El Maestro
Jesús, es un ángel lleno de compasión, que aceptó ésta misión divina
voluntariamente, para ayudar a redimir al género humano, y para traer más luz a
todo el universo, en los bajos planos de oscuridad. Jelkerá-Dios amó tanto a la
humanidad, que permitió que el Maestro Cristo Jesús asumiera gran parte de la
carga kármica de la humanidad.
La misión de
Jesús no era abolir el reinado de Satán en el mundo, sino que su misión, era
ayudar a los iniciados en su trayecto evolutivo, y cumplió su misión a la
perfección.
Para recibir
a Jesús como maestro espiritual, complementario al Cristo-Interno Individual,
hay que hacer ésta oración, o una oración parecida, una sola vez;
Pacto con
el Maestro Jesús.
“En el Nombre del Padre, del Hijo, y
del Espíritu Santo, Amén.
Yo creo que Jelkerá-Dios, es el
creador del Cielo y de la Tierra, quien crea y salva a todos los seres, cada
cual en su tiempo, por medio de Cristo-Fanes, que es la Palabra de Dios, y de
Madre Santa Sofía, que es el Espíritu Santo de Dios.
Yo creo que el alma se libera de la
rueda de reencarnaciones, a través de la sola fe en el Cristo-Interno
Individual, que es la presencia de Cristo-Fanes, dentro y fuera de uno mismo.
Creo que yo soy un alma liberada en unión eterna con Dios, no por las obras de
bien, sino que por la benevolencia gratuita de Jelkerá-Dios, que viene al alma,
por la sola fe en el Cristo-Interno, salvador
del alma.
Yo creo que el Maestro Jesús, es un
ángel que vino a la Tierra con una misión divina, y que es el representante de
Cristo-Fanes, en los bajos planos de oscuridad. Creo que el Maestro Jesús murió
por nuestros pecados sobre la cruz, y que fue resucitado de entre los muertos,
para nuestra justificación. Creo que Jesús murió y resucitó para el bien de
todos, pero que sólo se benefician de esa obra divina, los que aceptan esa
bendición, y yo la acepto, y la tengo, desde ahora y para siempre.
Yo creo que el Maestro Jesús, se
sienta a la diestra de Cristo-Fanes, en el Cielo Cósmico, así como Cristo
Fanes, se sienta a la diestra de Jelkerá-Dios, en el Cielo Híper-Cósmico.
Yo creo que el Maestro Jesús, vino a
la Tierra para predicar, externamente, la Buena Noticia, de que el Reino de
Dios, se había acercado. Y creo que el Maestro Jesús, vino a la Tierra para
predicar, internamente, la Buena Noticia del Reino de Dios, que se resumía en
esto: “El Reino de Dios está dentro y fuera de vosotros, parte una madera, y
allí me encontrarás, levanta una piedra
y allí estoy, Yo Soy el Todo.”
Yo creo que el Maestro Jesús, como ser
resucitado y ascendido, lleno de gloria, es un ángel que nos inspira desde los
altos planos de luz en donde habita, la más pura Doctrina Jelkeriana, y que nos
ayuda en nuestro camino espiritual, señalando su propio Corazón, y señalando al
Cielo, para indicarnos que Jelkerá-Dios, está dentro y fuera de nosotros,
proclamando así, el conocimiento de uno mismo, donde todo está en Dios, Dios
está en todo, y en el fondo, todo es Uno, y todo es Dios.
Paz a todos los seres.
Gracias Maestro Jesús, por tu luz, y
gracias, Jelkerá-Dios, por tu luz.
En el Nombre del Padre, del Hijo, y
del Espíritu Santo, Amén.”
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