La mente, así
como los metales y los elementos, puede ser transmutada, de estado a estado; de
grado a grado; de condición a condición; de polo a polo; de vibración a
vibración. La verdadera transmutación mental es un arte espiritual.
Sin embargo,
hay muchas formas de transmutación mental, tantas como pueda inventar la
imaginación humana, que en sí misma, no tiene límites.
Aquí se darán
varias formas de transmutación mental, aunque se aclara que no son las únicas.
La Oración a
Dios, consiste en orar a Dios con la fe de que nos escucha, y luego, él nos
envía su luz espiritual, para elevarnos y purificarnos, espiritualmente, por el
sólo hecho de enfocar nuestra atención en él, independientemente de que nos
cumpla lo que le pedimos, o que no lo cumpla. Los objetivos de la oración,
pueden ser, básicamente tres, los cuales son, pedir, agradecer, y alabar. Sin
embargo, todo acto de oración a Dios, en el fondo, es el pedido de elevar
nuestra frecuencia vibratoria, para vivir en bendición espiritual,
primeramente, y luego, si es bueno para
el avance de nuestra alma, también para vivir en bendición material.
La Meditación
o el Pensamiento Razonado, sobre temas espirituales relacionados con Dios,
eleva la conciencia espiritual del individuo, y también eleva la frecuencia
vibratoria del individuo. La Meditación Contemplativa, enfocando la mente en
una sola idea, por ejemplo, diciendo uno o varios nombres de Dios, varias
veces, mentalmente o verbalmente, recitando o cantando, también eleva la
frecuencia vibratoria del individuo.
Un mantra de
meditación, por ejemplo, puede ser el siguiente; “Yo Soy un alma liberada, en
unión eterna con Dios”, donde “Yo Soy”, es un nombre de Dios, pero también es
una invocación a Dios dentro de uno mismo, y también es una afirmación
espiritual que significa “Dios en mí es”, para luego dar una afirmación
positiva.
Otros mantras
de meditación, en los nombres de Dios, pueden ser, por ejemplo;
Mantras de
los Triples Santos Nombres.
Om Alabanza a
Dios, Jelkerá-Yahvéh-Abraxas; Om Alabanza a Cristo, Fanes-Eros-Protogonos; Om
Alabanza al Espíritu, Sofía-Atenea-Minerva.
Mantra
Alabado Jelkerá.
Alabado
Jelkerá, Alabado Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Alabado Alabado. Alabado Fanes,
Alabado Fanes, Fanes Fanes, Alabado Alabado.
Mantra
Darkitá Jelkerá.
Darkitá
Jelkerá, Darkitá Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Darkitá Darkitá. Darkitá Fanes,
Darkitá Fanes, Fanes Fanes, Darkitá Darkitá.
Mantra Da
y Quita Jelkerá.
Da y Quita
Jelkerá, Da y Quita Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Da y Quita, Da y Quita. Da y
Quita Fanes, Da y Quita Fanes, Fanes Fanes, Da y Quita, Da y Quita.
Mantra
Triple Alabanza a la Santa Tríada Jelkeriana.
Alabada Santa
Tríada Jelkeriana, Alabada Santa Tríada Jelkeriana, Alabada Santa Tríada
Jelkeriana. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, El Padre, el Hijo, y el
Espíritu Santo, El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Jelkerá-Dios,
Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía, Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía,
Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía. Alabada, Alabada, Alabada.
Es importante
que entienda lo que se está invocando, y por eso, se dice el significado de las
siguientes palabras, que son algunos de los nombres de Dios, del Cristo Híper
Cósmico, y del Espíritu Santo.
Algunos
nombres de Dios, y su significado;
Jelkerá significa El Ser, Dios, Sol, Uno, Padre Luminoso. Yahvéh significa Él
Es, Él Fue, y Él Será, Quien hace llegar a Ser. Abraxas significa Padre No
Creado. Darkitá significa Aquel que Da y Quita. Om significa Creador,
Conservador, y Destructor.
Algunos
nombres del Cristo Híper Cósmico y su significado; Fanes significa Aquel que Brilla, que
se Manifiesta, y que Trae la Luz, o bien, también significa Brillo Manifiesto.
Eros significa Señor del Amor, pero también significa, por un lado, Señor, y por
el otro lado, Amor. Y Protogonos significa El Primer Nacido.
Algunos
nombres del Espíritu Santo;
Sofía significa Sabiduría. Atenea significa La Mente de Dios. Minerva significa
la Mente de Dios. Ofis significa Serpiente. Y Peristéri significa Paloma.
Las letanías
o mantras, son oraciones cortas que se repiten muchas veces, para purificar y
elevar la propia alma, y cada repetición, le da más fuerza al acto meditativo.
En la oración
y en la meditación, la fe, la calidad, y la constancia, son más importantes que
la cantidad. Por lo tanto, no debe exagerarse con esta práctica de las
letanías. Dios no necesita que repitamos muchas veces una oración, para desear
cumplirnos lo que le pedimos. Dios ya sabe lo que le pediremos, antes de que se
lo pidamos, y podemos pedir con fe, una sola vez, y la decisión de cumplir lo
pedido, o de no cumplir lo pedido, queda en manos de Dios, que sabe mejor que
nosotros, lo que necesitamos para avanzar espiritualmente, pues para él,
nuestro avance espiritual es prioridad, y el avance material es secundario.
Para llevar
las cuentas de los mantras, pueden repetirse tres veces, para honrar a la Santa
Tríada Jelkeriana, o pueden decirse otra cantidad de veces, como por ejemplo,
siete veces, nueve veces, diez veces, o en una sesión más extensa, usando un
rosario de cincuenta cuentas, cincuenta veces, o usando un rosario de ciento
ocho cuentas, ciento ocho veces.
Un rosario
de cincuenta cuentas tiene éste simbolismo; siete es el número de la creación, por lo tanto, siete
veces siete, que es cuarenta y nueve, es el número que simboliza al creador de
la creación, y si se agrega un uno, simboliza al Uno, de quien provienen todas
las cosas por emanación, y al cual volverán todas las cosas en absorción. Por
lo tanto, el rosario de cincuenta cuentas, simboliza al Uno, que es el Creador
de la Creación.
Un rosario
de ciento ocho cuentas tiene éste simbolismo; diez es el número de la perfección, y diez veces diez,
que es cien, es el número que simboliza a lo perfecto de lo perfecto, que es
Dios. Siete es el número de la creación, y cien más siete, que es ciento siete,
simboliza que el ser prefecto, que es Dios, creó todas las cosas. A su vez, el
Uno, es el número que representa a Dios, pues Dios es el Uno, de quien
provienen todos los seres por emanación, y al cual volverán todos los seres en
absorción. Y ciento siete más uno, que es ciento ocho, por todo lo anterior, es
el número que simboliza al Dios Uno, que es la Perfección de la Perfección, y
que es el Creador de todos los seres.
El rosario
jelkeriano corto, es de cincuenta bolas unidas por un hilo resistente, y el
rosario jelkeriano largo, es de ciento ocho bolas unidas por un hilo
resistente.
Actitudes
de Ascensión.
Las actitudes
de ascensión, como la alabanza, la gratitud, el amor, y la auto-atención,
practicadas durante la oración o la meditación, también elevan la frecuencia
vibratoria del individuo. En la alabanza, exaltamos lo bueno. En la gratitud,
reconocemos lo bueno. En el amor, nos unimos en bien con lo bueno. Y en la
Auto-Atención, nos concentramos en que nosotros mismos, estamos en unión eterna
con Dios.
Mantras con
actitudes de ascensión, de alabanza, gratitud, amor, y auto-atención,
respectivamente, pueden ser, por ejemplo, los siguientes; Om Alabanza a Dios;
Om Gratitud a Dios; Om Amor a Dios; y Om Yo Soy Uno con Dios. Otro mantra por
el estilo, puede ser; “Om, Alabanza, Gratitud, y Amor, a Dios. Yo Soy Uno con
Dios.”
Creando
Oraciones Propias.
Cada quien
puede crear sus propios mantras o sus propias letanías, e incluso sus propias
oraciones y meditaciones, usando su imaginación, y usando sus conocimientos
espirituales. Lo importante en la oración y en la meditación, no es el sonido
verbal, sino que es el uso de la mente. Debe evitarse el decir mantras en
idiomas extraños, cuyo significado no se conozca, pues lo importante, no es el
sonido, sino que es el entender lo que se está invocando en la oración. En toda
practica espiritual, lo importante es tener fe en su validez, y entender el
significado de lo que se hace.
En el mundo espiritual
superior, no hay idiomas, y los espíritus se comunican con el pensamiento,
usando ideas puras. Por lo tanto, no hay idiomas sagrados ni tampoco hay letras
de alfabetos sagrados. En el plano físico, usamos sonidos que representan
ideas, y eso es bueno, y ayuda a pensar a nuestra mente encerrada en la
materia. Pero el simbolismo de la palabra hablada, aunque es hermoso, es sólo
un símbolo. La palabra hablada simboliza a la creación pues la palabra es la
expresión del pensamiento. Sin embargo, la palabra no crea nada. Lo que crea
todo, es la voluntad de Dios, quien manifiesta lo que él quiere crear, de todo
lo que está dentro de su imaginación. La palabra de Dios, es sólo un símbolo
del poder creador de Dios. Una oración, bien hecha, aunque sólo esté en la
mente, y no se verbalice, es perfectamente escuchada por Dios, y da el efecto
más poderoso, si esa es la voluntad de Dios. La mente de Dios, crea la
realidad, pero la mente del individuo, solo influencia a la realidad, pero no
la crea. Además, como todo es vibración, y el sonido es la vibración llevada
por el aire, entonces la palabra hablada también simboliza al principio de
vibración, que todo lo constituye, pues todas las cosas, están formadas por
pensamiento vibrante. Pero lo importante no es el sonido, ni la palabra que lo
puede representar, pues lo importante, es el pensamiento, que dependiendo de
cuál sea el pensamiento, vibrará de una forma o de otra forma, en una
frecuencia alta o en una frecuencia baja, pues hay muchas formas de vibrar, y hay
muchas frecuencias vibratorias.
Hay varias
formas de transmutar.
Otra forma de
transmutar mentalmente, una cosa en otra, es el decreto espiritual. El decreto,
en sí, es el mandato de una autoridad superior, que debe ser obedecida. El
único que realmente tiene autoridad sobre todas las cosas, es Dios, pero el
decreto como una forma de oración, tiene validez espiritual, pues es una forma
de invocar a Dios como autoridad interna del individuo.
Las
oraciones, preferentemente, para que den su resultado espiritual, deben
guardarse en secreto, pues la interferencia de otras mentes en los asuntos
espirituales del individuo, a veces, pueden poner obstáculos al cumplimiento de
las oraciones.
En general,
quien dice sus oraciones en público, puede provocar un efecto en la audiencia,
pero no provoca grandes efectos en la realidad. Cuando ores, ora a Dios en lo
secreto, y tu Padre en el Cielo, que ve en lo secreto, te recompensará en
privado y en público.
En el decreto
espiritual, alcanza con decir o pensar; “Yo Mando tal cosa. Amén.” Sin embargo,
para darle más fuerza al decreto, es bueno invocar a la autoridad de Dios, pues
eso es una forma de reconocer a la única autoridad, dentro de uno mismo, lo
cual agrada a Dios, y atrae el beneplácito de la Ley Espiritual. Por ejemplo,
puede decirse o pensarse; “En el Nombre de Dios, Yo Mando tal cosa. Gracias Ley
Espiritual, por escucharme. Amén”.
El poder de
las palabras “Yo Mando”, y “Yo Prohíbo”, o bien “Yo Quiero”, y “Yo No Quiero”,
son muy grandes, cuando son dichas en actitud espiritual. Lo que mandas,
tenderá a cumplirse, y lo que prohíbas, tenderá a no cumplirse. Sin embargo, el
hombre propone, pero Dios dispone.
En el nombre
de Dios, puedes mandar o prohibir, lo que tú quieras, pero al final, es
Jelkerá-Dios quien decide, y no tú, pues el hombre propone, pero Yahvéh
dispone.
La palabra
Amén, significa “En Verdad”, y se acostumbra decir al final de las oraciones,
para sellarlas espiritualmente.
Cuando pidas
algo a Dios, no utilices las repeticiones, pues éstas sirven para purificar la
mente y tranquilizarse, pero no sirven para hacer peticiones a Dios. Cuando
pidas algo a Dios, sólo invoca a Dios, pide lo que deseas, y luego agradece a
Dios por escucharte, y Dios te iluminara espiritualmente, y quizás, si es su
voluntad, te conceda tu petición. Por ejemplo, cuando pidas algo a Dios, ora
así; “Amado Jelkerá-Dios, yo te pido (y aquí dices el pedido). Gracias Padre
que ya me oíste. Amén.” Si quieres dar más fuerza al pedido, ora a Dios en el
nombre de Dios, pues invocar a la autoridad de Dios dentro de ti, le da más
fuerza a los pedidos. Por ejemplo, puedes orar así; “Amado Jelkerá-Dios, en el
Nombre de Cristo-Fanes, yo te pido (aquí dices el pedido). Gracias Padre, que
ya me oíste. Amén”.
El Nombre de
Cristo-Fanes, es el nombre sobre todo nombre, y es el poder por encima de todo
poder, pues Jelkerá-Dios, le dio a Cristo-Fanes su propio Nombre, debido a que
Cristo-Fanes está en unión eterna con Jelkerá-Dios, y Cristo-Fanes está dentro
de Jelkerá-Dios, y Jelkerá-Dios está dentro de él, y juntos forman un solo Ser
de Luz, en dos manifestaciones distintas, desde la creación del Señor Fanes, y
para siempre. Por lo tanto, la autoridad de Cristo-Fanes, es la autoridad de
Jelkerá-Dios, dentro de nosotros mismos, y podemos invocarlo, igual que
invocamos a Dios, como a la presencia de Dios, dentro y fuera de uno mismo.
Cristo-Fanes es la Santa Palabra de Dios, que crea y que gobierna, a todas las
cosas, y toda rodilla de los que están en el cielo, en la tierra, y en las
profundidades, se doblan ante él en obediencia, por la santa voluntad de
Jelkerá-Dios.
Sin embargo,
todo esto tiene validez, únicamente si crees que tiene validez. El nombre por
encima de todo nombre, y el poder por encima de todo poder, es el nombre que tú
creas que es el nombre más poderoso e importante. El Dios más poderoso, es el
Dios que tú creas que es el más poderoso. En realidad, la mente del individuo,
es la que da poder a las cosas, y si tú crees que Cristo-Fanes es el nombre
sobre todo nombre, entonces, así funcionará para ti, y tus invocaciones a
Cristo-Fanes, entonces, serán tus invocaciones más poderosas. Si tú crees que
el Cristo-Interno es la llave de acceso al corazón de Jelkerá-Dios, la
respuesta a todas las preguntas, y el poder secreto de los devotos del eterno,
así será para ti, pero quizás, no funcione así, para aquel que no lo cree. Lo
que tú piensas, se te manifiesta. Muchas veces, de acuerdo a tu fe, funcionará
tu mundo. Todo esto forma parte de la verdad espiritual, pero como toda verdad
espiritual, sólo funcionará en algo, si crees que es verdad. Si sólo lo
consideras como la creación imaginaria de un hombre, entonces solo será eso
para ti. Pero si crees que esta doctrina es inspirada por tu Cristo-Interno,
entonces así será para ti. Todo ocurrirá, según tu creencia, y solo tú decides
en que creer.
Además, otra
forma de transmutación mental, incluye la invocación de entidades espirituales
deseadas, y la expulsión de entidades espirituales indeseadas.
Otra forma de
transmutación mental, es el pedido o el mandato, a la Energía Espiritual, que
forma, compenetra, llena, envuelve, circunda, y supera, a todas las cosas. Por
ejemplo, se puede pedir a la energía espiritual, con esta oración o una
parecida; “Amada Energía Espiritual, yo te pido (decir el pedido). Amada
Energía Espiritual, gracias que ya me oíste. Amen.” Para reforzar el pedido,
puede hacerse ésta oración o una parecida a ésta; “En el Nombre de Dios, Amada
Energía Espiritual, yo te pido (decir el pedido). Amado Dios y Amada Energía
Espiritual, gracias que ya me oyeron. Amen.”
La Energía
Espiritual, como todo poder espiritual, se puede usar para el bien o para el
mal, pero se sugiere utilizar sólo para el bien, y siempre respetando el libre
albedrío de los seres. El único ser que puede utilizar la Energía Espiritual,
para el bien y para el mal, respetando o sin respetar, el libre albedrío de los
seres, es Jelkerá-Dios, y para él, las consecuencias de sus actos siempre son
buenas, y todo sirve para que se cumpla, su plan de salvación de las almas.
Otra forma de
transmutación mental, es el uso de la maravillosa Flama Violeta Transmutadora,
que transforma lo malo en bueno, que destruye lo malo, y que crea lo bueno,
limpiando y elevando al alma, a la divina presencia de Dios. La Flama Violeta,
solo se puede usar para el bien, y solo se puede usar respetando la libertad de
acción de todos los seres. Usa la Flama Violeta Transmutadora, principalmente
para purificarte y elevarte a ti mismo. Puedes usar la Flama Violeta para
transmutar una situación mala en buena, y puedes usar la Flama Violeta, para
ayudar a otros y a toda la humanidad, pero allí debes decir, en la invocación a
la Flama Violeta, que todo suceda para tu bienestar completo y gloria de Dios,
pues no debes tomar sobre ti mismo, la carga que corresponde a otros, ya que
así atrasas la evolución del otro, y la tuya propia.
Flama
Violeta para uno mismo, en la purificación y elevación personal.
Amada Flama
Violeta Transmutadora, yo te pido que me enciendas en esta situación, para mi
bienestar completo y gloria de Dios. Flama Violeta, gracias que ya me oíste.
Amén.
Yo soy el
Fuego Violeta de la Transmutación.
Yo Soy un Ser
de Fuego Violeta, Yo Soy la Pureza que Dios desea.
Yo soy la
Flama Violeta Transmutadora, que me liberta a mí, a todo éste planeta, y a todo
el Universo, para mi bienestar completo, y gloria de Dios. Flama Violeta,
Gracias. Y Gracias Dios, por tu Luz. Amén.
El Poder
de la Magia Espiritual.
La oración a
Jelkerá-Dios, a las Entidades Espirituales, y a la Energía Espiritual, forma
parte de la Religión Jelkeriana, y son actos mágicos por sí mismos. La magia es
la maestría y el control fantástico sobre la naturaleza, y sólo Jelkerá-Dios,
es el maestro supremo del cosmos, y solo Jelkerá-Dios, tiene el poder mágico,
supremo y fantástico, sobre la naturaleza. Sin embargo, por tener una esencia
divina, todos los seres somos mágicos, aunque en menor medida que el propio
Jelkerá-Dios. Todo acto religioso, es mágico, pues busca la unión del ser
humano, con Dios, que es un ser mágico.
Todo acto
espiritual, basado en el pensamiento y en la voluntad, recurriendo al poder
espiritual y mágico, que es interno al propio ser y a todos los seres, es un
acto de transmutación mental.
La
transmutación mental, es un acto religioso y mágico, de transformación interior
y exterior, y se basa en el poder oculto de la mente y de la voluntad del mago,
para transformar la realidad, y lograr la unión con Jelkerá-Dios, que es el ser
mágico por excelencia. Como ya se dijo antes, la verdadera transmutación mental
es un arte espiritual.
Algunas
leyes mentales.
He aquí,
algunas leyes mentales, cuya utilización, puede ser de utilidad;
Ley de la
Atención.
Lo que se piensa mucho, se agranda. Por tu
autoridad divina, lo que llamas, lo atraes y lo que expulsas, se retira. Pero
dar demasiada atención a algo, sea ese algo, amado u odiado, lo puede terminar
atrayendo. Por lo tanto, hay que cuidar el enfoque de la atención, pero sin
negar la realidad.
Ley de
Sustitución.
Para eliminar un pensamiento, hay que
sustituirlo por otro. Si quiere eliminar la tristeza, piensa en lo que te
alegra, pero no exageres, pues eso puede provocar lo contrario a lo que buscas.
A veces, si estás triste, te dará más resultado, pensar en lo que te consuela,
y así te sentirás mejor. Si quieres dejar de pensar en algo, concentra el
enfoque de tu atención, en lo contrario. Si dices, “no quiero pensar en el
Sol”, la imagen del Sol se aparecerá en tu mente. Más bien, si quieres dejar de
pensar en el Sol, piensa en la Luna, y di “quiero pensar en la Luna,” y
entonces, la Luna llena te llenará de sus hermosos rayos blancos, dentro de tu
mente.
Ley de
Relajación.
Si piensas en
algo, relajadamente, eso te ayudará a pensarlo mejor, y por más tiempo, pues
parte de tu mente se sentirá descansada, al enfocar tu atención con relajación.
Pero si piensas en algo con tensión, eso hará que no puedas pensarlo bien, y
que no lo puedas pensar por mucho tiempo, pues parte de tu mente se sentirá
cansada, al enfocar tu atención con tensión. Si piensas relajadamente, una
parte de tu mente se enfocará en la relajación y producirá relajación. Si
piensas tensamente, una parte de tu mente se enfocará en la tensión, y
producirá tensión. En todo trabajo mental, la relajación lleva a la victoria, y
la tensión se derrota a sí misma.
Ley de la
autoridad individual.
Todo aquello
que ordenemos con la mente, se cumplirá en nuestra mente, y quizás, también se
cumplirá en la realidad. Si crees que tienes algo de autoridad, entonces
tendrás algo de autoridad. Si no crees que tienes algo de autoridad, entonces
no tendrás autoridad. La autoridad de la propia mente es suprema, y tu mente
tendrá tanta autoridad, como tú creas que tienes, y como tú te ordenes a ti
mismo, que tengas. Sin embargo, el hombre propone, pero Dios dispone.
Ley de la
práctica.
Si una
persona hace mucho algo, la persona tiende a mejorar su forma de hacer ese
algo. La práctica hace al maestro. La mente, tiende a buscar, conscientemente o
inconscientemente, la forma de mejorar su actividad. Si practicas una técnica,
mejoras tu uso de ella.
El
Principio Básico de la Transmutación Mental.
Sintetizando,
el principio básico de la transmutación mental, es la fe, en el poder de la
mente, en el enfoque de la atención, en el llamado a lo deseado, y en la fuerza
de la propia voluntad. Y éste poder espiritual se puede utilizar de cualquier
forma imaginable, siendo una el enfocar la mente en lo deseado, siendo otra el
llamado a lo deseado, y siendo otra, el poder de la palabra, pensada o dicha,
por medio del pedido o del mandato. El poder mental, puede aumentar, si uno lo
practica, o si uno eleva su conciencia espiritual. Sin embargo, como siempre
ocurre, el hombre propone, pero Dios dispone.
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