lunes, 24 de diciembre de 2018

El Principio de la Transmutación Mental

La mente, así como los metales y los elementos, puede ser transmutada, de estado a estado; de grado a grado; de condición a condición; de polo a polo; de vibración a vibración. La verdadera transmutación mental es un arte espiritual.
Sin embargo, hay muchas formas de transmutación mental, tantas como pueda inventar la imaginación humana, que en sí misma, no tiene límites.
Aquí se darán varias formas de transmutación mental, aunque se aclara que no son las únicas.
La Oración a Dios, consiste en orar a Dios con la fe de que nos escucha, y luego, él nos envía su luz espiritual, para elevarnos y purificarnos, espiritualmente, por el sólo hecho de enfocar nuestra atención en él, independientemente de que nos cumpla lo que le pedimos, o que no lo cumpla. Los objetivos de la oración, pueden ser, básicamente tres, los cuales son, pedir, agradecer, y alabar. Sin embargo, todo acto de oración a Dios, en el fondo, es el pedido de elevar nuestra frecuencia vibratoria, para vivir en bendición espiritual, primeramente, y luego, si es bueno para  el avance de nuestra alma, también para vivir en bendición material.
La Meditación o el Pensamiento Razonado, sobre temas espirituales relacionados con Dios, eleva la conciencia espiritual del individuo, y también eleva la frecuencia vibratoria del individuo. La Meditación Contemplativa, enfocando la mente en una sola idea, por ejemplo, diciendo uno o varios nombres de Dios, varias veces, mentalmente o verbalmente, recitando o cantando, también eleva la frecuencia vibratoria del individuo.
Un mantra de meditación, por ejemplo, puede ser el siguiente; “Yo Soy un alma liberada, en unión eterna con Dios”, donde “Yo Soy”, es un nombre de Dios, pero también es una invocación a Dios dentro de uno mismo, y también es una afirmación espiritual que significa “Dios en mí es”, para luego dar una afirmación positiva.
Otros mantras de meditación, en los nombres de Dios, pueden ser, por ejemplo;
Mantras de los Triples Santos Nombres.
Om Alabanza a Dios, Jelkerá-Yahvéh-Abraxas; Om Alabanza a Cristo, Fanes-Eros-Protogonos; Om Alabanza al Espíritu, Sofía-Atenea-Minerva.
Mantra Alabado Jelkerá.
Alabado Jelkerá, Alabado Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Alabado Alabado. Alabado Fanes, Alabado Fanes, Fanes Fanes, Alabado Alabado.
Mantra Darkitá Jelkerá.
Darkitá Jelkerá, Darkitá Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Darkitá Darkitá. Darkitá Fanes, Darkitá Fanes, Fanes Fanes, Darkitá Darkitá.
Mantra Da y Quita Jelkerá.
Da y Quita Jelkerá, Da y Quita Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Da y Quita, Da y Quita. Da y Quita Fanes, Da y Quita Fanes, Fanes Fanes, Da y Quita, Da y Quita.
Mantra Triple Alabanza a la Santa Tríada Jelkeriana.
Alabada Santa Tríada Jelkeriana, Alabada Santa Tríada Jelkeriana, Alabada Santa Tríada Jelkeriana. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía, Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía, Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía. Alabada, Alabada, Alabada.
Es importante que entienda lo que se está invocando, y por eso, se dice el significado de las siguientes palabras, que son algunos de los nombres de Dios, del Cristo Híper Cósmico, y del Espíritu Santo.
Algunos nombres de Dios, y su significado; Jelkerá significa El Ser, Dios, Sol, Uno, Padre Luminoso. Yahvéh significa Él Es, Él Fue, y Él Será, Quien hace llegar a Ser. Abraxas significa Padre No Creado. Darkitá significa Aquel que Da y Quita. Om significa Creador, Conservador, y Destructor.
Algunos nombres del Cristo Híper Cósmico y su significado; Fanes significa Aquel que Brilla, que se Manifiesta, y que Trae la Luz, o bien, también significa Brillo Manifiesto. Eros significa Señor del Amor, pero también significa, por un lado, Señor, y por el otro lado, Amor. Y Protogonos significa El Primer Nacido.
Algunos nombres del Espíritu Santo; Sofía significa Sabiduría. Atenea significa La Mente de Dios. Minerva significa la Mente de Dios. Ofis significa Serpiente. Y Peristéri significa Paloma.
Las letanías o mantras, son oraciones cortas que se repiten muchas veces, para purificar y elevar la propia alma, y cada repetición, le da más fuerza al acto meditativo.
En la oración y en la meditación, la fe, la calidad, y la constancia, son más importantes que la cantidad. Por lo tanto, no debe exagerarse con esta práctica de las letanías. Dios no necesita que repitamos muchas veces una oración, para desear cumplirnos lo que le pedimos. Dios ya sabe lo que le pediremos, antes de que se lo pidamos, y podemos pedir con fe, una sola vez, y la decisión de cumplir lo pedido, o de no cumplir lo pedido, queda en manos de Dios, que sabe mejor que nosotros, lo que necesitamos para avanzar espiritualmente, pues para él, nuestro avance espiritual es prioridad, y el avance material es secundario.
Para llevar las cuentas de los mantras, pueden repetirse tres veces, para honrar a la Santa Tríada Jelkeriana, o pueden decirse otra cantidad de veces, como por ejemplo, siete veces, nueve veces, diez veces, o en una sesión más extensa, usando un rosario de cincuenta cuentas, cincuenta veces, o usando un rosario de ciento ocho cuentas, ciento ocho veces.
Un rosario de cincuenta cuentas tiene éste simbolismo; siete es el número de la creación, por lo tanto, siete veces siete, que es cuarenta y nueve, es el número que simboliza al creador de la creación, y si se agrega un uno, simboliza al Uno, de quien provienen todas las cosas por emanación, y al cual volverán todas las cosas en absorción. Por lo tanto, el rosario de cincuenta cuentas, simboliza al Uno, que es el Creador de la Creación.
Un rosario de ciento ocho cuentas tiene éste simbolismo; diez es el número de la perfección, y diez veces diez, que es cien, es el número que simboliza a lo perfecto de lo perfecto, que es Dios. Siete es el número de la creación, y cien más siete, que es ciento siete, simboliza que el ser prefecto, que es Dios, creó todas las cosas. A su vez, el Uno, es el número que representa a Dios, pues Dios es el Uno, de quien provienen todos los seres por emanación, y al cual volverán todos los seres en absorción. Y ciento siete más uno, que es ciento ocho, por todo lo anterior, es el número que simboliza al Dios Uno, que es la Perfección de la Perfección, y que es el Creador de todos los seres.
El rosario jelkeriano corto, es de cincuenta bolas unidas por un hilo resistente, y el rosario jelkeriano largo, es de ciento ocho bolas unidas por un hilo resistente.
Actitudes de Ascensión.
Las actitudes de ascensión, como la alabanza, la gratitud, el amor, y la auto-atención, practicadas durante la oración o la meditación, también elevan la frecuencia vibratoria del individuo. En la alabanza, exaltamos lo bueno. En la gratitud, reconocemos lo bueno. En el amor, nos unimos en bien con lo bueno. Y en la Auto-Atención, nos concentramos en que nosotros mismos, estamos en unión eterna con Dios.
Mantras con actitudes de ascensión, de alabanza, gratitud, amor, y auto-atención, respectivamente, pueden ser, por ejemplo, los siguientes; Om Alabanza a Dios; Om Gratitud a Dios; Om Amor a Dios; y Om Yo Soy Uno con Dios. Otro mantra por el estilo, puede ser; “Om, Alabanza, Gratitud, y Amor, a Dios. Yo Soy Uno con Dios.”
Creando Oraciones Propias.
Cada quien puede crear sus propios mantras o sus propias letanías, e incluso sus propias oraciones y meditaciones, usando su imaginación, y usando sus conocimientos espirituales. Lo importante en la oración y en la meditación, no es el sonido verbal, sino que es el uso de la mente. Debe evitarse el decir mantras en idiomas extraños, cuyo significado no se conozca, pues lo importante, no es el sonido, sino que es el entender lo que se está invocando en la oración. En toda practica espiritual, lo importante es tener fe en su validez, y entender el significado de lo que se hace.
En el mundo espiritual superior, no hay idiomas, y los espíritus se comunican con el pensamiento, usando ideas puras. Por lo tanto, no hay idiomas sagrados ni tampoco hay letras de alfabetos sagrados. En el plano físico, usamos sonidos que representan ideas, y eso es bueno, y ayuda a pensar a nuestra mente encerrada en la materia. Pero el simbolismo de la palabra hablada, aunque es hermoso, es sólo un símbolo. La palabra hablada simboliza a la creación pues la palabra es la expresión del pensamiento. Sin embargo, la palabra no crea nada. Lo que crea todo, es la voluntad de Dios, quien manifiesta lo que él quiere crear, de todo lo que está dentro de su imaginación. La palabra de Dios, es sólo un símbolo del poder creador de Dios. Una oración, bien hecha, aunque sólo esté en la mente, y no se verbalice, es perfectamente escuchada por Dios, y da el efecto más poderoso, si esa es la voluntad de Dios. La mente de Dios, crea la realidad, pero la mente del individuo, solo influencia a la realidad, pero no la crea. Además, como todo es vibración, y el sonido es la vibración llevada por el aire, entonces la palabra hablada también simboliza al principio de vibración, que todo lo constituye, pues todas las cosas, están formadas por pensamiento vibrante. Pero lo importante no es el sonido, ni la palabra que lo puede representar, pues lo importante, es el pensamiento, que dependiendo de cuál sea el pensamiento, vibrará de una forma o de otra forma, en una frecuencia alta o en una frecuencia baja, pues hay muchas formas de vibrar, y hay muchas frecuencias vibratorias.
Hay varias formas de transmutar.
Otra forma de transmutar mentalmente, una cosa en otra, es el decreto espiritual. El decreto, en sí, es el mandato de una autoridad superior, que debe ser obedecida. El único que realmente tiene autoridad sobre todas las cosas, es Dios, pero el decreto como una forma de oración, tiene validez espiritual, pues es una forma de invocar a Dios como autoridad interna del individuo.
Las oraciones, preferentemente, para que den su resultado espiritual, deben guardarse en secreto, pues la interferencia de otras mentes en los asuntos espirituales del individuo, a veces, pueden poner obstáculos al cumplimiento de las oraciones.
En general, quien dice sus oraciones en público, puede provocar un efecto en la audiencia, pero no provoca grandes efectos en la realidad. Cuando ores, ora a Dios en lo secreto, y tu Padre en el Cielo, que ve en lo secreto, te recompensará en privado y en público.
En el decreto espiritual, alcanza con decir o pensar; “Yo Mando tal cosa. Amén.” Sin embargo, para darle más fuerza al decreto, es bueno invocar a la autoridad de Dios, pues eso es una forma de reconocer a la única autoridad, dentro de uno mismo, lo cual agrada a Dios, y atrae el beneplácito de la Ley Espiritual. Por ejemplo, puede decirse o pensarse; “En el Nombre de Dios, Yo Mando tal cosa. Gracias Ley Espiritual, por escucharme. Amén”.
El poder de las palabras “Yo Mando”, y “Yo Prohíbo”, o bien “Yo Quiero”, y “Yo No Quiero”, son muy grandes, cuando son dichas en actitud espiritual. Lo que mandas, tenderá a cumplirse, y lo que prohíbas, tenderá a no cumplirse. Sin embargo, el hombre propone, pero Dios dispone.
En el nombre de Dios, puedes mandar o prohibir, lo que tú quieras, pero al final, es Jelkerá-Dios quien decide, y no tú, pues el hombre propone, pero Yahvéh dispone.
La palabra Amén, significa “En Verdad”, y se acostumbra decir al final de las oraciones, para sellarlas espiritualmente.
Cuando pidas algo a Dios, no utilices las repeticiones, pues éstas sirven para purificar la mente y tranquilizarse, pero no sirven para hacer peticiones a Dios. Cuando pidas algo a Dios, sólo invoca a Dios, pide lo que deseas, y luego agradece a Dios por escucharte, y Dios te iluminara espiritualmente, y quizás, si es su voluntad, te conceda tu petición. Por ejemplo, cuando pidas algo a Dios, ora así; “Amado Jelkerá-Dios, yo te pido (y aquí dices el pedido). Gracias Padre que ya me oíste. Amén.” Si quieres dar más fuerza al pedido, ora a Dios en el nombre de Dios, pues invocar a la autoridad de Dios dentro de ti, le da más fuerza a los pedidos. Por ejemplo, puedes orar así; “Amado Jelkerá-Dios, en el Nombre de Cristo-Fanes, yo te pido (aquí dices el pedido). Gracias Padre, que ya me oíste. Amén”.
El Nombre de Cristo-Fanes, es el nombre sobre todo nombre, y es el poder por encima de todo poder, pues Jelkerá-Dios, le dio a Cristo-Fanes su propio Nombre, debido a que Cristo-Fanes está en unión eterna con Jelkerá-Dios, y Cristo-Fanes está dentro de Jelkerá-Dios, y Jelkerá-Dios está dentro de él, y juntos forman un solo Ser de Luz, en dos manifestaciones distintas, desde la creación del Señor Fanes, y para siempre. Por lo tanto, la autoridad de Cristo-Fanes, es la autoridad de Jelkerá-Dios, dentro de nosotros mismos, y podemos invocarlo, igual que invocamos a Dios, como a la presencia de Dios, dentro y fuera de uno mismo. Cristo-Fanes es la Santa Palabra de Dios, que crea y que gobierna, a todas las cosas, y toda rodilla de los que están en el cielo, en la tierra, y en las profundidades, se doblan ante él en obediencia, por la santa voluntad de Jelkerá-Dios.
Sin embargo, todo esto tiene validez, únicamente si crees que tiene validez. El nombre por encima de todo nombre, y el poder por encima de todo poder, es el nombre que tú creas que es el nombre más poderoso e importante. El Dios más poderoso, es el Dios que tú creas que es el más poderoso. En realidad, la mente del individuo, es la que da poder a las cosas, y si tú crees que Cristo-Fanes es el nombre sobre todo nombre, entonces, así funcionará para ti, y tus invocaciones a Cristo-Fanes, entonces, serán tus invocaciones más poderosas. Si tú crees que el Cristo-Interno es la llave de acceso al corazón de Jelkerá-Dios, la respuesta a todas las preguntas, y el poder secreto de los devotos del eterno, así será para ti, pero quizás, no funcione así, para aquel que no lo cree. Lo que tú piensas, se te manifiesta. Muchas veces, de acuerdo a tu fe, funcionará tu mundo. Todo esto forma parte de la verdad espiritual, pero como toda verdad espiritual, sólo funcionará en algo, si crees que es verdad. Si sólo lo consideras como la creación imaginaria de un hombre, entonces solo será eso para ti. Pero si crees que esta doctrina es inspirada por tu Cristo-Interno, entonces así será para ti. Todo ocurrirá, según tu creencia, y solo tú decides en que creer.
Además, otra forma de transmutación mental, incluye la invocación de entidades espirituales deseadas, y la expulsión de entidades espirituales indeseadas.
Otra forma de transmutación mental, es el pedido o el mandato, a la Energía Espiritual, que forma, compenetra, llena, envuelve, circunda, y supera, a todas las cosas. Por ejemplo, se puede pedir a la energía espiritual, con esta oración o una parecida; “Amada Energía Espiritual, yo te pido (decir el pedido). Amada Energía Espiritual, gracias que ya me oíste. Amen.” Para reforzar el pedido, puede hacerse ésta oración o una parecida a ésta; “En el Nombre de Dios, Amada Energía Espiritual, yo te pido (decir el pedido). Amado Dios y Amada Energía Espiritual, gracias que ya me oyeron. Amen.”
La Energía Espiritual, como todo poder espiritual, se puede usar para el bien o para el mal, pero se sugiere utilizar sólo para el bien, y siempre respetando el libre albedrío de los seres. El único ser que puede utilizar la Energía Espiritual, para el bien y para el mal, respetando o sin respetar, el libre albedrío de los seres, es Jelkerá-Dios, y para él, las consecuencias de sus actos siempre son buenas, y todo sirve para que se cumpla, su plan de salvación de las almas.
Otra forma de transmutación mental, es el uso de la maravillosa Flama Violeta Transmutadora, que transforma lo malo en bueno, que destruye lo malo, y que crea lo bueno, limpiando y elevando al alma, a la divina presencia de Dios. La Flama Violeta, solo se puede usar para el bien, y solo se puede usar respetando la libertad de acción de todos los seres. Usa la Flama Violeta Transmutadora, principalmente para purificarte y elevarte a ti mismo. Puedes usar la Flama Violeta para transmutar una situación mala en buena, y puedes usar la Flama Violeta, para ayudar a otros y a toda la humanidad, pero allí debes decir, en la invocación a la Flama Violeta, que todo suceda para tu bienestar completo y gloria de Dios, pues no debes tomar sobre ti mismo, la carga que corresponde a otros, ya que así atrasas la evolución del otro, y la tuya propia.
Flama Violeta para uno mismo, en la purificación y elevación personal.
Amada Flama Violeta Transmutadora, yo te pido que me enciendas en esta situación, para mi bienestar completo y gloria de Dios. Flama Violeta, gracias que ya me oíste. Amén.
Yo soy el Fuego Violeta de la Transmutación.
Yo Soy un Ser de Fuego Violeta, Yo Soy la Pureza que Dios desea.
Yo soy la Flama Violeta Transmutadora, que me liberta a mí, a todo éste planeta, y a todo el Universo, para mi bienestar completo, y gloria de Dios. Flama Violeta, Gracias. Y Gracias Dios, por tu Luz. Amén.
El Poder de la Magia Espiritual.
La oración a Jelkerá-Dios, a las Entidades Espirituales, y a la Energía Espiritual, forma parte de la Religión Jelkeriana, y son actos mágicos por sí mismos. La magia es la maestría y el control fantástico sobre la naturaleza, y sólo Jelkerá-Dios, es el maestro supremo del cosmos, y solo Jelkerá-Dios, tiene el poder mágico, supremo y fantástico, sobre la naturaleza. Sin embargo, por tener una esencia divina, todos los seres somos mágicos, aunque en menor medida que el propio Jelkerá-Dios. Todo acto religioso, es mágico, pues busca la unión del ser humano, con Dios, que es un ser mágico.
Todo acto espiritual, basado en el pensamiento y en la voluntad, recurriendo al poder espiritual y mágico, que es interno al propio ser y a todos los seres, es un acto de transmutación mental.
La transmutación mental, es un acto religioso y mágico, de transformación interior y exterior, y se basa en el poder oculto de la mente y de la voluntad del mago, para transformar la realidad, y lograr la unión con Jelkerá-Dios, que es el ser mágico por excelencia. Como ya se dijo antes, la verdadera transmutación mental es un arte espiritual.
Algunas leyes mentales.
He aquí, algunas leyes mentales, cuya utilización, puede ser de utilidad;
Ley de la Atención.
 Lo que se piensa mucho, se agranda. Por tu autoridad divina, lo que llamas, lo atraes y lo que expulsas, se retira. Pero dar demasiada atención a algo, sea ese algo, amado u odiado, lo puede terminar atrayendo. Por lo tanto, hay que cuidar el enfoque de la atención, pero sin negar la realidad.
Ley de Sustitución.
 Para eliminar un pensamiento, hay que sustituirlo por otro. Si quiere eliminar la tristeza, piensa en lo que te alegra, pero no exageres, pues eso puede provocar lo contrario a lo que buscas. A veces, si estás triste, te dará más resultado, pensar en lo que te consuela, y así te sentirás mejor. Si quieres dejar de pensar en algo, concentra el enfoque de tu atención, en lo contrario. Si dices, “no quiero pensar en el Sol”, la imagen del Sol se aparecerá en tu mente. Más bien, si quieres dejar de pensar en el Sol, piensa en la Luna, y di “quiero pensar en la Luna,” y entonces, la Luna llena te llenará de sus hermosos rayos blancos, dentro de tu mente.
Ley de Relajación.
Si piensas en algo, relajadamente, eso te ayudará a pensarlo mejor, y por más tiempo, pues parte de tu mente se sentirá descansada, al enfocar tu atención con relajación. Pero si piensas en algo con tensión, eso hará que no puedas pensarlo bien, y que no lo puedas pensar por mucho tiempo, pues parte de tu mente se sentirá cansada, al enfocar tu atención con tensión. Si piensas relajadamente, una parte de tu mente se enfocará en la relajación y producirá relajación. Si piensas tensamente, una parte de tu mente se enfocará en la tensión, y producirá tensión. En todo trabajo mental, la relajación lleva a la victoria, y la tensión se derrota a sí misma.
Ley de la autoridad individual.
Todo aquello que ordenemos con la mente, se cumplirá en nuestra mente, y quizás, también se cumplirá en la realidad. Si crees que tienes algo de autoridad, entonces tendrás algo de autoridad. Si no crees que tienes algo de autoridad, entonces no tendrás autoridad. La autoridad de la propia mente es suprema, y tu mente tendrá tanta autoridad, como tú creas que tienes, y como tú te ordenes a ti mismo, que tengas. Sin embargo, el hombre propone, pero Dios dispone.
Ley de la práctica.
Si una persona hace mucho algo, la persona tiende a mejorar su forma de hacer ese algo. La práctica hace al maestro. La mente, tiende a buscar, conscientemente o inconscientemente, la forma de mejorar su actividad. Si practicas una técnica, mejoras tu uso de ella.   
El Principio Básico de la Transmutación Mental.
Sintetizando, el principio básico de la transmutación mental, es la fe, en el poder de la mente, en el enfoque de la atención, en el llamado a lo deseado, y en la fuerza de la propia voluntad. Y éste poder espiritual se puede utilizar de cualquier forma imaginable, siendo una el enfocar la mente en lo deseado, siendo otra el llamado a lo deseado, y siendo otra, el poder de la palabra, pensada o dicha, por medio del pedido o del mandato. El poder mental, puede aumentar, si uno lo practica, o si uno eleva su conciencia espiritual. Sin embargo, como siempre ocurre, el hombre propone, pero Dios dispone.

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