viernes, 14 de diciembre de 2018

El Principio de que Jelkerá-Dios es Amor Incluyente.



Amén. Alabanza a Jelkerá-Yahvéh-Abraxas, Dios de Todo y de Todos, y bendito sea El Elión, por toda la eternidad. Gloria al Uno, de quien provienen todos los seres por emanación, y al cual volverán todos los seres en absorción. Alabanza a Dios, que es el Todo, la Fuente, y El Ser.
En el fondo, Jelkerá-Dios ama a todos los seres, y cuida de la evolución espiritual de todas sus criaturas, pero Jelkerá-Dios, sólo da su bendición al alma individual, cuando ésta lo reconoce como el Espíritu Omnipresente. Jelkerá-Dios, es Amor Incluyente, y acepta todo tipo de devotos, sean buenos o malos, y a todos los encamina hacia el bien, mejorándolos, poco a poco.
Que nadie le pregunte al otro, cómo es Jelkerá-Dios, pues todos los devotos jelkerianos, sabemos, en el Cristo-Interno, cómo es Jelkerá-Dios. Todos sabemos que Jelkerá-Dios es el Creador del Cielo y de la Tierra. Todos sabemos que Jelkerá-Dios es el Ser, que está por encima y por dentro de cada ser. Todos sabemos que Jelkerá-Dios es amor, pero que también es fuego consumidor. Todos sabemos que Jelkerá-Dios, da todas las cosas, y que quita todas las cosas. Todos sabemos que Jelkerá-Dios es tardo para la cólera, y es rico en amor y misericordia. Todos sabemos que Jelkerá-Dios complementa a la perfección sus dones de justicia y misericordia, porque tiene sabiduría. Todos sabemos que Jelkerá-Dios, ama al bien y que odia al mal. Todos sabemos que Jelkerá-Dios da bendición al bueno, y que da maldición al malo. Todos sabemos que Jelkerá-Dios perdona al pecador que le pide perdón, que deja de obrar el mal, y que empieza a obrar el bien. Todos sabemos, que Jelkerá-Dios, es Amor Incluyente, y que acepta todo tipo de devotos, sean buenos o malos, y que a todos los encamina hacia el bien, mejorándolos, poco a poco. Todos sabemos que Jelkerá-Dios, quiere misericordia, y no sacrificios de sangre. Todos sabemos que a Jelkerá-Dios, le gusta que le oren en el nombre del Cristo-Interno, que es su Hijo, el Señor Cristo-Fanes, pero en su aspecto omnipresente, como el Hijo de Dios, individual, dentro de cada quien. Nosotros ya recibimos el Espíritu Santo, y ya sabemos cómo es Jelkerá-Dios, el Padre, que también se manifiesta como el Hijo Cristo-Fanes, y como el Espíritu Santo Madre Santa Sofía.
Y todo lo que hagas, hazlo en el nombre de Cristo-Fanes, pues Cristo-Fanes se congracia, con aquellos que oran en su nombre, reconociendo su autoridad. Pues Jelkerá-Dios, le ha dado a Cristo-Fanes, autoridad sobre todas las cosas, en el cielo y en la tierra, para que toda rodilla, se doble ante él. Por lo tanto, el nombre de Cristo-Fanes, es el nombre sobre todo nombre, y es el poder por encima de todo poder, pues Jelkerá-Dios, está en el interior de Cristo-Fanes.
Cristo-Fanes, es el Cristo-Interno Individual, dentro de cada corazón, y adorar a Cristo-Fanes, el Señor, es lo mismo que adorar a Jelkerá-Dios, que mora en su interior. Adora a Cristo-Fanes, que mora en tu interior, como el Cristo-Interno Individual, dentro de tu corazón, y así tendrás la bendición de Jelkerá-Dios. Adora a Cristo-Fanes, que es la Súper-Alma, dentro del corazón, de cada ser, en la inmensa creación de Jelkerá-Dios.
Así serás un Ungido de Dios, pues quien adora al Ungido de Dios, se convierte en un Ungido de Dios, y alcanza la bendición de Dios. Por un camino irán en tu contra, y por siete caminos huirán de ti. Bendito serás en tu entrar, y bendito serás en tu salir. Bendito serás en el campo, y bendito serás en la ciudad. Será aumentado el tiempo de tu vida sobre la tierra, y luego de ésta vida, irás al Cielo, con Dios y con sus ángeles, para gozar de la dicha eterna. Dios bendecirá, el fruto de tu mente, y el fruto de tus manos, y tus frutos serán multiplicados para tu bienestar. Dios te pondrá por cabeza de león, y no por cola de ratón. Tus enemigos serán exterminados, y tus amigos serán beneficiados. Tú mismo serás una bendición, y en ti serán benditos todos los pueblos de la tierra. El mundo verá que eres honrado, que tienes disciplina, y que eres capaz, y confiarán en ti, pues el Señor tu Dios, te dará su bendición. Y si sufres persecución, tortura, o muerte, por causa de la verdad, tu bendición, aun así, será grande, pues tu fe y tu fidelidad, serán contadas por justicia. Ya que tú no eres del mundo, sino que ahora eres de Dios, y por lo tanto, te vaya bien o te vaya mal, tú vives en el mundo, pero sin ser del mundo, porque tú eres de Dios. Y si Jelkerá, tu Dios, te pone en tribulación, sigue siendo fiel a Jelkerá, tu Dios, pues él te envía el mal, para luego enviarte el bien, y Jelkerá dará su recompensa, a todo aquel que pase por el período de prueba, manteniendo su fe en él, y manteniendo su fidelidad a él. Y recuerda siempre, que pase lo que pase, El Señor, tu Dios, está contigo. Amén.
Alabanza a la Santa Tríada Jelkeriana, Alabanza a la Santa Tríada Jelkeriana, Alabanza a la Santa Tríada Jelkeriana. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía, Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía, Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía. Alabanza, alabanza, alabanza. Amén.
Alabado Jelkerá, Alabado Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Alabado Alabado. Alabado Fanes, Alabado Fanes, Fanes Fanes, Alabado Alabado. Amén.
Jelkerá-Dios, es Amor Incluyente, pero el devoto, no tiene por qué serlo. El devoto sólo es responsable por sí mismo, pues la Doctrina Jelkeriana, está pensada en base individual, para la práctica en solitario. El mandato de Jelkerá-Dios, para su devoto, es que el mismo devoto, sea un buen devoto jelkeriano, y que guarde silencio. El devoto jelkeriano, es y debe ser, Maestro Espiritual de sí mismo, y Sacerdote del Dios Altísimo, para sí mismo.
El devoto jelkeriano, no está obligado a enseñar la doctrina, si no quiere hacerlo, o si considera que las condiciones no son propicias, y no debe exponerse a que lo maltraten y a que blasfemen contra Jelkerá-Dios, los siervos del Diablo. El devoto jelkeriano, es un siervo de Jelkerá-Dios, y debe hacer lo que Jelkerá-Dios le ha ordenado, que consiste en ser un buen devoto jelkeriano, y cada quien es responsable por sí mismo.
No todo no-devoto, es un siervo del Diablo, pero algunos no-devotos, lo son, y de hecho, algunos que dicen que son devotos y siervos de Dios, también son siervos del Diablo. A ellos, hay que mantenerlos alejados, y no darles oportunidades, ni de dañar a los devotos, ni de blasfemar contra Jelkerá-Dios, pues en ese caso, podríamos ser copartícipes de su pecado.
Jelkerá-Dios, es el maestro supremo de todos los seres, y él será quien enseñe a cada quien, lo que le corresponde saber, en acuerdo a su nivel evolutivo. Y nadie debe intentar ser más bueno que Dios, pues Dios castiga a los que quieren meterse en su trabajo. Tú sé un buen devoto, y no te metas en lo que no te incumbe. Jelkerá-Dios es la autoridad, y tú no. Respeta la autoridad de Dios, y no te metas en su camino. Sí así lo haces, el Señor Dios te bendecirá, y tu fe, te será contada por justicia.
Jelkerá-Dios, bendice a quienes guardan en secreto su doctrina, y bendice a quienes enseñan su doctrina, y da libertad a todos los seres. Pero el devoto jelkeriano, esté en mayoría o en minoría, debe cuidarse a sí mismo, y de ésta forma, rendirá el servicio perfecto a Jelkerá-Dios, que mora en su interior, y que es amor incluyente. La primera responsabilidad del devoto jelkeriano, es consigo mismo. El devoto jelkeriano, debe respetar el libre albedrío, primero de sí mismo, y luego, también el de los demás. Pero también, hay que cuidarse del libre albedrío de los demás. Éste es el mandato de Jelkerá-Dios, para todo devoto jelkeriano.
Como Maestro Espiritual, el devoto jelkeriano, que ejerza la enseñanza espiritual, o que dirija las oraciones de un grupo espiritual, tiene el derecho de admisión y de permanencia, de cualquiera que pretenda asistir a su actividad. Como Maestro Espiritual, el devoto jelkeriano, puede elegir a dedo a sus discípulos, y los puede expulsar a dedo, según su voluntad. Como Maestro Espiritual, el devoto jelkeriano, puede administrar la Palabra de Dios, según él lo considere propicio, para su propio bienestar, y el del Reino de Dios. El devoto jelkeriano, como Maestro Espiritual, tiene una enorme autoridad, conferida por Jelkerá-Dios, pero no debe abusar de su autoridad. El devoto jelkeriano, tiene un gran poder espiritual, pero un gran poder, conlleva una gran responsabilidad.
El devoto jelkeriano, está ungido con la bendición de Dios, pero sin embargo, también es cierto, que el devoto jelkeriano, como todo ser humano, sólo es un pobre pecador, que depende de la gracia de Dios, para ser salvo, y aunque sea salvo, y esté ungido por Dios, su condición básica, sigue siendo la misma.
Jelkerá-Dios, se congracia con aquellos que adoran a sus devotos, pues Jelkerá-Dios, ama a todos los seres, pero ama especialmente, a quienes son sus devotos, y naturalmente, siente cariño por quienes tratan bien a sus devotos.
Sin embargo, el devoto jelkeriano, debe controlar su gigantesco egocentrismo de maestro espiritual, lo más que pueda, pues justamente porque es consciente de su Cristo-Interno, debe practicar la humildad, y no ser soberbio, creyéndose más de lo que es. El devoto jelkeriano, debe tener la humildad de saber que sólo es una criatura de Dios, y debe tener el orgullo de saber que Dios está en su interior, sin caer en la humillación de dejarse utilizar abusivamente por los demás, y sin caer en la soberbia de utilizar abusivamente a los demás. Éste es un delicado equilibrio, que el buen devoto jelkeriano, debe esforzarse por mantener, lo más que pueda.
El devoto jelkeriano, no sigue una mezcla de religiones, aunque su doctrina surja, aparentemente, de una mezcla de religiones, o de su imaginación. La Doctrina jelkeriana, surge de la inspiración del Cristo-Interno Individual, por mandato de Jelkerá-Dios, para el devoto jelkeriano, individualmente, como el camino que le corresponde a él, por su nivel de conciencia, y no a toda la humanidad. El devoto jelkeriano, sigue, un solo credo, una sola doctrina, una sola palabra de Dios, y una sola verdad, que es la Doctrina Jelkeriana. El devoto jelkeriano, sigue a, toda la verdad, y sólo a la verdad, es decir, el devoto jelkeriano, sigue a toda la Doctrina Jelkeriana, y sólo a la Doctrina Jelkeriana.
El demonio Satán, es un siervo de Dios, y aunque cumple una función demoniaca de tentación, es un ángel de Dios, y no se debe proferir palabra de maldición en su contra, sino que a lo sumo se le debe decir, ¡el Señor te reprenda! La función de Satán es atrasar la evolución humana lo más posible, para que luego, por ley de compensación, la evolución del alma humana, se termine acelerando. Satán no será castigado por Jelkerá-Dios, pues es un siervo de Dios, pero los demonios a su servicio, y la gente pecadora que le obedece, sí será castigada. Por eso, aunque Satán es un siervo de Dios, y en el fondo todos somos siervos de Dios, sólo serán bendecidos los siervos de Dios, pero los siervos de Satán, los siervos del Diablo, serán castigados. Sin embargo, por el castigo, sus almas entenderán, y aprenderán, pues todo lo qe Dios hace, es bueno, incluso permitir la maldad, pues todo sirve para la evolución de las almas.
Jelkerá-Dios, es amor inmanente, y verdad trascendente, pero uno tiene que recibir la bendición de Dios, para poderlo aceptar y tener fe en ello. Por eso existen tantas personas que profieren palabras de maldición contra Dios, y que odian a Dios, pues ellos, en ésta vida, no han recibido la gracia de Dios, de amar a Dios. Aún, sus almas pecadoras, no adquirieron la madurez espiritual, que es propia del devoto jelkeriano. No es jelkeriano el que quiere, sino que es jelkeriano el que puede. No somos jelkerianos por argumentos intelectuales, o por milagros externos, sino que somos jelkerianos, por la gracia de Jelkerá-Dios.
Jelkerá-Dios es amor incluyente, pero también es el soberano de toda la creación, y él decide, quien tiene fe en él, y quien no tiene fe en él. Nosotros, como sus devotos, sólo debemos obedecer a Dios, y no juzgarlo. Se obedece a Dios, adorando a Dios, en el conocimiento unitivo, de la Conciencia de Cristo, donde en el fondo, todo es uno y todo es Dios. La salvación del alma es por fe en Cristo, y no por obras, aunque obras de bien ayudan en la evolución del alma, y obras de mal ponen obstáculos a la evolución del alma. Jelkerá-Dios, es amor incluyente, pero es amor incluyente, a su manera, y como devotos jelkerianos, debemos aceptarlo, en obediencia, pues la obediencia, es una de las claves de la ascensión espiritual. Debemos tener fe en Dios, y debemos obrar el bien y evitar el mal, pues la fe y la obediencia, son dos claves muy importantes, para la ascensión espiritual.
Paz a todos los seres. Amén.


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