Amén. Alabanza
a Jelkerá-Yahvéh-Abraxas, Dios de Todo y de Todos, y bendito sea El Elión, por
toda la eternidad. Gloria al Uno, de quien provienen todos los seres por
emanación, y al cual volverán todos los seres en absorción. Alabanza a Dios,
que es el Todo, la Fuente, y El Ser.
En el fondo,
Jelkerá-Dios ama a todos los seres, y cuida de la evolución espiritual de todas
sus criaturas, pero Jelkerá-Dios, sólo da su bendición al alma individual,
cuando ésta lo reconoce como el Espíritu Omnipresente. Jelkerá-Dios, es Amor
Incluyente, y acepta todo tipo de devotos, sean buenos o malos, y a todos los
encamina hacia el bien, mejorándolos, poco a poco.
Que nadie le
pregunte al otro, cómo es Jelkerá-Dios, pues todos los devotos jelkerianos, sabemos,
en el Cristo-Interno, cómo es Jelkerá-Dios. Todos sabemos que Jelkerá-Dios es
el Creador del Cielo y de la Tierra. Todos sabemos que Jelkerá-Dios es el Ser,
que está por encima y por dentro de cada ser. Todos sabemos que Jelkerá-Dios es
amor, pero que también es fuego consumidor. Todos sabemos que Jelkerá-Dios, da
todas las cosas, y que quita todas las cosas. Todos sabemos que Jelkerá-Dios es
tardo para la cólera, y es rico en amor y misericordia. Todos sabemos que Jelkerá-Dios
complementa a la perfección sus dones de justicia y misericordia, porque tiene
sabiduría. Todos sabemos que Jelkerá-Dios, ama al bien y que odia al mal. Todos
sabemos que Jelkerá-Dios da bendición al bueno, y que da maldición al malo.
Todos sabemos que Jelkerá-Dios perdona al pecador que le pide perdón, que deja
de obrar el mal, y que empieza a obrar el bien. Todos sabemos, que
Jelkerá-Dios, es Amor Incluyente, y que acepta todo tipo de devotos, sean
buenos o malos, y que a todos los encamina hacia el bien, mejorándolos, poco a
poco. Todos sabemos que Jelkerá-Dios, quiere misericordia, y no sacrificios de
sangre. Todos sabemos que a Jelkerá-Dios, le gusta que le oren en el nombre del
Cristo-Interno, que es su Hijo, el Señor Cristo-Fanes, pero en su aspecto
omnipresente, como el Hijo de Dios, individual, dentro de cada quien. Nosotros
ya recibimos el Espíritu Santo, y ya sabemos cómo es Jelkerá-Dios, el Padre,
que también se manifiesta como el Hijo Cristo-Fanes, y como el Espíritu Santo
Madre Santa Sofía.
Y todo lo que
hagas, hazlo en el nombre de Cristo-Fanes, pues Cristo-Fanes se congracia, con
aquellos que oran en su nombre, reconociendo su autoridad. Pues Jelkerá-Dios,
le ha dado a Cristo-Fanes, autoridad sobre todas las cosas, en el cielo y en la
tierra, para que toda rodilla, se doble ante él. Por lo tanto, el nombre de
Cristo-Fanes, es el nombre sobre todo nombre, y es el poder por encima de todo
poder, pues Jelkerá-Dios, está en el interior de Cristo-Fanes.
Cristo-Fanes,
es el Cristo-Interno Individual, dentro de cada corazón, y adorar a
Cristo-Fanes, el Señor, es lo mismo que adorar a Jelkerá-Dios, que mora en su
interior. Adora a Cristo-Fanes, que mora en tu interior, como el Cristo-Interno
Individual, dentro de tu corazón, y así tendrás la bendición de Jelkerá-Dios.
Adora a Cristo-Fanes, que es la Súper-Alma, dentro del corazón, de cada ser, en
la inmensa creación de Jelkerá-Dios.
Así serás un
Ungido de Dios, pues quien adora al Ungido de Dios, se convierte en un Ungido
de Dios, y alcanza la bendición de Dios. Por un camino irán en tu contra, y por
siete caminos huirán de ti. Bendito serás en tu entrar, y bendito serás en tu
salir. Bendito serás en el campo, y bendito serás en la ciudad. Será aumentado
el tiempo de tu vida sobre la tierra, y luego de ésta vida, irás al Cielo, con
Dios y con sus ángeles, para gozar de la dicha eterna. Dios bendecirá, el fruto
de tu mente, y el fruto de tus manos, y tus frutos serán multiplicados para tu
bienestar. Dios te pondrá por cabeza de león, y no por cola de ratón. Tus
enemigos serán exterminados, y tus amigos serán beneficiados. Tú mismo serás
una bendición, y en ti serán benditos todos los pueblos de la tierra. El mundo
verá que eres honrado, que tienes disciplina, y que eres capaz, y confiarán en
ti, pues el Señor tu Dios, te dará su bendición. Y si sufres persecución,
tortura, o muerte, por causa de la verdad, tu bendición, aun así, será grande,
pues tu fe y tu fidelidad, serán contadas por justicia. Ya que tú no eres del
mundo, sino que ahora eres de Dios, y por lo tanto, te vaya bien o te vaya mal,
tú vives en el mundo, pero sin ser del mundo, porque tú eres de Dios. Y si
Jelkerá, tu Dios, te pone en tribulación, sigue siendo fiel a Jelkerá, tu Dios,
pues él te envía el mal, para luego enviarte el bien, y Jelkerá dará su
recompensa, a todo aquel que pase por el período de prueba, manteniendo su fe
en él, y manteniendo su fidelidad a él. Y recuerda siempre, que pase lo que
pase, El Señor, tu Dios, está contigo. Amén.
Alabanza a la
Santa Tríada Jelkeriana, Alabanza a la Santa Tríada Jelkeriana, Alabanza a la
Santa Tríada Jelkeriana. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, El Padre, el
Hijo, y el Espíritu Santo, El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía, Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes,
Madre Santa Sofía, Jelkerá-Dios, Cristo-Fanes, Madre Santa Sofía. Alabanza,
alabanza, alabanza. Amén.
Alabado
Jelkerá, Alabado Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Alabado Alabado. Alabado Fanes,
Alabado Fanes, Fanes Fanes, Alabado Alabado. Amén.
Jelkerá-Dios,
es Amor Incluyente, pero el devoto, no tiene por qué serlo. El devoto sólo es
responsable por sí mismo, pues la Doctrina Jelkeriana, está pensada en base
individual, para la práctica en solitario. El mandato de Jelkerá-Dios, para su
devoto, es que el mismo devoto, sea un buen devoto jelkeriano, y que guarde
silencio. El devoto jelkeriano, es y debe ser, Maestro Espiritual de sí mismo,
y Sacerdote del Dios Altísimo, para sí mismo.
El devoto
jelkeriano, no está obligado a enseñar la doctrina, si no quiere hacerlo, o si
considera que las condiciones no son propicias, y no debe exponerse a que lo
maltraten y a que blasfemen contra Jelkerá-Dios, los siervos del Diablo. El
devoto jelkeriano, es un siervo de Jelkerá-Dios, y debe hacer lo que Jelkerá-Dios
le ha ordenado, que consiste en ser un buen devoto jelkeriano, y cada quien es
responsable por sí mismo.
No todo
no-devoto, es un siervo del Diablo, pero algunos no-devotos, lo son, y de
hecho, algunos que dicen que son devotos y siervos de Dios, también son siervos
del Diablo. A ellos, hay que mantenerlos alejados, y no darles oportunidades,
ni de dañar a los devotos, ni de blasfemar contra Jelkerá-Dios, pues en ese
caso, podríamos ser copartícipes de su pecado.
Jelkerá-Dios,
es el maestro supremo de todos los seres, y él será quien enseñe a cada quien,
lo que le corresponde saber, en acuerdo a su nivel evolutivo. Y nadie debe
intentar ser más bueno que Dios, pues Dios castiga a los que quieren meterse en
su trabajo. Tú sé un buen devoto, y no te metas en lo que no te incumbe.
Jelkerá-Dios es la autoridad, y tú no. Respeta la autoridad de Dios, y no te
metas en su camino. Sí así lo haces, el Señor Dios te bendecirá, y tu fe, te
será contada por justicia.
Jelkerá-Dios,
bendice a quienes guardan en secreto su doctrina, y bendice a quienes enseñan
su doctrina, y da libertad a todos los seres. Pero el devoto jelkeriano, esté
en mayoría o en minoría, debe cuidarse a sí mismo, y de ésta forma, rendirá el
servicio perfecto a Jelkerá-Dios, que mora en su interior, y que es amor
incluyente. La primera responsabilidad del devoto jelkeriano, es consigo mismo.
El devoto jelkeriano, debe respetar el libre albedrío, primero de sí mismo, y
luego, también el de los demás. Pero también, hay que cuidarse del libre albedrío
de los demás. Éste es el mandato de Jelkerá-Dios, para todo devoto jelkeriano.
Como Maestro
Espiritual, el devoto jelkeriano, que ejerza la enseñanza espiritual, o que
dirija las oraciones de un grupo espiritual, tiene el derecho de admisión y de
permanencia, de cualquiera que pretenda asistir a su actividad. Como Maestro
Espiritual, el devoto jelkeriano, puede elegir a dedo a sus discípulos, y los
puede expulsar a dedo, según su voluntad. Como Maestro Espiritual, el devoto
jelkeriano, puede administrar la Palabra de Dios, según él lo considere
propicio, para su propio bienestar, y el del Reino de Dios. El devoto
jelkeriano, como Maestro Espiritual, tiene una enorme autoridad, conferida por
Jelkerá-Dios, pero no debe abusar de su autoridad. El devoto jelkeriano, tiene
un gran poder espiritual, pero un gran poder, conlleva una gran
responsabilidad.
El devoto
jelkeriano, está ungido con la bendición de Dios, pero sin embargo, también es
cierto, que el devoto jelkeriano, como todo ser humano, sólo es un pobre pecador,
que depende de la gracia de Dios, para ser salvo, y aunque sea salvo, y esté
ungido por Dios, su condición básica, sigue siendo la misma.
Jelkerá-Dios,
se congracia con aquellos que adoran a sus devotos, pues Jelkerá-Dios, ama a
todos los seres, pero ama especialmente, a quienes son sus devotos, y
naturalmente, siente cariño por quienes tratan bien a sus devotos.
Sin embargo,
el devoto jelkeriano, debe controlar su gigantesco egocentrismo de maestro
espiritual, lo más que pueda, pues justamente porque es consciente de su
Cristo-Interno, debe practicar la humildad, y no ser soberbio, creyéndose más
de lo que es. El devoto jelkeriano, debe tener la humildad de saber que sólo es
una criatura de Dios, y debe tener el orgullo de saber que Dios está en su
interior, sin caer en la humillación de dejarse utilizar abusivamente por los
demás, y sin caer en la soberbia de utilizar abusivamente a los demás. Éste es
un delicado equilibrio, que el buen devoto jelkeriano, debe esforzarse por
mantener, lo más que pueda.
El devoto
jelkeriano, no sigue una mezcla de religiones, aunque su doctrina surja,
aparentemente, de una mezcla de religiones, o de su imaginación. La Doctrina
jelkeriana, surge de la inspiración del Cristo-Interno Individual, por mandato
de Jelkerá-Dios, para el devoto jelkeriano, individualmente, como el camino que
le corresponde a él, por su nivel de conciencia, y no a toda la humanidad. El
devoto jelkeriano, sigue, un solo credo, una sola doctrina, una sola palabra de
Dios, y una sola verdad, que es la Doctrina Jelkeriana. El devoto jelkeriano,
sigue a, toda la verdad, y sólo a la verdad, es decir, el devoto jelkeriano,
sigue a toda la Doctrina Jelkeriana, y sólo a la Doctrina Jelkeriana.
El demonio
Satán, es un siervo de Dios, y aunque cumple una función demoniaca de
tentación, es un ángel de Dios, y no se debe proferir palabra de maldición en
su contra, sino que a lo sumo se le debe decir, ¡el Señor te reprenda! La
función de Satán es atrasar la evolución humana lo más posible, para que luego,
por ley de compensación, la evolución del alma humana, se termine acelerando.
Satán no será castigado por Jelkerá-Dios, pues es un siervo de Dios, pero los
demonios a su servicio, y la gente pecadora que le obedece, sí será castigada.
Por eso, aunque Satán es un siervo de Dios, y en el fondo todos somos siervos
de Dios, sólo serán bendecidos los siervos de Dios, pero los siervos de Satán,
los siervos del Diablo, serán castigados. Sin embargo, por el castigo, sus
almas entenderán, y aprenderán, pues todo lo qe Dios hace, es bueno, incluso
permitir la maldad, pues todo sirve para la evolución de las almas.
Jelkerá-Dios,
es amor inmanente, y verdad trascendente, pero uno tiene que recibir la
bendición de Dios, para poderlo aceptar y tener fe en ello. Por eso existen
tantas personas que profieren palabras de maldición contra Dios, y que odian a
Dios, pues ellos, en ésta vida, no han recibido la gracia de Dios, de amar a
Dios. Aún, sus almas pecadoras, no adquirieron la madurez espiritual, que es
propia del devoto jelkeriano. No es jelkeriano el que quiere, sino que es
jelkeriano el que puede. No somos jelkerianos por argumentos intelectuales, o
por milagros externos, sino que somos jelkerianos, por la gracia de
Jelkerá-Dios.
Jelkerá-Dios
es amor incluyente, pero también es el soberano de toda la creación, y él
decide, quien tiene fe en él, y quien no tiene fe en él. Nosotros, como sus
devotos, sólo debemos obedecer a Dios, y no juzgarlo. Se obedece a Dios,
adorando a Dios, en el conocimiento unitivo, de la Conciencia de Cristo, donde
en el fondo, todo es uno y todo es Dios. La salvación del alma es por fe en
Cristo, y no por obras, aunque obras de bien ayudan en la evolución del alma, y
obras de mal ponen obstáculos a la evolución del alma. Jelkerá-Dios, es amor incluyente,
pero es amor incluyente, a su manera, y como devotos jelkerianos, debemos
aceptarlo, en obediencia, pues la obediencia, es una de las claves de la
ascensión espiritual. Debemos tener fe en Dios, y debemos obrar el bien y
evitar el mal, pues la fe y la obediencia, son dos claves muy importantes, para
la ascensión espiritual.
Paz a todos
los seres. Amén.
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