El Principio del Tantra.
Tantra significa
tejido, continuidad, doctrina. El principio fundamental del tantra es el
siguiente; Aunque el espíritu y la materia parezcan dos cosas opuestas entre sí,
en esencia son dos polos opuestos del mismo espíritu, solo que el espíritu, es
el estado del espíritu en alta frecuencia vibratoria, y la materia, es el
estado del espíritu en baja frecuencia vibratoria. Existe una continuidad entre
el espíritu y la materia, pues en esencia, ambos son espíritu, pero en estado
distintos del espíritu. Por lo tanto, es posible lograr la unión al Espíritu Absoluto,
a través de la materia. La clave para lograr la unión con el Espíritu Absoluto,
a través de la materia, es aceptar a los actos materiales, como una forma de
unirnos al Espíritu Absoluto. Por éste medio, cosas que normalmente nos
alejarían del Espíritu Absoluto, y nos pondrían obstáculos en nuestro camino, nos
terminan uniendo al Espíritu Absoluto, y nos ayudarían en nuestro camino. Un
devoto avanzado, del camino espiritual, debería aprovechar el principio de
continuidad entre el espíritu y la materia, para mejorar aún más, en su camino
de evolución espiritual.
Una forma ritual
de hacerlo sería diciendo ésta oración, antes o después de cualquier acto
material, que normalmente se considera que separa del Espíritu Absoluto; “En el
Nombre del Espíritu Absoluto, través de éste acto, me uno a mi propio espíritu
individual, y al Espíritu Universal. Así sea”. Otra forma de hacerlo, sería
disfrutando plenamente del acto en sí, pero haciéndolo a con intensión y a conciencia,
de que a través de él, nos estamos uniendo a nuestro propio espíritu individual
y al Espíritu Absoluto. Pueden usarse ambas técnicas al mismo tiempo, así como
otras que se le ocurran al iniciado.
Los cinco actos materiales,
que normalmente se considera que unen a la materia y que separan del espíritu,
son los siguientes; 1-Comer carne, pues al hacerlo matamos a otro ser vivo, del
reino animal, para poder vivir, y de ésta forma acumulamos mucho karma
negativo, que pone obstáculos a nuestra evolución. 2-Beber alcohol, pues a
través de él, disfrutamos de los sentidos, y no de la unión con el Espíritu
Absoluto, y además, beber alcohol, debilita a la mente. 3-La unión sexual, pues
a través de ella, disfrutamos de los sentidos, y no de la unión con el Espíritu
Absoluto. 4-Comer semillas deshidratadas, pues a través de ellas, disfrutamos
de los sentidos, y no de la unión con el Espíritu Absoluto. 5-Comer pescado,
pues al hacerlo matamos a otro ser vivo, del reino animal, para poder vivir, y
de ésta forma acumulamos mucho karma negativo, que pone obstáculos a nuestra
evolución.
Por supuesto, no
deben cometerse excesos, pero con moderación, un practicante espiritual, puede
realizar éstos cinco actos, y de ésta forma, puede unirse al Espíritu Absoluto,
a través de ellos. El riesgo de la práctica tántrica, es caer en excesos, y
olvidarse de utilizarlos para unirse al Espíritu Absoluto, alejándose así del
camino espiritual, y cayendo en la materia, y en el pecado, degradándose cada
vez más.
Hay variantes de
tantra, y cada seguidor de éste sendero, aplica distintas técnicas. Por
ejemplo, algunos alargan la duración de la unión sexual, para obtener más
placer en el orgasmo, otros retienen la emanación del fluido sexual, para
obtener placer de ello, otros derraman el fluido sexual y obtienen placer de
ello, otros directamente evitan el orgasmo, otros trabajan con los chakras,
elevando a la serpiente Kundalini hasta la cima de la cabeza, con derramamiento
o sin él, con orgasmo o sin él. Otros, considerando a los chakras y a la
serpiente Kundalini, parte de la ilusión de éste mundo, se niegan a trabajar
con ellos, y solo trabajan con la unión con el Espíritu Absoluto. Todas las
técnicas tántricas, aunque parezcan contradictorias entre sí, son igual de
efectivas, para conectar con el Espíritu Absoluto, cuando esa es la intensión o
la conciencia.
A veces, como se
considera que la energía sexual crea la vida, y que es la energía más poderosa
que existe, se la utiliza en magia sexual, para conceder deseos, y no para la
unión con el Espíritu Absoluto, en cuyo caso, se consagra el acto sexual, a la
obtención de un deseo, enfocando la mente en ese deseo durante el acto sexual, o
durante el orgasmo, o pidiendo ese deseo al universo, antes o después de la
unión sexual.
En el tantra, también
se utiliza la Oración de Fe, al Espíritu Absoluto, o a algunas de sus
manifestaciones, y también se utiliza la Meditación de Paz Interior, en el
Espíritu Absoluto, o en algunas de sus manifestaciones, pero eso, también se
hace en otros senderos, donde se desconoce la clave del principio tántrico.
El practicante
tántrico, puede aplicar el principio del tantra, a todas las áreas de la vida,
y no solo a los cinco actos materiales antes mencionados. Por ejemplo, cuando
consume sus alimentos y bebidas, diariamente, o cuando se pincha un dedo, o
cuando le pasa algo bueno, o cuando le pasa algo malo. En todo momento, puede
consagrar, lo que siente, o lo que vive, a la unión con el Espíritu Absoluto.
Hay muchas formas de hacerlo. Por ejemplo, antes de comer y beber, puede decir,
“Gracias Dios por el pan que hoy me das, amén”, y al hacerlo, puede consumir su
alimento en conciencia de que a través de él, se une a Dios Altísimo. Cuando le
pese algo malo, puede decir, “Valla por Dios”, y así, puede capitalizar lo malo
que le suceda, para obtener un bien de ello.
Si el practicante
tántrico participó en un conflicto bélico, en defensa de su patria, y por
ejemplo, tuvo que destruir a otras personas, puede consagrar su acto de defensa
de su patria, a la unión con el Espíritu Absoluto, con una oración, que puede
componer él mismo, o diciendo; “En el Nombre del Espíritu Absoluto, través de
éste acto, me uno a mi propio espíritu individual, y al Espíritu Universal. Así
sea”. Y así, sucesivamente, con cada acto que el devoto quiera consagrar a la
unión con el Espíritu Absoluto, puede hacerlo.
Sin embargo, en
éste acto, conviene aclarar que el principio tántrico, o el principio de
continuidad entre el espíritu y la materia, no debe usarse para justificar
actos de maldad, como robar, matar, estafar, o reducir a la servidumbre, prostituir,
abominaciones con niños o animales, o torturas, o causar daño a otras personas
o seres vivos, pues esos actos no tienen justificación alguna.
Aclarado esto, se
puede consagrar cada acto de la existencia, o al menos muchos de ellos, a la
unión con el Espíritu Absoluto, lo cual es un recurso divino, que el
practicante avanzado de espiritualidad, debe aprovechar, con sabiduría.
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