viernes, 5 de febrero de 2021

Jelkerá es el Ojo Único.

Jelkerá es el Ojo Único.
Jelkerá-Dios, es único y universal. Jelkerá-Dios, no tiene forma y es todo poderoso. Jelkerá-Dios, no tiene, ni forma ni nombre, pero a través de su energía espiritual, en forma indirecta, asume muchas formas y nombres, en el mundo espiritual, y en la mente del devoto, para ser conocido por sus devotos, y relacionarse con ellos. Jelkerá-Dios, ha dispuesto, que haya muchos caminos, hacia la cima de una montaña, y no sólo un camino. Cada quien debe encontrar su propio camino, en acuerdo a su grado de desarrollo espiritual. La verdad es una sola, la verdad es que cada quien, debe encontrar su propio camino. 
Jelkerá-Dios, es amor que todo lo llena y verdad que todo lo supera, y en el fondo, todo es uno y todo es Jelkerá-Dios. Jelkerá-Dios, es el Padre-Madre-Mente, y todo lo demás, es un pensamiento creado dentro de su mente. Jelkerá-Dios, creó a todos los seres y a todas las cosas, con su mente y con su palabra, y cuando Jelkerá-Dios dijo, hágase la luz, entonces, la luz se hiso. Jelkerá-Dios, es el Creador Original, y es, puro ser, pura conciencia y pura bienaventuranza. Y Jelkerá-Dios, está lleno de puro poder, pura sabiduría, y puro amor. Y Jelkerá-Dios, es el Único Ser Supremo, conocido como el Original, Creador, Conservador, y Destructor, de todas las cosas y de todos los seres.
Y Jelkerá-Dios, tiene dos ángeles supremos que le acompañan, siendo uno la Hija-Madre, Santa Sofía, que es el Espíritu Santo, y siendo el otro, el Hijo Primogénito, Cristo-Fanes, que es el Salvador del Alma, a través del cual, Jelkerá-Dios creó todas las cosas. Y Cristo-Fanes, está dentro de cada corazón, parado sobre una rosa, como el Cristo-Interno Individual, de cada alma en evolución. Y en esto ha demostrado Jelkerá-Dios, su amor para con nosotros, en que nos ha dado un  Cristo-Interno Individual, de amor incondicional, para que acompañe al alma, desde siempre y para siempre, desde que emanó de Jelkerá-Dios, y hasta que algún día, se absorba en Jelkerá-Dios.
En el fondo, todos los seres y todas las cosas, son manifestaciones de Jelkerá-Dios, y criaturas de Jelkerá-Dios, pero en el Señor Fanes, y en la Señora Sofía, predomina más la esencia, como manifestaciones de Dios, que como criaturas de Dios, mientras que en los demás seres, predomina más la esencia, como criaturas de Dios, que como manifestaciones de Dios.
Todas las formas de espiritualidad, tienen un mismo origen, y ése origen es Jelkerá-Dios. Jelkerá significa, “El Ser, Dios-Sol-Uno, Padre Luminoso”. A Jelkerá, también se lo llama, Yahvéh, que significa, “Él Es, Él Fue, y Él Será, Quien Hace Llegar a Ser, Aquel que Sopla”. Y a Jelkerá, también se lo llama, Abraxas, que significa, “Padre No Creado”. Los seres humanos, en su mezquindad, e influenciados por malos espíritus, han mentido y separado a la gente, por medio de una espiritualidad baja, pero Jelkerá-Dios, quiere para sus hijos, unión y libertad, y no separación y sometimiento. La Doctrina Jelkeriana, es una forma de espiritualidad, buena y superior, que Jelkerá-Dios, siempre quiso, y que los seres humanos, de baja evolución espiritual, siempre rechazaron, en su maldad e inferioridad. A medida que el ser humano, evoluciona espiritualmente, a lo largo de varias reencarnaciones, logra la madurez espiritual, para alcanzar ésta comprensión de Jelkerá-Dios, y por medio de la oración, de la meditación, y de las buenas obras, se purifica gradualmente, para liberar su alma de la reencarnación, y ascender a los cielos superiores, en forma definitiva.
Toda partícula de la creación, tiene un Cuerpo, un Alma Inmortal, y un Cristo-Interno Individual. El Cristo-Interno, es Jelkerá-Dios, manifestado como Hijo de Dios, dentro de cada alma individual, y a veces se manifiesta, como una flama triple, dentro del corazón. El Cristo-Interno, es el acompañante eterno, del alma en evolución, a través de todos los planos de existencia.
El símbolo supremo de Jelkerá-Dios, es el Ojo de Dios que Todo lo Ve, que representa a la Conciencia Única, que Jelkerá-Dios es. Y a veces, éste Ojo Único, aparece dentro del Triángulo Equilátero, lo cual representa, a los tres principales atributos divinos, que son, Ser, Conciencia, y Bienaventuranza.
La espiritualidad, buena y superior, llega al alma, cuando el alma está preparada. Y la espiritualidad buena y superior, le es inspirada al alma, por el propio Jelkerá-Dios, sin mensajeros humanos, a través del propio Cristo-Interno Individual. Jelkerá-Dios, es la Magna Presencia Yo Soy, dentro y fuera de cada quien, y el Yo Soy, es el camino, la verdad, la vida, la luz, y el buen pastor, de todos los devotos. Sólo se llega al Padre, a través del Hijo, que es el Yo Soy, dentro  y fuera de uno mismo, y en unión al Espíritu Santo.
El consejo del Dios Eterno, siempre es el mismo, “Ama a Yahvéh, tu Dios, con todo tu corazón, y ama a tu prójimo, como a ti mismo”. Lo constructivo es bueno, y lo destructivo es malo, pero a veces, crear puede ser malo, y destruir puede ser bueno. Jelkerá-Dios, complementa sus virtudes de misericordia, perdonando transgresiones, y de justicia, recompensando lo bueno y castigando lo malo, con su enorme virtud de sabiduría, que da a cada quien, lo que necesita para su evolución. Nadie es bueno sobre la faz de la tierra, pues solo el Padre es bueno, y él está en los cielos. Sin embargo, debemos aspirar a mejorar, y no a empeorar. Somos salvos, por la fe en el Cristo-Interno, pero las obras de bien, ayudan en la evolución del alma, mientras que las obras de mal, ponen obstáculos a la evolución del alma. Nos hicimos salvos, para mejorar, y ser buenas y mejores personas, y no para empeorar, y ser malas y peores personas. Y la verdadera fe, se expresa en mejores obras, y no en peores obras.
El Camino es la ley espiritual, de Jelkerá-Dios, que rige sobre todas las cosas. El Camino hace, que el río de las circunstancias, fluya, y que todo sea uno con Dios El Ser. El buen devoto de Dios El Ser, deja que el río fluya, y acepta que es uno, con Dios El Ser. El Camino los acepta a todos, y no dice sí a unos, y no a otros. El Camino incluye a todas las posibilidades, buenas y malas, y para él, todo es bueno, pues en el tiempo eterno de Dios, todo es llevado hacia Dios, y todo sirve al Camino. El Camino, llena lo vacío, y vacía lo lleno. La gente no conoce al camino, y aun así, la gente crece y se  desarrolla. El camino, aparentemente, no tiene moral, y para él, todos los seres, son muñecos de paja, destinados a ser quemados en sacrificio. Sin embargo, el espíritu en el hombre, es eterno, viene del Todo, y volverá al Todo, y eso también forma parte del Camino. Desde que el Huevo Cósmico, del que Lord Fanes, renació, se rompió y se expandió, creando el cielo y la tierra, en todos los planos de existencia, del mundo material, y del mundo espiritual, el Yang o Energía Luminosa y Masculina, y el Yin o Energía Oscura y Femenina, están en los cuatro elementos, de tierra, agua, aire, y fuego, que componen a todas las cosas, pero éstos cuatro elementos, vienen del éter o aire del cielo, que a su vez, viene de Jelkerá-Dios. El Yin tiene algo de Yang, y el Yang tiene algo de Yin. Y el Yang se convierte en Yin, y el Yin se convierte en Yang, cíclicamente. Los meses calurosos, tienen días fríos, y los meses fríos, tienen días calurosos. Nada es tan bueno, que no tenga algo de malo, y nada es tan malo, que no tenga algo de bueno. Solo el Camino, nos puede dar verdadera sabiduría, pues el Camino es Dios, y Dios lo es Todo. La Virtud proviene del conocimiento del Camino, pero cada cosa, con o sin conocimiento, tiene alguna virtud, como por ejemplo, la virtud del fuego es quemar, y la virtud del agua es mojar.
Jelkerá-Dios, creó a todas las cosas, a partir de su energía espiritual, que es el éter o aire del cielo. De una variedad elevada de éter, fueron creados Lord Fanes, y Lady Sofía. Del éter vienen el Yin y el Yang, y de ellos, en sus mutuas relaciones, surgieron los cuatro elementos, de tierra, agua, aire, y fuego, de los cuales, luego, fueron creadas todas las cosas. El Yin y el Yang, a veces se unen, y a veces se separan, a veces, crean, a veces, conservan, a veces, destruyen, y a veces, reconstruyen. El día sigue a la noche, y la noche sigue al día, y éste ciclo, se repite muchas veces. Muchos son los ciclos, que se repiten muchas veces. Todo tiene un comienzo, un medio y un final, y el buen devoto del Camino, conoce esos ciclos, y facilita lo que sucede. El buen devoto, gana o pierde, pero siempre recuerda, que ser uno mismo, ya es una victoria. El buen devoto, es temeroso y cuidadoso, como un hombre caminando sobre un lago congelado. El buen devoto es humilde, pues sabe que todos estamos regidos por el mismo Principio, que es el Camino común a todos los seres.
El buen devoto, tiene fe en el Principio, que es el Camino, y tiene fe en el Proceso, que incluye a toda la Creación. Pero más allá del aspecto de Dios, llamado el Principio o el Camino, está el aspecto de Dios, llamado El Ser, y éste aspecto de Dios, incluye y supera, a todos los aspectos de Dios. El buen devoto, porque se ama a sí mismo, trata de mejorar las cosas de su vida y del mundo que le rodea, pero si no las puede mejorar, no las mejora, y pase lo que pase, encuentra felicidad y consuelo, pues se ama a sí mismo, y ve el lado eterno de sí mismo, y de todos los seres. El buen devoto, sabe que es ordinario, pero el conocimiento de que es ordinario, lo hace extraordinario. Jelkerá es el Ojo Único. Si Jelkerá es tu Dios, todo tu ser estará lleno de luz, pues, si tu ojo es único, todo tu ser estará lleno de luz. No dividas tu atención, y ocúpate de ti mismo, pues uno solo junto a Dios, es lo bueno, y todo lo demás, sobra. Toma Triple Refugio, en Jelkerá-Dios, en la Doctrina Jelkeriana, y en los Ángeles de Jelkerá-Dios, y serás encaminado hacia la luz, vida tras vida, hasta la liberación. Éste es el Camino Jelkeriano. Paz a todos los seres.  

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