sábado, 16 de marzo de 2024

Oración a la Magna Presencia Yo Soy [Decir Diariamente].

Amada Magna Presencia Yo Soy, yo te pido que actives a la Llama Triple de mi Corazón, que ilumines todo mi ser y mundo con la Luz Violeta de la Transmutación y de la Libertad, que me mantengas encendido en mi Pilar de Llama Violeta Transmutadora, y que me protejas activando el tubo de luz protector alrededor de mí.

Yo soy bueno, yo soy espiritual, yo soy feliz. Hoy voy a disfrutar de un día magnífico. El mundo es bueno. Gracias, DIOS PADRE MADRE UNIVERSAL, Amada Magna Presencia Yo Soy, por éste día nuevo que me das, que sea para tu gloria, Dios Padre Madre Universal, para mi bien, y para el bien de todo el mundo. Gracias, Dios Padre Madre Universal, por éste día nuevo que me das, lo voy a administrar bien.

Amada Magna Presencia Yo Soy, yo te pido que cargues mi vida con todas tus bendiciones sobrenaturales, y que toda mi existencia esté llena de buena energía, y que toda mala energía se retire adonde no moleste, o que sea transmutada hacia el bien perfecto, por el poder del Rayo Violeta Transmutador.

Por el poder de la Magna Presencia Yo Soy, que yo sea feliz, que halle éxito en todas mis empresas, que tenga paz, que halle consuelo, y que tenga una vida próspera, en lo espiritual y en lo material, teniendo disfrute en la alegría, consuelo en la tristeza, y una vida de esperanza, en la luz del Cristo Interno.

En el Nombre del Dios Altísimo, la Magna Presencia Yo Soy, Yo decreto; Yo Soy la Presencia de Dios en mí, y la Llama Violeta Transmutadora, que liberta, a todo mi ser, a todo éste planeta, y a todo el universo, en todos los planos de existencia, para mi bienestar completo y gloria de Dios, sin que yo acumule el mal karma. Y si alguien no debe recibir ésta bendición, entonces, que ésta vuelva a mí. Llama Violeta, Gracias. Gracias Dios por tu luz.

Amada Presencia Yo Soy, y amados ángeles del Dios Altísimo, gracias por toda vuestra luz, y por todo vuestro amor, ahora y siempre, en el nombre del Cristo Interno, salvador del alma, y libertador del espíritu. Amén.

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