domingo, 24 de marzo de 2024

La Sabiduría de la Presencia.

 

La Sabiduría de la Presencia.

La Presencia es la Existencia, que está antes de nuestra existencia, durante nuestra existencia, y después de nuestra existencia. La Presencia está dentro de cada ser y dentro de cada cosa, y también está fuera de cada ser, y fuera de cada cosa. Nosotros somos ondas, en el océano de la Presencia. Las ondas nacen viven y mueren, pero el océano de la existencia, siempre existió, y siempre existirá. Nacemos en la Presencia, vivimos en la Presencia, y nos absorbemos en la Presencia, y en esencia, siempre fuimos la Presencia Universal, aunque hayamos tenido una existencia individual.

La Presencia nos ha dado el don de la razón, para que entendamos las principales leyes de la naturaleza. La ley de causa y efecto, explica que en la vida, toda causa tiene su efecto, y todo efecto tiene su causa. La ley de ciclos, nos explica que todo sube y baja, y que todo tiene su comienzo, su desarrollo, y su final. La ley de género, nos explica que todo se genera por la unión de lo masculino y de lo femenino. La ley de polaridad, nos explica que todo tiene su lado positivo y su lado negativo, y que todo lo positivo tiene algo de negativo, y que todo lo negativo tiene algo de positivo. La principal ley de la naturaleza, sin embargo, es la ley de causa y efecto.

La Presencia nos ha dado el don de la razón, para entender que en la vida, lo máximo que podemos hacer, es ocuparnos de lo que podemos hacer, y tratar de no angustiarnos, por lo que no podemos hacer, ya que angustiarse por lo que no se puede hacer, es una inútil pérdida de tiempo. Ocúpate de lo que puedas hacer, y trata de no angustiarte por lo que no puedas hacer.

La Presencia nos ha dado algo de control sobre nuestro presente, ya que el futuro no ha llegado, y el pasado ya pasó y no se puede cambiar. Lo mejor que podemos hacer, es manejar nuestras acciones en el presente, para cultivar un futuro mejor. Pero logremos o no ese futuro mejor, debemos sentirnos orgullosos por hacer lo mejor posible en el presente.

Acepta tu destino, y recuerda que morirás, pues la muerte está unida a la vida. Todo lo que tiene un comienzo, tiene un final. La muerte es inevitable, y es inútil angustiarse demasiado por ella.

Acepta tu vida, tal como fue, pues haya sido como haya sido, es un aporte al esquema universal, trazado por la presencia, para que todo lo que emanó de ella, se absorba en ella. Toda vida es un éxito, sin importar si triunfó o fracasó, pues toda vida es un aporte al esquema universal, trazado por la presencia, para que todo llegue a la perfección. Cada quien debería estar orgulloso de su vida, haya sido como haya sido, pues toda vida, es un aporte a la totalidad de la existencia, y al plan de la Presencia, para que todo se absorba en ella, llegando a su perfección. Todos los seres, nacen de la presencia, viven en la presencia, y mueren en la presencia. Todo viene de la presencia, y finalmente, todo se absorbe en la presencia.

La Presencia mora en ti, y te dio el don de la razón, para que entiendas que el placer y el dolor no son lo importante, ya que lo importante, es hacer las cosas, lo mejor posible, recordando que la presencia, mora en el interior de todos los seres y de todas las cosas. El placer y el dolor, son inevitables, pero lo importante, es comprender que son inevitables.

La Presencia nos dio el don de la razón, y por eso, debemos comportarnos mejor que los animales salvajes, practicando el autodominio, y buscando el bien en todas nuestras acciones, sin dejarnos llevar por bajos impulsos. La presencia espera más de nosotros, pues nos ha dado más que a los animales salvajes. No cedas a la gratificación espontánea, y practica disciplina, cultivando buenas acciones en el presente, para tener buenas reacciones en el futuro. Pero logres la victoria o fracases, debes recordar que el bien es su propia recompensa.

Ámate a ti mismo, cree en ti mismo, y recuerda que la Presencia vive dentro y fuera de ti. Cada quien debe llevar su propia carga en la vida. No deberías culpar a los demás, por cómo es tu vida, pues hacer eso es inútil, ya que no tienes dominio sobre lo que hacen los demás. Asume la responsabilidad por tu propia vida, y así adquirirás el poder de transformar tu vida para bien. Cada quien puede dirigir sus propias acciones, y hacer cosas buenas, para mejorar su propia vida, y a veces, incluso, mejorar la vida de los demás. Cada quien es responsable por su propia vida, pues cada quien, puede hacer mucho para mejorar su propia vida con sus pensamientos con sus palabras y con sus acciones. No lo podemos hacer todo, pero podemos hacer algo, y algo, ya es mucho.

Medita en la Presencia, y venera a la Presencia, sin importar si estás feliz o triste, y alcanzarás la salvación, y tus problemas caerán como hojas secas. A lo máximo que se puede aspirar en la vida, es a tener, disfrute en la alegría, consuelo en la tristeza, y una vida de esperanza, en la luz de la Presencia. La Presencia nos hace felices para siempre.

Ama a la humanidad y a todos los seres, pues todos forman parte de la Presencia. Defiende la justicia y la dignidad de cada ser, y no toleres la injusticia ni la degradación de los seres. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Sé paciente y amable. No toleres injusticias, y defiende tu dignidad y la de los demás.

En fin, la Sabiduría de la Presencia, se resume en éstos tres principios; 1-La Presencia lo abarca todo, y somos ondas en el océano de la Presencia. 2-En la naturaleza, toda causa tiene su efecto, y todo efecto tiene su causa. 3-En la vida, lo mejor que puede hacerse, es ocuparse de lo que uno puede hacer, y tratar de no angustiarse, por lo que uno no puede hacer.

¿Y como se aprende toda ésta sabiduría? Ésta sabiduría se aprende escuchando la palabra, no de una persona, sino que la palabra de la Presencia, que nos enseña a todos, que todo es uno.

Paz a todos los seres.

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