La Sabiduría
de la Presencia.
La Presencia
es la Existencia, que está antes de nuestra existencia, durante nuestra
existencia, y después de nuestra existencia. La Presencia está dentro de cada
ser y dentro de cada cosa, y también está fuera de cada ser, y fuera de cada
cosa. Nosotros somos ondas, en el océano de la Presencia. Las ondas nacen viven
y mueren, pero el océano de la existencia, siempre existió, y siempre existirá.
Nacemos en la Presencia, vivimos en la Presencia, y nos absorbemos en la Presencia,
y en esencia, siempre fuimos la Presencia Universal, aunque hayamos tenido una
existencia individual.
La Presencia
nos ha dado el don de la razón, para que entendamos las principales leyes de la
naturaleza. La ley de causa y efecto, explica que en la vida, toda causa tiene
su efecto, y todo efecto tiene su causa. La ley de ciclos, nos explica que todo
sube y baja, y que todo tiene su comienzo, su desarrollo, y su final. La ley de
género, nos explica que todo se genera por la unión de lo masculino y de lo
femenino. La ley de polaridad, nos explica que todo tiene su lado positivo y su
lado negativo, y que todo lo positivo tiene algo de negativo, y que todo lo
negativo tiene algo de positivo. La principal ley de la naturaleza, sin
embargo, es la ley de causa y efecto.
La Presencia
nos ha dado el don de la razón, para entender que en la vida, lo máximo que
podemos hacer, es ocuparnos de lo que podemos hacer, y tratar de no
angustiarnos, por lo que no podemos hacer, ya que angustiarse por lo que no se
puede hacer, es una inútil pérdida de tiempo. Ocúpate de lo que puedas hacer, y
trata de no angustiarte por lo que no puedas hacer.
La Presencia
nos ha dado algo de control sobre nuestro presente, ya que el futuro no ha
llegado, y el pasado ya pasó y no se puede cambiar. Lo mejor que podemos hacer,
es manejar nuestras acciones en el presente, para cultivar un futuro mejor.
Pero logremos o no ese futuro mejor, debemos sentirnos orgullosos por hacer lo
mejor posible en el presente.
Acepta tu
destino, y recuerda que morirás, pues la muerte está unida a la vida. Todo lo
que tiene un comienzo, tiene un final. La muerte es inevitable, y es inútil
angustiarse demasiado por ella.
Acepta tu
vida, tal como fue, pues haya sido como haya sido, es un aporte al esquema
universal, trazado por la presencia, para que todo lo que emanó de ella, se
absorba en ella. Toda vida es un éxito, sin importar si triunfó o fracasó, pues
toda vida es un aporte al esquema universal, trazado por la presencia, para que
todo llegue a la perfección. Cada quien debería estar orgulloso de su vida,
haya sido como haya sido, pues toda vida, es un aporte a la totalidad de la
existencia, y al plan de la Presencia, para que todo se absorba en ella,
llegando a su perfección. Todos los seres, nacen de la presencia, viven en la
presencia, y mueren en la presencia. Todo viene de la presencia, y finalmente,
todo se absorbe en la presencia.
La Presencia
mora en ti, y te dio el don de la razón, para que entiendas que el placer y el
dolor no son lo importante, ya que lo importante, es hacer las cosas, lo mejor
posible, recordando que la presencia, mora en el interior de todos los seres y
de todas las cosas. El placer y el dolor, son inevitables, pero lo importante,
es comprender que son inevitables.
La Presencia
nos dio el don de la razón, y por eso, debemos comportarnos mejor que los
animales salvajes, practicando el autodominio, y buscando el bien en todas
nuestras acciones, sin dejarnos llevar por bajos impulsos. La presencia espera
más de nosotros, pues nos ha dado más que a los animales salvajes. No cedas a
la gratificación espontánea, y practica disciplina, cultivando buenas acciones
en el presente, para tener buenas reacciones en el futuro. Pero logres la
victoria o fracases, debes recordar que el bien es su propia recompensa.
Ámate a ti
mismo, cree en ti mismo, y recuerda que la Presencia vive dentro y fuera de ti.
Cada quien debe llevar su propia carga en la vida. No deberías culpar a los
demás, por cómo es tu vida, pues hacer eso es inútil, ya que no tienes dominio
sobre lo que hacen los demás. Asume la responsabilidad por tu propia vida, y
así adquirirás el poder de transformar tu vida para bien. Cada quien puede
dirigir sus propias acciones, y hacer cosas buenas, para mejorar su propia
vida, y a veces, incluso, mejorar la vida de los demás. Cada quien es
responsable por su propia vida, pues cada quien, puede hacer mucho para mejorar
su propia vida con sus pensamientos con sus palabras y con sus acciones. No lo
podemos hacer todo, pero podemos hacer algo, y algo, ya es mucho.
Medita en la
Presencia, y venera a la Presencia, sin importar si estás feliz o triste, y
alcanzarás la salvación, y tus problemas caerán como hojas secas. A lo máximo
que se puede aspirar en la vida, es a tener, disfrute en la alegría, consuelo
en la tristeza, y una vida de esperanza, en la luz de la Presencia. La
Presencia nos hace felices para siempre.
Ama a la
humanidad y a todos los seres, pues todos forman parte de la Presencia.
Defiende la justicia y la dignidad de cada ser, y no toleres la injusticia ni
la degradación de los seres. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Sé paciente y
amable. No toleres injusticias, y defiende tu dignidad y la de los demás.
En fin, la
Sabiduría de la Presencia, se resume en éstos tres principios; 1-La Presencia
lo abarca todo, y somos ondas en el océano de la Presencia. 2-En la naturaleza,
toda causa tiene su efecto, y todo efecto tiene su causa. 3-En la vida, lo
mejor que puede hacerse, es ocuparse de lo que uno puede hacer, y tratar de no
angustiarse, por lo que uno no puede hacer.
¿Y como se
aprende toda ésta sabiduría? Ésta sabiduría se aprende escuchando la palabra,
no de una persona, sino que la palabra de la Presencia, que nos enseña a todos,
que todo es uno.
Paz a todos
los seres.