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Los budas airados son representaciones simbólicas de la energía protectora y transformadora del budismo. Estos budas no están realmente enojados, sino que muestran una expresión feroz para vencer los obstáculos y las aflicciones que impiden el despertar espiritual. Algunos de los budas airados más conocidos son:
- Vajrapani: Su nombre significa "el que sostiene el rayo". Es el protector y guardián de los secretos del budismo. Su color es el azul y su símbolo es el vajra, un objeto ritual que representa el poder indestructible de la mente iluminada1.
- Yamantaka: Su nombre significa "el que termina con la muerte". Es una manifestación iracunda de Manjushri, el buda de la sabiduría. Su color es el negro y su símbolo es la hoz, un arma que corta el ciclo de renacimiento y sufrimiento2.
- Mahakala: Su nombre significa "el gran negro". Es una emanación de Avalokiteshvara, el buda de la compasión. Su color es el negro y su símbolo es el tridente, un instrumento que representa la unión de los tres aspectos del buda: cuerpo, palabra y mente3.
- Kurukulla: Su nombre significa "la que atrae". Es una deidad femenina que representa el poder del amor y el magnetismo. Su color es el rojo y su símbolo es el arco y la flecha, que simbolizan la capacidad de conquistar los corazones de los seres4.
- Vajrakilaya: Su nombre significa "el que tiene el puñal". Es una forma furiosa de Vajrasattva, el buda de la purificación. Su color es el azul oscuro y su símbolo es el phurba, un puñal ritual que destruye las fuerzas negativas y los obstáculos internos y externos.
Espero que esta información te haya sido útil. Si quieres saber más sobre los budas airados, puedes visitar estos sitios web:
- Tipos de Budas: cuál es el significado de cada uno y cómo activarlos en tu hogar
- Qué significan los 3 budas: ciego, sordo y mudo
- Descubre el significado de los 6 Budas: una guía completa para entender sus símbolos
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Claro, hay otros cinco budas airados que te puedo mencionar. Estos son:
- Hevajra: Su nombre significa “el que tiene el diamante”. Es una deidad tántrica que representa la unión de la sabiduría y la compasión. Su color es el azul y su símbolo es el cetro de diamante, que simboliza el poder de la mente iluminada1.
- Heruka: Su nombre significa “el que es digno de ofrendas”. Es una forma iracunda de Shakyamuni, el buda histórico. Su color es el rojo y su símbolo es el cráneo, que representa la renuncia a los apegos y la transformación de la ignorancia en sabiduría2.
- Hayagriva: Su nombre significa “el que tiene la cabeza de caballo”. Es una manifestación iracunda de Amitabha, el buda de la luz infinita. Su color es el rojo y su símbolo es el caballo, que representa la velocidad, la fuerza y la victoria sobre los obstáculos3.
- Tara: Su nombre significa “la que salva”. Es una deidad femenina que representa la actividad iluminada de todos los budas. Su color es el verde y su símbolo es la flor de loto, que representa la pureza, la belleza y la compasión.
- Prajnaparamita: Su nombre significa “la perfección de la sabiduría”. Es la personificación de la sabiduría trascendente que conduce al despertar. Su color es el amarillo y su símbolo es el libro, que representa el conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje.
Estos son algunos de los budas airados que existen en el budismo. Si quieres saber más sobre ellos, puedes consultar estos sitios web:
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VAJRAPANI.
¡Saludos! Vajrapani es una figura importante en el budismo, especialmente en la tradición Mahāyāna1. Aquí te dejo algunos detalles sobre él:
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MAS INFORMACIÓN DE DEIDADES AIRADAS BUDISTAS
Los demonios tibetanos: Narakas, Dharmapalas e Yidams
En el budismo tibetano, las representaciones iconográficas de las deidades iracundas en las thankas (pinturas con deidades budistas) y en los murales de los monasterios, pueden horrorizar a un observador neófito, ajeno a esta cultura, porque posiblemente interpreten que: "the images seem to come directly from Dante's Inferno; scenes of death and destruction, decapitation, monstrous beings with garlands of severed heads gorging on human hearts, in short, a human hell more terrifying than any horror movie" (Rubin, vi). 13
Esta fue la impresión que tuvieron algunos de los primeros viajeros occidentales que visitaron el Tíbet, dado que, en su forma de percepción, subyacían las imágenes aterradoras de los diablos y demonios occidentales. Austine Waddell, quien, entre finales del siglo XIX y principios del XX, publicó varios libros sobre esta región, describe la conmoción que tuvo al ingresar a una sala dedicada a los protectores iracundos en el Tíbet:
One of the rooms was the Devils' Chamber of horror (Gon-k'ang), a sort of satanic Aladdin's cave in the dark, designed to awe and impress the superstitious pilgrims. Here are collected the hideous colossal images of all the demons which infest the word and prey upon the poor Tibetans. They have the forms of men, but the heads of ogres ad monstrous beast, the hideous creations of a nightmare, and all are eating human bodies and surrounded by variety of weapons (Waddell apud Linrothe, 25).14
Sin embargo, a pesar de este aparente cuadro de horror, cada una de estas figuras, los ornamentos que ostentan, los símbolos que las rodean, el séquito que las acompaña y el entorno flameante y tenebroso, tienen un significado muy diferente al que una mirada inculta e inexperta imagina. En el budismo, las figuras demoníacas tienen funciones y significados distintos y aun contrarios a las que el Occidente ha dado a esta clase de imágenes. Si bien no es este el lugar para hacer un resumen del pensamiento budista, considero que es necesario señalar uno de los puntos divergentes entre el budismo y el cristianismo: el objetivo final de las enseñanzas budistas, en el Hinayana, en el Mahayana y en el Vajrayana, es obtener el despertar o la iluminación de la mente, esto es, morar en el nirvana o, en otros términos, reconocer la naturaleza primordial de la mente. "The wrath of the Vidyarajas (wrathful 'kings of wisdom'), their weapons and the blazing flames of their aureoles are directed against the darkness of avidya (ignorance), which prevents men form gaining emancipation. They are therefore really beneficent" (Dietrich Seckel apud Linrothe, 4).15
El budismo, contrariamente al cristianismo, considera que la condición ontológica innata de todos los seres vivientes es su naturaleza búdica; esto es, todos los seres vivientes poseen la innata potencialidad para obtener la iluminación. En sánscrito, esto se llama tathagatagarbha, que literalmente se traduce como la esencia o matriz de los Thathagatas (de tatha "aquellos" + gata, que se han "ido" o "arribado"), esto es, de los Budas. De esta suerte, no hay ningún ser viviente cuya naturaleza sea esencialmente demoníaca o esté manchada por un pecado original, o que haya diferencia entre las diversas clases de seres, porque todos los seres vivientes tienen la misma naturaleza búdica.
La naturaleza de los "demonios" en el budismo tibetano
El término demonio abarca distintas categorías de seres en esta cultura; la que se parece más al demonio occidental es la de los seres que moran en el reino del infierno, los llamados Narakas. El reino del infierno, en la Rueda de la Vida, es la representación del espacio en el cual renacen los seres que han acumulado karma negativo en sus diversas vidas (figura 2). La permanencia en el reino de los infiernos es muy larga, pero no eterna. Una vez que el karma negativo de estos seres se agota, o acumulan algún acto positivo, pueden trasmigrar a otro reino.
Otras figuras con apariencia demoníaca son las imágenes de las deidades búdicas representadas con actitudes coléricas; estas deidades asumen esta apariencia iracunda, de acuerdo a las funciones que desempeñan en la cosmología budista, y al deber y responsabilidad que se les han otorgado. Estas representaciones, en general, se llaman los Dharmapalas, que son los "protectores del dharma" (las enseñanzas budistas). La tarea que tienen asignada es, principalmente, la de proteger la institución budista contra los adversarios, así como preservar la integridad de las enseñanzas. De aquí que su aspecto sea el de seres fieros, en acción iracunda y agresiva, con múltiples armas y ornamentos terroríficos, rodeados de fuego y acompañados de una comitiva también de seres coléricos y fieros animales.
Estas iracundas deidades protectoras son seres que poseen cuerpos de baja estatura, pero fornidos, con fuertes extremidades; muchos de ellos tienen varias cabezas y un gran número de manos y pies. Los rostros de estas deidades poseen una típica expresión airada: la boca está retorcida con una sonrisa enfurecida; de sus comisuras sobresalen largos colmillos, que a menudo se dice que son de cobre o hierro; a veces, los dientes superiores muerden el labio inferior. Una "niebla de enfermedades" proviene de la boca, y una tremenda tormenta está soplando desde sus fosas nasales. Bajo la protuberante frente, están los ojos inyectados de sangre, que lanzan una mirada encolerizada, y generalmente un tercer ojo está visible en el medio de la frente.
Este grupo de protectores y deidades se divide en tres ramas: la primera es la de los protectores poderosos, las deidades femeninas y masculinas de alto rango, que han pasado más allá de las seis esferas de existencia; se les ha llamado "protectores ultramundanos o protectores iluminados" (Nebesky-Wojkowitz, 4).
Los protectores iluminados, en general, son los que resguardan una práctica budista, un linaje o un ritual en particular, y milagrosamente descubren termas (textos o tesoros escondidos). "These teaching tend to require initiations in order to be reveled and psychically dangerous to practice. Therefore, initiations call for special protectors to ensure the safety and mental stability of the initiate at a time of vulnerability" (Linrothe y Watt, 18).16
Entre los protectores iluminados se encuentran Yama Dharmaraja (figura 3), vinculado con Tsongkapa (13571419) y con el linaje Gelupa; Palden Lhamo (figura 4), quien es la protectora de la capital del Tíbet y, además, de los Dalai Lamas (Nebesky-Wojkowitz, 23-24); Mahakala (figura 5), deidad que es representada en múltiples formas, con dos, cuatro o múltiples manos; cada una de esas formas protege a los seres, en distintas situaciones, y a los diferentes linajes budistas. Estas deidades residen en una esfera exterior; por ello se les llama extra o ultra mundanos, pero tienen una parte activa muy fuerte en la vida religiosa tibetana, y algunos de ellos llegan a tomar posesión de los médiums, los que actúan como portavoces de la deidad, durante ceremonias especiales.
La segunda rama son los "protectores mundanos o peligrosos". Algunos de ellos tienen su origen en deidades prebudistas o en espíritus selváticos o de las montañas, que en otro tiempo fueron enemigos del budismo, cuando este llegó al Tíbet entre los siglos VII y VIII. Un gran número de ellos fueron subyugados por Padmasambhava, cuando este gran yogui arribó al Tíbet, en el siglo VIII, y, posteriormente, por los grandes practicantes y yoguis budistas; de esta forma, fueron convertidos en guardianes del budismo y están "atados por un juramento". Su función es la de proteger al budismo, "but the primary responsibilities are more mundane: to ensure the birth of sons, to protect humans and livestock against diseases and epidemics, to avert accidents and bad omens, and to destroy or contain obstacle-creating demons" (Linrothe y Watt, 17-18).17 Muchos de ellos montan animales salvajes como leones, cabras y toros, y visten armadura y botas, que los identifican como guerreros. Entre estos protectores mundanos se encuentran Rahula (figura 6), Dorje Legpa, Vaishravana, Pehar y otros.
Una tercera categoría es la de los Budas Airados, también llamados Yidams. Son deidades búdicas que, aunque se manifiestan en forma furiosa, son Budas o Bodisatvas totalmente iluminados que desempeñan actividades diferentes. Cada una de estas deidades manifiesta distintas capacidades; así, el aspecto colérico de Vajrasattva (figura 7), el buda de la Purificación, se transforma en Vajrakilaya (figura 8), que personifica la Actividad Iluminada de todos los Budas; Manjushri (figura 9), el buda de la Suprema Sabiduría, toma la figura de Yamantaka (figura 3), el Exterminador de la Muerte, etcétera.
Los Budas Airados, bajo su apariencia de seres iracundos, beligerantes y poderosos, expresan una actividad enérgica briosa, inagotable y omnipotente, dirigida a proteger y ayudar a los seres vivientes; asimismo, cumplen con la actividad de Yidams, que,
They are what known as "tutelary deities", sometimes called "archetype deities", withe a personal connection to aspirants. [...] In Esoteric Buddhist practice, one visualizes one of these deities as emanating in front of you. You offer him/her praise and veneration, but then visualize yourself as becoming identical to the deity, followed in due course by dissolution of the union [...] and cultivate a sense of divine pried the strong feeling...that you are the actual fully enlightened emanation body of a Buddha (Linrothe y Watt, 20).18
Entre algunos de los Yidams se encuentran: Hayagriva, Vajrakilaya, Guhyasamaja, Yamantaka, Hevajra, Chakrasamvara (figura 10), Vajrayogini, Kalachakra, etcétera.
Así pues, estas tres clases de seres coléricos (los protectores mundanos, los protectores iluminados y los Yidams) tienen funciones protectoras semejantes, aunque no siempre idénticas. De esta manera, los protectores iluminados protegen el dharma y distribuyen bendiciones y favores contra la enfermedad y otros peligros personales; los protectores mundanos, que están bajo juramento, protegen el dharma y son invocados para proteger a los practicantes en su vida física, cotidiana y material; los Budas Airados o Yidams proveen de ambas dádivas, pero en especial son un medio para que los practicantes logren la transformación mental y la total iluminación (23).
Pese a su apariencia terrorífica, los Dharmapalas son deidades que defienden y ayudan a los seres vivientes; su apariencia violenta corresponde a lo que se puede llamar la "actividad colérica divina" en inagotable dinamismo, que combate permanentemente las obstrucciones mentales de los seres vivientes para que estos puedan reconocer su naturaleza búdica y obtengan el estado mental del nirvana.
DEIDADES FIURIOSAS.
Deidades feroces
En el budismo, las deidades feroces, coléricas o iracundas, son las formas (o "aspectos", "manifestaciones") feroces, coléricas o vehementes (en tibetano: trowo, sánscrito: krodha) de los Budas, Bodhisattvas o Devas (seres divinos) iluminados. Debido a su poder para destruir los obstáculos para llegar a la iluminación, se les llama también krodha-vighnantaka o "feroces destructores de obstáculos".1 Las deidades feroces son un rasgo notable de la iconografía del budismo mahayana y vajrayana. Estos tipos de deidades aparecieron por primera vez en la India a finales del siglo vi, siendo su fuente principal las imágenes de Iaksa, y se convirtieron en una característica central del budismo tántrico indio a finales del siglo x o comienzos del siglo xi.2
Generalidades[editar]
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En las tradiciones no tántricas del budismo mahayana, estos seres son deidades protectoras que destruyen los obstáculos hacia los Budas y el Dharma, que actúan como guardianes contra los demonios y que reúnen a los seres sintientes a escuchar las enseñanzas de los budas.3 En el budismo tántrico, se les considera formas feroces y aterradoras de los Budas y Bodhisattvas mismos. Los seres iluminados pueden asumir estas formas con el fin de proteger y ayudar a seres sintientes confundidos.4 También representan la energía y el poder que se necesitan para poder transformar los factores mentales negativos en sabiduría y compasión.56 Representan el poder y la compasión de la actividad iluminada que utiliza múltiples medios hábiles (upaya) para guiar a los seres sintientes, así como el elemento transformador del tantra que utiliza las emociones negativas como parte del camino. De acuerdo con Chogyam Trungpa, "los yidams coléricos trabajan de manera más directa y vehemente con la pasión, la agresión y la ilusión, conquistándolos y pisoteándolos en el acto".7
En el arte budista tántrico, las deidades feroces son mostradas como seres terroríficos y de aspecto demoníaco adornados con cráneos humanos y otros ornamentos asociados con osarios, además de ser representados a menudo con atributos sugestivos sexualmente. Según Rob Linrothe, las imágenes sensuales y feroces representan "el veneno como su propio antídoto, los obstáculos aprovechados como la fuerza liberadora" y señala que son "metáforas de los procesos yóguicos internos para obtener la iluminación".8
Deidades tántricas[editar]
Yidams[editar]
En el budismo vajrayana indo-tibetano, los Yidams son formas divinas de Budas y Bodhisattvas. El practicante tántrico se inicia en el mandala de una deidad escogida en particular (sánscrito: Iṣṭa-devatā ) y practica sadhanas (meditaciones) complejas sobre la deidad con el propósito de la transformación personal. Esta práctica de Yoga de las Deidades es central en formas tántricas de budismo como lo es el budismo tibetano. Los yidams pueden ser pacíficos, feroces y "semi-feroces" (con aspectos a la vez feroces y pacíficos). Las deidades feroces se pueden dividir en categorías masculinas y femeninas.9 Los Herukas (tibetano Khrag 'thung, literalmente "bebedores de sangre") son seres masculinos iluminados que adoptan formas feroces para expresar su desapego del mundo de la ignorancia, tales como Yamantaka, Cakrasamvara, Mahākāla o Vajrakilaya . Las dakinis (tibetano: Khandroma, "las que van al cielo") son sus contrapartes femeninas, a veces representadas con un heruka y otras veces como deidades independientes. Las dakinis coléricas más frecuentes son Vajrayogini y Vajravārāhī .
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