Yo glorifico al Señor Fanes renacido del huevo cósmico, con alas doradas, y enroscado en una serpiente.
Quien vuela por los éteres,
llevando la brillante luz por todas partes,
creando la vida, en el cielo y en la tierra,
y provocando la sabiduría, en los sabios,
y la ignorancia, en los ignorantes.
Oh Fanes ¿quién como tú,
puede poseer el equilibrio perfecto,
entre el amor y la sabiduría,
y entre la luz y la oscuridad?
Tú eres un dios antiguo,
que extrañamente,
provoca en mí,
la exaltación de mi espíritu,
y la elevación de mi alma.
¿Por qué me obsesionas, Señor Fanes?
¿Acaso no hay otras personas,
más hábiles que yo, y más inspiradas que yo,
para cantar glorias a tu nombre?
¿Por qué me persigues, Señor Fanes,
eclipsando la luz de los otros espíritus,
y por qué me tomas como tuyo?
Desde la ruptura y expansión del huevo cósmico,
cuando creaste el cielo y la tierra,
hasta el día de hoy,
los mil y un seres,
con lo más hondo de sus corazones,
conscientemente o inconscientemente,
cantan glorias a tu nombre,
día y noche sin cesar,
alabando, tu poder, tu sabiduría, y tu amor.
Tú trajiste la luz a la oscuridad,
y manifestaste el plan perfecto,
de Dios Padre Madre Universal,
siendo la luz de sus ojos.
Oh Señor Fanes, todos los ángeles, te glorifican,
junto a los dioses, los demonios,
y los espíritus de la naturaleza. Tú lo tienes todo, y aun así, me quieres a mí.
Pero aunque mi mente,
no comprende del todo,
la grandiosidad de tu ser, tú me haces bien,
y no puedo dejar de ser feliz en tu compañía.
Tú eres la semilla gozosa de muchas creaciones,
y traes la brillante luz de la vida y de la sabiduría,
mostrando lo oculto, y ocultando lo manifiesto.
No hay palabras que puedan expresar,
lo maravilloso que eres,
y la enorme magia de tu ser.
Desde tiempo inmemorial,
te vemos en tus muchas formas,
y te invocamos con tus muchos nombres,
Verbo de Dios, pero tú siempre has sido el mismo.
Señor Fanes, dios invisible,
con los poderes de la multiplicación y de la metamorfosis,
que puedes estar en muchos lugares al mismo tiempo,
y que puedes asumir muchas formas distintas.
Pero tú siempre eres el Señor Fanes,
también llamado, Señor Protogonos,
Señor Príapo, Señor Antauges, Señor Ericepeo,
y Señor Metis, de ojos vivaces y fulgentes,
dando vueltas por todas partes,
siendo la felicidad,
de los hombres, de los dioses,
de los ángeles, de los demonios,
de los espíritus de la naturaleza,
y de los mil seres.
Tú eres el Señor Fanes,
espacio de sabiduría,
sol de justicia, y luna de misericordia,
dios de dioses, rey de reyes, y señor de señores.
Luz de la aurora, oscuridad que acuna,
y luz que despierta.
Glorioso Señor Fanes,
tú estás en el interior de todos los seres y de todas las cosas,
y todos los seres y todas las cosas, están en tu interior,
pues tú eres, inmanente y trascendente,
como el propio Dios Padre Madre Universal,
aunque como emanación suya,
tú estás subordinado a él,
como todos los seres y como todas las cosas.
Señor Fanes, desde la Flama Triple de mi corazón,
desde la luz primigenia, de mi Cristo Interno Individual,
te agradezco por mostrarme éstos misterios,
y por darme la iniciación, oscura y luminosa,
que no a muchos les es dada,
pues muchos son tus llamados,
pero pocos son tus elegidos.
Muy bello
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