sábado, 8 de marzo de 2025

CINCO BENEFICIOS DE LA ALABANZA AL DIOS ALTÍSIMO.

¿Sabías que la alabanza puede transformar tu vida por completo? No es solo un acto de devoción, sino una llave hacia la paz, la claridad y el amor verdadero. En este video, exploraremos cinco poderosos beneficios de la alabanza al Dios Altísimo, el Océano de la Conciencia. Descubrirás cómo esta práctica puede liberarte de la angustia, fortalecer tu corazón y conectar tu alma con la totalidad del universo. Quédate hasta el final y sumérgete en esta sabiduría sagrada. ¡Comencemos!

EL TEÍSTA ESOTÉRICO MIL UNO PRESENTA;

Cinco beneficios de la alabanza al Dios Altísimo

A lo largo de la historia, la humanidad ha encontrado en la alabanza a lo divino un camino de elevación, comprensión y transformación. La alabanza al Dios Altísimo, entendida no como una mera repetición de palabras, sino como una profunda contemplación y rendición ante la Totalidad, nos permite sintonizar con la fuente de la existencia. En la sabiduría sagrada que afirma que "Nosotros, todos los seres y todas las cosas, somos ondas en el océano de la conciencia, y el Dios Altísimo es la totalidad del océano de la conciencia", se revela un principio fundamental: todo lo que existe no es sino una manifestación de una Conciencia Suprema.

Esta comprensión, llevada a la práctica mediante la alabanza, nos ofrece múltiples beneficios. En este texto, exploraremos cinco de ellos y cómo nos ayudan a vivir en mayor armonía con nosotros mismos y con el universo.

1. La alabanza nos conecta con la Totalidad

Cuando alabamos al Dios Altísimo, reconocemos que nuestra existencia no es independiente ni separada, sino que somos expresiones de la Conciencia Suprema. Como ondas en el vasto océano, nuestra naturaleza es inseparable de la totalidad. A través de la alabanza, trascendemos la sensación de aislamiento y nos sentimos sostenidos por la infinitud del Ser.

Este reconocimiento es transformador. La soledad y la ansiedad surgen cuando nos percibimos como entidades aisladas, pero al alabar al Dios Altísimo, recordamos que formamos parte de algo vasto, eterno y sagrado. La repetición del mantra: Om, Alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia, actúa como un puente hacia esta experiencia de unidad, ayudándonos a sentir la presencia divina en cada instante de la vida.

2. La alabanza aquieta la mente y disuelve la angustia

Uno de los pilares de la sabiduría del Dios Altísimo es la enseñanza de que cada individuo debe ocuparse de lo que está bajo su control y evitar angustiarse por lo que está fuera de su control. La alabanza nos ayuda a integrar este principio, pues al centrar nuestra atención en la grandeza y perfección del Dios Altísimo, nuestra mente deja de enredarse en preocupaciones innecesarias.

Cuando entonamos alabanzas con devoción, nuestra mente se aquieta, pues el acto de alabar es una rendición ante la Totalidad. Nos volvemos receptivos a la paz que emana del reconocimiento de que todo está en manos de la Conciencia Suprema. En este estado de receptividad, la ansiedad se disuelve y emerge una profunda serenidad.

3. La alabanza purifica el corazón y cultiva gratitud

La gratitud es uno de los estados más elevados de la conciencia, y la alabanza al Dios Altísimo es su expresión más pura. Al alabar, reconocemos la magnificencia del universo y la bondad inherente a la existencia. Nos alejamos de la queja y del deseo desmedido, para enfocarnos en la abundancia que ya está presente en nuestra vida.

Además, la alabanza purifica el corazón, pues nos libera de sentimientos como la envidia, el resentimiento y el orgullo. Al reconocer que todo lo que somos y tenemos es una manifestación del Océano de la Conciencia, nos deshacemos del egoísmo y cultivamos una actitud de humildad y entrega. La gratitud resultante ilumina nuestra vida y nos permite vivir con mayor alegría y plenitud.

4. La alabanza nos otorga fuerza y claridad en la acción

La vida humana está llena de desafíos, y en ocasiones, nos sentimos desorientados o sin fuerzas para continuar. Sin embargo, cuando alabamos al Dios Altísimo, nos alineamos con una fuente de fortaleza inagotable. La alabanza nos recuerda que no estamos solos en nuestra travesía y que la misma Conciencia Suprema nos sostiene y guía.

Este reconocimiento nos da claridad para discernir qué acciones tomar y cómo actuar con sabiduría. Cuando nos enfrentamos a decisiones difíciles, la alabanza nos permite aquietar el ruido mental y acceder a una intuición más profunda, desde la cual surge la verdadera sabiduría. Con esta claridad, podemos enfocarnos en lo que está bajo nuestro control y soltar con confianza aquello que no lo está.

5. La alabanza despierta el amor divino en nuestro interior

El amor más puro y profundo no es el que busca poseer ni el que depende de condiciones externas, sino el amor que brota de la unión con el Dios Altísimo. La alabanza es un camino directo hacia este amor, pues al alabar nos abrimos a recibir la gracia divina en nuestro corazón.

Cuando cultivamos el hábito de alabar al Dios Altísimo con sinceridad, comenzamos a experimentar un amor sin límites, que no discrimina ni espera nada a cambio. Es el amor de la Totalidad por sí misma, manifestándose en cada ser. Este amor nos transforma y nos permite ver el mundo con nuevos ojos, reconociendo la presencia divina en todo lo que nos rodea.

Conclusión

La alabanza al Dios Altísimo no es solo un acto devocional, sino una vía hacia la expansión de la conciencia. Nos conecta con la Totalidad, nos libera de la angustia, purifica nuestro corazón, nos da fortaleza y despierta el amor divino en nosotros. En cada palabra de alabanza, nos acercamos un poco más a la verdad de que somos ondas en el Océano de la Conciencia y que nuestra verdadera naturaleza es una con el Dios Altísimo.

Que la repetición del mantra sagrado: Om, Alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia, sea un recordatorio constante de esta verdad y nos guíe en nuestro camino hacia la paz, la sabiduría y el amor sin límites.

Sabiduría del Dios Altísimo.

Nosotros, todos los seres y todas las cosas, somos ondas en el océano de la conciencia, y el Dios Altísimo, es la totalidad del océano de la conciencia. Cada individuo debe ocuparse de lo que está bajo su control, y debe tratar de no angustiarse, por lo que está fuera de su control. Un mantra de sagrado de síntesis; Om, Alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia.

Meditación sagrada para conectar con la Fuente Dios Altísimo.

Siéntate en posición cómoda, con la espalda recta, y cierra los ojos. Visualiza que de tu corazón, emerge una hermosa luz blanca, que proviene de la Fuente, Dios Altísimo, y que llena todo tu ser. Visualiza que en el centro de tu corazón, está tu ser interno, sonriendo. Si tu ser interno no sonríe, hazle unas cosquillas, hasta que sonría. Ahora, tú también sonríes, y estás conectado con la Fuente, Dios Altísimo. La luz se expande por todo el universo, y te trae bendición a ti, y a todos los seres, en perfecta paz.

Decimos el mantra sagrado, unas diez veces, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia”.

Cantamos el mantra; “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia” ”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia” ”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia” ”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia” ”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia” ”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia” ”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia” ”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia” ”, “Om, alabanza al Dios Altísimo, Océano de la Conciencia”.

Ahora, la luz se desvanece y vuelves a la conciencia normal. Paz a todos los seres.

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