La Creación del Demiurgo y al Guerra en el Cielo.
El Dios Verdadero, Yahvéh Abraxas, que es el Padre
Eterno, emanó a Santa Sofía, que es el Espíritu Santo, y a través de ella,
emanó a Cristo-Fanes, y luego, a través de él, emanó; Primero al Plano Solar;
Segundo al Plano Astral; Tercero al Plano Físico; Cuarto, a los Cuatro Ángeles
de los Cuatro Vientos; Quinto, a los Veinticuatro Ancianos Cósmicos; Sexto, a
los Siete Arcángeles, a los Siete Devarajas, y a los Siete Archidemonios; y Séptimo,
Descansó, pero mientras descansaba, emanó a las almas individuales, cada una
dotada de un Cristo-Interno Individual, o Yo Superior, reflejo y manifestación,
de Cristo-Fanes, que es, el Primogénito de la Creación.
Los siete arcángeles, se encargaban de los espíritus
elevados, y de la tarea creadora. Los siete devarajas, se encargaban de los
espíritus intermedios, y de la tarea conservadora. Y los siete archidemonios,
se encargaban los espíritus bajos, y de la tarea destructora.
En el universo primigenio, no había, ni enfermedad, ni
vejez, ni muerte, ni dolor físico, ni deseos insatisfechos. La destrucción, se manifestaba como
transformación, y los cuerpos se hacían cada vez más sutiles, a medida que se
avanzaba, en la escalera evolutiva. La evolución espiritual, ocurría,
plácidamente, y lentamente, en el plano astral, y se aceleraba en el plano
solar, mientras que el plano físico, sólo era un lugar de paseo y de
recreación.
Los Eones del Pleroma, eran todos espíritus de alto grado
de evolución espiritual, de los arcángeles para arriba. Los devarajas, eran de
un grado de evolución espiritual, intermedio. Y los archidemonios, aunque eran
sumamente poderosos, eran de bajo grado de evolución espiritual, y eran los
arcontes, o gobernantes, en los planos más bajos de existencia, incluidos, el
plano astral bajo, y el plano físico. Esto correspondía que fuera así, para que
cada uno cumpliera correctamente con su función, durante toda la duración del
Universo. Cuando terminase el universo, los devarajas, y los archidemonios,
cómo recompensa a su servicio divino, ascenderían a la Conciencia del
Cristo-Interno, y ascenderían junto a los arcángeles al Pleroma o Plenitud de
la Divinidad.
Todos los seres, fueron creados con libertad de elección,
para hacer el bien o el mal. Samael, que
era el jefe de los archidemonios, decidió oponerse a Dios, y convertirse en su
propio Dios. Los otros archidemonios, lo apoyaron. Pero los arcángeles, se les
opusieron, y los devarajas, mantuvieron una actitud neutral.
Hubo una guerra en el Cielo, y Miguel y sus ángeles,
ganaron contra, Samael y a sus ángeles. Y Yahvéh-Dios, condenó a Samael y a sus
ángeles perversos, a habitar en los bajos planos de oscuridad, que son, en
parte, el bajo plano astral, y el plano físico. Los devarajas, a su vez, fueron
condenados, en forma intermedia, a cuidar a la naturaleza, que constantemente
es destruida, en el plano físico, pero su castigo, no fue tan severo.
Entonces, Samael, decidió crear su propio universo, en el
bajo plano astral, y en el plano físico, copiando los arquetipos perfectos del
mundo de las ideas, y plasmándolos en el mundo sensible. Pero, aunque Samael
era poderoso, era imperfecto, y la materia que utilizaba, era de muy baja
frecuencia vibratoria, razones por las cuales, su creación fue imperfecta, y
así creó la enfermedad, la vejez, la muerte, el dolor físico, y los deseos
insatisfechos. Desde entonces, el plano físico, es un lugar de tormento, para
las almas que pasan su evolución en él, y el bajo plano astral, es un infierno
de tormentos.
Samael creó al hombre con barro, agua y tierra, pero el
hombre se movía en cuatro patas y no podía adorar a su vanidoso creador.
Entonces, Sofía, Madre de Todos, le dijo a Samael, sopla sobre el hombre, y
Samael lo hizo, y el hombre se irguió, y adoró a su creador. Sin embargo, los
seres humanos, adquirieron la habilidad, de pensar profundamente, lo cual
desagradó a Samael, quien dijo, “Yo Soy el único, dios, y no hay ningún otro
dios por encima de mí”. El ser humano, sospechó que no era cierto, lo que
Samael le decía, y Samael maldijo al ser humano, y maldijo a Sofía, por haberle
aconsejado que soplara sobre el hombre, pues al soplar sobre él, sin querer, le
activó al espíritu interno, y movió al ser humano, a pensar profundamente,
haciéndose preguntas, hasta encontrar las respuestas.
Samael creó el mundo material, y chispas divinas, que
quisieron evolucionar más rápidamente que el resto de las almas, fueron
enviadas por Yahvéh-Dios, al Mundo de Samael, dónde el sufrimiento, impulsa una
aceleración de la velocidad de evolución, pues el alma sufriente, busca a Dios,
con más fuerza que el alma que no sufre. Así, Samael creó nuestros cuerpos, y
Yahvéh-Dios, dotó a ésos cuerpos con almas, y cada alma, tiene un
Cristo-Interno. Así sucedió la reencarnación de las almas.
El Demiurgo Oscuro Samael Yaldabaoth, sigue trabajando, a
la fuerza, para Yahvéh-Dios, pues de no hacerlo, sería exterminado, y su
espíritu reciclado, para evolucionar igual que los demás. Por lo tanto, para
mantener sus privilegios, se ve forzado a trabajar para Yahvéh-Dios, pero lo
hace con la esperanza de volverse a revelar contra Dios, y ganar al final de
los tiempos. Así de grande es la ceguera espiritual de Samael. Mientras tanto,
Samael, siempre pone obstáculos, a los que tratan de evolucionar
espiritualmente, fomentando la ignorancia espiritual, y la reencarnación de las
almas.
Por eso, cuando Cristo-Fanes, en la forma del Maestro Jesús
de Nazaret, vino a la tierra, y predicó sobre el Reino de Dios, y enseñó la
verdad, diciendo, “El Reino de Dios, está dentro y fuera de vosotros, parte una
madera y allí me encontrarás, levanta una piedra, y allí estoy. Yo Soy el
Todo”, en ése entonces, Samael Yaldabaoth, concitó a los arcontes de oscuridad,
que gobiernan éste mundo, a que crucificaran a Cristo-Jesús. Pero Cristo-Jesús,
resucitó de entre los muertos, y ascendió a los cielos, para sentarse a la
derecha de Dios Padre Todopoderoso, y sin embargo, con su sacrificio en la
cruz, trajo luz al mundo, cumpliendo su misión divina.
Sin embargo, Samael Yaldabaoth, engañó al mundo,
haciéndose pasar por Yahvéh-Dios, y tergiversó la sagrada verdad inspirada por
Cristo-Jesús, resucitado y ascendido, ocultando el evangelio espiritual, para
la perdición de las almas.
El Dios Verdadero, el Padre Eterno, no es el responsable
de las maldades que ha hecho el ángel perverso Samael, sino que es el Padre en
el Cielo, lleno de amor y verdad, que nos enseñó Jesucristo.