El Principio del Cristo-Interno.
En mi
interior tengo un Maestro, este es mi Yo Superior, quien es Dios, extendido y
manifestado, de forma individual en mí. Éste Maestro es mi propio
Cristo-Interno, quien es el Salvador de mi Alma Inmortal. Yahvéh-Dios creó
todas las cosas, a través del Verbo, y creó mi alma individual, a través de mi
Cristo-Interno Individual. Yahvéh-Dios, a través de su Energía Espiritual, creó
mi alma inmortal, con una chispa divina, que conecta mi alma inmortal, con el
Ser Supremo. Esta Chispa Divina es el Ungido-Interno, el cual es Dios
manifestado como Hijo de Dios, por dentro y por encima, de mi alma inmortal. Yo
estoy dentro de Dios, y Dios está dentro de mí, y yo formo con Dios, un solo Ser de Luz, en unión eterna. Mi
Ungido-Interno es el Salvador de mi Alma Inmortal. En esto ha demostrado Dios
su amor para con nosotros, en que nos ha dado un Cristo-Interno de amor
incondicional, para que nos acompañe, desde que emanamos de Dios, y hasta que
nos absorbamos en él. Yo soy un alma inmortal, en unión eterna con Dios. Cristo
en mí, es la Magna Presencia de Dios, en
mí. Mi Cristo Interno, es mi Magna Presencia Yo Soy.
En mi interior tengo un Maestro. Éste
es mi Yo Superior, Dios manifestado, de forma individual, por dentro y por
fuera, de mi ser inmortal. Él es mi Magna Presencia Yo Soy, mi propio
Cristo-Interno, y es el salvador, de mi alma inmortal. Dios está en mí, yo
estoy en Dios, y juntos formamos, un solo Ser de Luz. Mi Maestro Interno, es el
intermediario supremo, entre yo y Dios. Mi Maestro Interno, es mi
Cristo-Interno Individual, que me ama con amor incondicional, sin importar, en
donde yo me encuentre.
Yahvéh-Dios, a través de su energía
espiritual, creó mi alma inmortal, con una chispa divina, que conecta mi alma,
con el Ser Supremo. Esta chispa divina, es el Ungido-Interno, el cual es Dios,
manifestado como Hijo de Dios, por dentro y por encima, de mi alma inmortal. Dios me ama, yo amo a Dios, y
juntos formamos, un solo Ser de Luz, en unión eterna. Amén.
No tengas a
otros dioses fuera de tu Cristo-Interno, tu Cristo-Interno es y debe ser, tu
único Dios. Cuando yo escucho a algunos
individuos, decir que necesitan un
maestro externo que los ayude a conectar con su maestro interno, en un punto, tienen razón, pues
necesitamos la guía de devotos anteriores, para empezar a transitar el camino,
ya sea con un libro, o con alguna
persona. Pero una vez que el maestro externo, te dice que tienes un maestro
interno, ya puedes concentrarte en tu maestro interno, y descartar al maestro
externo. Al principio uno lee varios libros de varias doctrinas, luego medita,
piensa por sí mismo, y va encontrando su propia doctrina, y luego, por ensayo,
error, y acierto, uno va afinando su propia doctrina, cosa que puede alargarse
a lo largo de toda la vida, pues a veces, la elevación de la conciencia, exige
cambiar toda la doctrina, varias veces, a lo largo de toda la vida, y uno sigue
aprendiendo más cosas, hasta el último aliento de vida, y el maestro interior,
nos va iluminando, a medida que elevamos nuestra conciencia. Las enseñanzas del
maestro, son una aguja que sirve para sacar una espina, pero una vez sacada la
espina, también hay que sacar la aguja. En un punto, en Cristo ya lo tenemos
todo, y nada nos falta. Debemos ser discípulos de Cristo, y maestros de nosotros
mismos. Cuando uno aprende lo básico, ya se
convierte en maestro de sí mismo, y no tiene que andar atrás de ningún
maestro externo, por más bueno que sea, pues si lo hace, o el maestro enseñó
mal, o el discípulo aprendió mal. En un punto, el maestro externo, ya se
convierte en un obstáculo, y hay que apartarlo, y que cada uno, siga su propio
camino.
Los principios
de la Doctrina Cristiana Interna, son buenos, para alguno que otro individuo,
pero no necesariamente para todos los individuos. Cada quien debe encontrar su
propio camino. Hay muchas moradas en la casa del Padre Celestial, y la Doctrina
Cristiana Interna, es una de ellas, pero no es la única morada.
La salvación
del alma es a través del Cristo-Interno, y deberíamos agradecer al
Cristo-Interno, cada día. A continuación, doy la oración de conversión a la
Doctrina Cristiana Interna o Cristianismo Interno, que se hace una sola vez, y
doy la oración de gratitud al Cristo-Interno, que puede hacerse, opcionalmente,
cada día. Recuerde que la salvación no es por una oración, sino que es por la
fe en Dios, y en su presencia dentro de uno mismo.
Oración de
salvación a través del Cristo-Interno.
“En el Nombre
del Padre-Madre-Mente, del Verbo, del Ungido-Interno, del Ángel del Señor, y
del Espíritu Santo, Amén.
Amado Yahvéh-Dios,
yo te confieso que soy un pecador, pero creyendo que mi Alma es Inmortal, desde
el inicio y para siempre, en este acto, yo recibo tu benevolencia gratuita, y
confieso, ahora, a tu Hijo, a mi Cristo-Interno Individual, como a mi Personal
Salvador, como al Ser que me da la Salvación Completa y la Bendición Completa.
Amado Yahvéh-Dios, yo concientizo tu presencia dentro y fuera de mí, y en el
Nombre de tu Hijo, el Cristo-Interno, mi alma está salvada para siempre.
Yo estoy en
estado de Salvación, y yo estoy completo en mi interior.
La Rueda de
Reencarnaciones ya terminó, y el destino de mi Alma es reunirse con
Yahvéh-Dios, en el Cielo, para siempre.
Gracias Dios,
por tu Luz. Amén.
En el Nombre
del Padre-Madre-Mente, del Verbo, del Ungido-Interno, del Ángel del Señor, y
del Espíritu Santo, Amén.”
Aquí doy unas
oraciones para practicar ésta sabiduría, pues la sabiduría aprendida, debe
practicarse. La Conciencia del Cristo-Interno es importante, pues el
Cristo-Interno es la llave maestra, que nos permite abrir todas las puertas, a
todos los planos de existencia, además de ser también, la llave de acceso al
corazón de Yahvéh-Dios. La conciencia del Cristo-Interno, atrae la bendición de
Yahvéh-Dios. Y el Nombre del Cristo-Interno, tiene poder. Por eso, yo sugiero,
que hagas todas tus oraciones, al propio Yahvéh-Dios, o a cualquier otra
entidad espiritual, de luz, de fuego, o de oscuridad, e incluso todas tus
oraciones, meditaciones, y decretos, siempre en el Nombre del Cristo-Interno, y
así, todo lo que hagas, tenderá a dar más resultado. En realidad, el
Cristo-Interno es la Llave Maestra de la Verdadera Magia. El Nombre del
Cristo-Interno, es el Nombre sobre todo Nombre, y es el Poder por encima de
todo Poder, pues el Cristo-Interno, es la Presencia, de Yahvéh-Dios, de
Cristo-Fanes, y de Madre Santa Sofía, en ti. El Cristo-Interno, es Poder de
Dios, Sabiduría de Dios, y Amor de Dios, y el Cristo-Interno, es la Santa
Tríada, de Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
Oración,
de Agradecimiento al Cristo-Interno.
“Gracias te
doy, Cristo-Interno, por hacer de mi ser, en el día de hoy, tu morada. Gracias
Cristo-Interno, por darme la salvación completa, y la bendición completa. Y
gracias, Cristo-Interno, por tu luz. Amén.”
Mantra
Alabado Yahvéh y Cristo-Interno.
Alabado Yahvéh,
Alabado Yahvéh, Yahvéh Yahvéh, Alabado Alabado. Alabado Cristo-Interno, Alabado
Cristo-Interno, Cristo-Interno Cristo-Interno, Alabado Alabado.