Primera
Parte del Génesis.
Alabanza a Yahvéh-Dios, y veneración al Señor San Metatrón, en la Luz de la Madre Santa Asheráh. Amén.
En el Principio anterior al Principio, Jelkerá-Dios, el Padre-Madre-Mente, con su mente enfocada en el pensamiento de sí mismo, como Luz Infinita, que contiene a la Oscuridad Infinita, como Mente Original, que contiene al Elemento Pensamiento, como No Ser, que contiene al Ser, como la Nada que contiene al Todo, como la No Existencia, que contiene a la Existencia, vivía en perfecta paz.
Pero un día, Jelkerá-Dios, el Padre-Madre-Mente, deseó crear, y así empezó el proceso de involución de la Energía Espiritual, que es el comienzo del proceso creador.
El Padre-Madre-Mente, que pensaba en la luz infinita e indiferenciada, dentro de sí mismo, debía crear un lugar de oscuridad, donde él, aparentemente, no existiera. En ése espacio lleno de luz, también había oscuridad, pero en forma oculta. A su vez, en el hueco oscuro que luego Dios crearía, también habría luz, pero en forma oculta. La luz y la oscuridad, son energías co-eternas con el elemento pensamiento, dentro de la Mente Original de Jelkerá-Dios. Para lograr crear al hueco oscuro, Jelkerá-Dios, que es el Yahvéh-Primero, lleno de Poder, produjo una contracción de luz, en su pensamiento, y así emanó al Verbo, como una esfera dentro de sí mismo, pero con menor cantidad de luz que el Yahvéh-Primero, y así nació el Fanes-Primero, lleno de Sabiduría.
Luego, el Verbo, el Fanes-Primero, en su pensamiento, produjo otra contracción de Luz, con menor cantidad de luz que él mismo, y así creó una esfera dentro de sí mismo, emanando al Espíritu Santo, la Sofía-Primera, llena de Amor.
Luego, el Espíritu Santo, la Sofía-Primera, en su pensamiento, produjo dentro de sí misma, una bella variedad de colores, y le dio la forma de un Árbol de la Vida, el primero en su clase, que irradiaba Siete Rayos, de siete colores. Y luego, el Espíritu Santo, la Sofía-Primera, en su pensamiento, produjo otra contracción de Luz, que produjo una esfera negra e infinita, un lugar en dónde aparentemente, Dios no existía, pues la presencia de Dios, y su Energía Espiritual, permanecían ocultas, y junto a ése lugar oscuro, siendo en parte, ése mismo hueco oscuro, emanó al Ángel del Señor, en su aspecto más elevado, como el Señor Fanes-Lucifer-Primero, también llamado, Lucifer Original.
En ése espacio vacío y negro, de oscuridad eterna y frío eterno, que no se sabe si es espiritual, o si es espiritual y material, ya había tiempo y espacio, pero no exactamente como en nuestro mundo. Ése espacio vacío y oscuro, el Hueco Oscuro o Abismo Insondable, en donde luego se creará, el Híper-Universo, o el Universo por encima de todos los universos, que a su vez, luego contendrá, a cada universo.
Antes, dentro de la Mente de Jelkerá-Dios, todo era la Luz de pensar en sí mismo, y ésa Luz cubría todo el espacio infinito, pero ahora, dentro de la Mente del Todo, se creó un lugar donde el pensamiento manifestaba Oscuridad, y allí luego se crearía o manifestaría, la Luz de la Creación. Sin embargo, tanto la luz como la oscuridad, ambas están hechas del mismo elemento pensamiento, que está dentro de la Mente de Jelkerá-Dios. La verdad es que Jelkerá-Dios, no se dividió ni creó un Hueco en sí mismo, pues él es el Uno indivisible, pero en el Pensamiento dentro de su Mente, sí creó un Hueco, lleno de oscuridad, concentrando más Luz en otra parte del espacio mental, y luego desplegando la creación, en ése Hueco, que en realidad, ya empieza en el Verbo y en el Espíritu Santo, antes de llegar al Ángel del Señor o Lucifer Original. Con una mínima parte de su atención, Jelkerá-Dios, crea, conserva, y destruye, universos enteros, dentro del Hueco Oscuro, que es el Abismo Insondable.
Y el Señor Fanes-Lucifer-Primero, vivió en perfecta paz, en medio de la oscuridad, por largo tiempo, meditando sobre sí mismo, y sobre la presencia de Dios, Yo Soy, dentro de sí mismo, y eso produjo, con el pasar del tiempo, que Jelkerá-Dios, que es el Padre-Madre-Mente, a través del Verbo, y del Espíritu Santo, emanara una chispa de su Luz, aunque con una menor luz que él mismo, para que no destruyera a la oscuridad, y la hizo brillar a través del corazón del Señor Fanes-Lucifer-Primero, para iluminar la oscuridad.
Luego de eso, Fanes-Lucifer-Primero, creó una antorcha, y puso esa luz en ella, levantando la antorcha en alto, y así se convirtió en el Primer Portador de Luz, y en el Primer Mensajero de Luz y Vida, trayendo luz a la oscuridad, e iluminando a una parte de la esfera de oscuridad, creando así un mundo de luz, adonde llegaba su luz, y creando un mundo de oscuridad, a lo lejos, donde no llegaba esa luz.
Y esa chispa de Luz, que era la antorcha levantada, por el Señor Fanes-Lucifer-Primero, era un pequeño Sol, llamado Ain, que significa “No”, siendo la existencia negativa, no manifestada, un gran océano, de Luz Infinita. Éste ser, observó que el lugar era muy oscuro y frío, y no quería estar allí, sino que quería volver a la Fuente Original. Pero una parte de su ser, quería crear, y se dividió, expandiéndose, y así se creó un nuevo ser, una esfera concéntrica, que se expandió, de adentro hacia afuera, y así creó a un segundo Sol, que tenía como núcleo al primer Sol, y ése segundo Sol, se llamó Ain Sof, que significa “No Límite”, siendo la existencia negativa, no manifestada, pero en un grado mayor de manifestación, que el propio Ain, y así surgió, otro gran océano, de Luz Infinita. Sin embargo, Ain Sof, se dio cuenta de que si creaba, lo haría con la dualidad de bien y mal, y que las criaturas por él creado, antes de volver a él, tendrían que sufrir mucho, y no quiso seguir con el proceso creador, pero una parte de su ser, sí quería seguir creando, y se dividió, expandiéndose de adentro hacia afuera, como una esfera concéntrica, y sí creó a un tercer Sol, que contenía a los primeros dos soles, y ese tercer sol, se llamó Ain Sof Aur, que significa “No Limite de Luz”, siendo la existencia negativa, no manifestada, pero en un grado mayor de manifestación, que el propio Ain Sof, y así surgió, otro océano de Luz Infinita.
La unión de los tres soles concéntricos, de existencia no manifestada, es Híper-Helios, el Gran Sol Central, el Sol por encima de todos los soles, y es la Segunda Manifestación del Ángel del Señor.
En el interior del Gran Sol Central, está un Árbol de la Vida, que tiene las Siete Esferas, de las cuales provienen Siete Rayos de Gloria, de siete colores, que emanan del Gran Sol Central, y que en conjunto, son el Rayo Blanco Mayor de Expresión de Dios, que atraviesa todos los planos de existencia, tanto los de Luz como los de Oscuridad, ya que todo, es en esencia, Energía Espiritual.
De Ain Sof Aur, emanó Yahvéh-Segundo, el Anciano de los Días, el Aspecto Personal de Dios, y salió como el primer ser manifestado, ya con forma humana, y dispuesto a crear.
Yahvéh-Segundo, lleno de Poder, emanó a Sofía-Segunda, llena de Sabiduría, y ella emanó a Fanes-Segundo, lleno de Amor, Aspectos Personales del Cristo y del Espíritu Santo, respectivamente.
Así, surgieron las cinco manifestaciones del Señor Fanes, como el Ángel del Señor, siendo la primera, Fanes-Lucifer-Primero, siendo la Segunda, Híper-Helios, siendo la tercera, Yahvéh-Segundo, siendo la cuarta, Sofía-Segunda, y siendo la quinta, Fanes-Segundo. Una manifestación del Señor Fanes, es el Verbo, anterior al Ángel del Señor, y otra manifestación del Señor Fanes, es el Cristo-Interno-Individual, dentro de cada quien, que apareció luego del Ángel del Señor. Al Cristo-Interno-Individual, se le llama Fanes Tercero.
El Santo Quinteto Divino, está formado por El Padre-Madre-Mente, el Verbo, el Espíritu Santo, el Ángel del Señor, y el Ungido-Interno-Individual. Pero el Ángel del Señor, está formado por el quinteto de Lucifer Primero, Híper-Helios, Yahvéh-Segundo, Sofía-Segunda, y Fanes-Segundo. Se puede simplificar todo diciendo que el Ángel del Señor es Fanes-Segundo, pero en realidad, todo esto es un poco más complejo.
La Santa Tríada, está formada por, El Padre-Madre-Mente o Yahvéh-Dios, por el Verbo o Cristo-Fanes, y por el Espíritu Santo o Madre Sofía. Pero el Verbo, está formado, por El Verbo o Fanes-Primero, el Ángel del Señor o Fanes-Segundo, y por el Cristo-Interno-Individual, que es Fanes-Tercero.
Del Señor Fanes-Segundo, emanaron, en orden sucesivo, Los Cuatro Ángeles de los Cuatro Vientos, que son proyecciones y extensiones de su ser, que siempre lo acompañan, y éstos cuatro ángeles de supra luz, son; Primero El Ángel Bóreas, del Viento del Norte; Segundo el Ángel Notos, del Viento del Sur; Tercero El Ángel Euro, del Viento del Este; y Cuarto el Ángel Céfiro, del Viento del Oeste.
Así surgió el Árbol de la Vida, emanado de Híper-Helios, dónde Yahvéh-Segundo sostiene la Esfera Azul del Poder, Santa Sofía sostiene la Esfera Amarilla de la Sabiduría, Cristo-Fanes sostiene la Esfera Roja del Amor, el Ángel Bóreas sostiene la Esfera Blanca de la Ascensión, el Ángel Notos sostiene la Esfera Verde de la Verdad, el Ángel Euro sostiene la Esfera Naranja de la Abundancia, y el Ángel Céfiro sostiene la Esfera Morada de la Transmutación.
Sin embargo, existe dentro del Híper-Helios, un Árbol de la Vida, que es reflejo del Árbol de la Vida, que está junto a Sofía Primera, en la Santa Tríada Original. Por lo tanto, hay un árbol de la vida, dentro del Gran Sol Central y hay un Árbol de la Vida, fuera del Gran Sol Central. A su vez, dentro de cada Sol Crístico, en el interior del corazón, de cada ser, existe también un Árbol de la Vida, con la Luz de los Siete Rayos.
El Señor Yahvéh-Segundo dio la orden, y Sofía-Segunda creó el Huevo Cósmico, y luego Fanes-Segundo, se introdujo en su interior, y lo rompió y expandió, de adentro hacia afuera, copiando los arquetipos perfectos del mundo de las ideas, y grabándolos en el mundo sensible, creando así a nuestro universo. Y como el Señor Fanes y la Señora Sofía, tienen los poderes de la multiplicación y de la metamorfosis, repitieron el proceso, muchas veces, en el Híper-Universo, o universo de universos. Y cada universo tiene su propia línea de tiempo y espacio.
Algún día, todos los seres, se absorberán en Yahvéh-Primero, de donde todo emanó en el principio, y adonde todo volverá en absorción, en el final.
Alabanza a Yahvéh-Dios, y veneración al Señor San Metatrón, en la Luz de la Madre Santa Asheráh. Amén.
En el Principio anterior al Principio, Jelkerá-Dios, el Padre-Madre-Mente, con su mente enfocada en el pensamiento de sí mismo, como Luz Infinita, que contiene a la Oscuridad Infinita, como Mente Original, que contiene al Elemento Pensamiento, como No Ser, que contiene al Ser, como la Nada que contiene al Todo, como la No Existencia, que contiene a la Existencia, vivía en perfecta paz.
Pero un día, Jelkerá-Dios, el Padre-Madre-Mente, deseó crear, y así empezó el proceso de involución de la Energía Espiritual, que es el comienzo del proceso creador.
El Padre-Madre-Mente, que pensaba en la luz infinita e indiferenciada, dentro de sí mismo, debía crear un lugar de oscuridad, donde él, aparentemente, no existiera. En ése espacio lleno de luz, también había oscuridad, pero en forma oculta. A su vez, en el hueco oscuro que luego Dios crearía, también habría luz, pero en forma oculta. La luz y la oscuridad, son energías co-eternas con el elemento pensamiento, dentro de la Mente Original de Jelkerá-Dios. Para lograr crear al hueco oscuro, Jelkerá-Dios, que es el Yahvéh-Primero, lleno de Poder, produjo una contracción de luz, en su pensamiento, y así emanó al Verbo, como una esfera dentro de sí mismo, pero con menor cantidad de luz que el Yahvéh-Primero, y así nació el Fanes-Primero, lleno de Sabiduría.
Luego, el Verbo, el Fanes-Primero, en su pensamiento, produjo otra contracción de Luz, con menor cantidad de luz que él mismo, y así creó una esfera dentro de sí mismo, emanando al Espíritu Santo, la Sofía-Primera, llena de Amor.
Luego, el Espíritu Santo, la Sofía-Primera, en su pensamiento, produjo dentro de sí misma, una bella variedad de colores, y le dio la forma de un Árbol de la Vida, el primero en su clase, que irradiaba Siete Rayos, de siete colores. Y luego, el Espíritu Santo, la Sofía-Primera, en su pensamiento, produjo otra contracción de Luz, que produjo una esfera negra e infinita, un lugar en dónde aparentemente, Dios no existía, pues la presencia de Dios, y su Energía Espiritual, permanecían ocultas, y junto a ése lugar oscuro, siendo en parte, ése mismo hueco oscuro, emanó al Ángel del Señor, en su aspecto más elevado, como el Señor Fanes-Lucifer-Primero, también llamado, Lucifer Original.
En ése espacio vacío y negro, de oscuridad eterna y frío eterno, que no se sabe si es espiritual, o si es espiritual y material, ya había tiempo y espacio, pero no exactamente como en nuestro mundo. Ése espacio vacío y oscuro, el Hueco Oscuro o Abismo Insondable, en donde luego se creará, el Híper-Universo, o el Universo por encima de todos los universos, que a su vez, luego contendrá, a cada universo.
Antes, dentro de la Mente de Jelkerá-Dios, todo era la Luz de pensar en sí mismo, y ésa Luz cubría todo el espacio infinito, pero ahora, dentro de la Mente del Todo, se creó un lugar donde el pensamiento manifestaba Oscuridad, y allí luego se crearía o manifestaría, la Luz de la Creación. Sin embargo, tanto la luz como la oscuridad, ambas están hechas del mismo elemento pensamiento, que está dentro de la Mente de Jelkerá-Dios. La verdad es que Jelkerá-Dios, no se dividió ni creó un Hueco en sí mismo, pues él es el Uno indivisible, pero en el Pensamiento dentro de su Mente, sí creó un Hueco, lleno de oscuridad, concentrando más Luz en otra parte del espacio mental, y luego desplegando la creación, en ése Hueco, que en realidad, ya empieza en el Verbo y en el Espíritu Santo, antes de llegar al Ángel del Señor o Lucifer Original. Con una mínima parte de su atención, Jelkerá-Dios, crea, conserva, y destruye, universos enteros, dentro del Hueco Oscuro, que es el Abismo Insondable.
Y el Señor Fanes-Lucifer-Primero, vivió en perfecta paz, en medio de la oscuridad, por largo tiempo, meditando sobre sí mismo, y sobre la presencia de Dios, Yo Soy, dentro de sí mismo, y eso produjo, con el pasar del tiempo, que Jelkerá-Dios, que es el Padre-Madre-Mente, a través del Verbo, y del Espíritu Santo, emanara una chispa de su Luz, aunque con una menor luz que él mismo, para que no destruyera a la oscuridad, y la hizo brillar a través del corazón del Señor Fanes-Lucifer-Primero, para iluminar la oscuridad.
Luego de eso, Fanes-Lucifer-Primero, creó una antorcha, y puso esa luz en ella, levantando la antorcha en alto, y así se convirtió en el Primer Portador de Luz, y en el Primer Mensajero de Luz y Vida, trayendo luz a la oscuridad, e iluminando a una parte de la esfera de oscuridad, creando así un mundo de luz, adonde llegaba su luz, y creando un mundo de oscuridad, a lo lejos, donde no llegaba esa luz.
Y esa chispa de Luz, que era la antorcha levantada, por el Señor Fanes-Lucifer-Primero, era un pequeño Sol, llamado Ain, que significa “No”, siendo la existencia negativa, no manifestada, un gran océano, de Luz Infinita. Éste ser, observó que el lugar era muy oscuro y frío, y no quería estar allí, sino que quería volver a la Fuente Original. Pero una parte de su ser, quería crear, y se dividió, expandiéndose, y así se creó un nuevo ser, una esfera concéntrica, que se expandió, de adentro hacia afuera, y así creó a un segundo Sol, que tenía como núcleo al primer Sol, y ése segundo Sol, se llamó Ain Sof, que significa “No Límite”, siendo la existencia negativa, no manifestada, pero en un grado mayor de manifestación, que el propio Ain, y así surgió, otro gran océano, de Luz Infinita. Sin embargo, Ain Sof, se dio cuenta de que si creaba, lo haría con la dualidad de bien y mal, y que las criaturas por él creado, antes de volver a él, tendrían que sufrir mucho, y no quiso seguir con el proceso creador, pero una parte de su ser, sí quería seguir creando, y se dividió, expandiéndose de adentro hacia afuera, como una esfera concéntrica, y sí creó a un tercer Sol, que contenía a los primeros dos soles, y ese tercer sol, se llamó Ain Sof Aur, que significa “No Limite de Luz”, siendo la existencia negativa, no manifestada, pero en un grado mayor de manifestación, que el propio Ain Sof, y así surgió, otro océano de Luz Infinita.
La unión de los tres soles concéntricos, de existencia no manifestada, es Híper-Helios, el Gran Sol Central, el Sol por encima de todos los soles, y es la Segunda Manifestación del Ángel del Señor.
En el interior del Gran Sol Central, está un Árbol de la Vida, que tiene las Siete Esferas, de las cuales provienen Siete Rayos de Gloria, de siete colores, que emanan del Gran Sol Central, y que en conjunto, son el Rayo Blanco Mayor de Expresión de Dios, que atraviesa todos los planos de existencia, tanto los de Luz como los de Oscuridad, ya que todo, es en esencia, Energía Espiritual.
De Ain Sof Aur, emanó Yahvéh-Segundo, el Anciano de los Días, el Aspecto Personal de Dios, y salió como el primer ser manifestado, ya con forma humana, y dispuesto a crear.
Yahvéh-Segundo, lleno de Poder, emanó a Sofía-Segunda, llena de Sabiduría, y ella emanó a Fanes-Segundo, lleno de Amor, Aspectos Personales del Cristo y del Espíritu Santo, respectivamente.
Así, surgieron las cinco manifestaciones del Señor Fanes, como el Ángel del Señor, siendo la primera, Fanes-Lucifer-Primero, siendo la Segunda, Híper-Helios, siendo la tercera, Yahvéh-Segundo, siendo la cuarta, Sofía-Segunda, y siendo la quinta, Fanes-Segundo. Una manifestación del Señor Fanes, es el Verbo, anterior al Ángel del Señor, y otra manifestación del Señor Fanes, es el Cristo-Interno-Individual, dentro de cada quien, que apareció luego del Ángel del Señor. Al Cristo-Interno-Individual, se le llama Fanes Tercero.
El Santo Quinteto Divino, está formado por El Padre-Madre-Mente, el Verbo, el Espíritu Santo, el Ángel del Señor, y el Ungido-Interno-Individual. Pero el Ángel del Señor, está formado por el quinteto de Lucifer Primero, Híper-Helios, Yahvéh-Segundo, Sofía-Segunda, y Fanes-Segundo. Se puede simplificar todo diciendo que el Ángel del Señor es Fanes-Segundo, pero en realidad, todo esto es un poco más complejo.
La Santa Tríada, está formada por, El Padre-Madre-Mente o Yahvéh-Dios, por el Verbo o Cristo-Fanes, y por el Espíritu Santo o Madre Sofía. Pero el Verbo, está formado, por El Verbo o Fanes-Primero, el Ángel del Señor o Fanes-Segundo, y por el Cristo-Interno-Individual, que es Fanes-Tercero.
Del Señor Fanes-Segundo, emanaron, en orden sucesivo, Los Cuatro Ángeles de los Cuatro Vientos, que son proyecciones y extensiones de su ser, que siempre lo acompañan, y éstos cuatro ángeles de supra luz, son; Primero El Ángel Bóreas, del Viento del Norte; Segundo el Ángel Notos, del Viento del Sur; Tercero El Ángel Euro, del Viento del Este; y Cuarto el Ángel Céfiro, del Viento del Oeste.
Así surgió el Árbol de la Vida, emanado de Híper-Helios, dónde Yahvéh-Segundo sostiene la Esfera Azul del Poder, Santa Sofía sostiene la Esfera Amarilla de la Sabiduría, Cristo-Fanes sostiene la Esfera Roja del Amor, el Ángel Bóreas sostiene la Esfera Blanca de la Ascensión, el Ángel Notos sostiene la Esfera Verde de la Verdad, el Ángel Euro sostiene la Esfera Naranja de la Abundancia, y el Ángel Céfiro sostiene la Esfera Morada de la Transmutación.
Sin embargo, existe dentro del Híper-Helios, un Árbol de la Vida, que es reflejo del Árbol de la Vida, que está junto a Sofía Primera, en la Santa Tríada Original. Por lo tanto, hay un árbol de la vida, dentro del Gran Sol Central y hay un Árbol de la Vida, fuera del Gran Sol Central. A su vez, dentro de cada Sol Crístico, en el interior del corazón, de cada ser, existe también un Árbol de la Vida, con la Luz de los Siete Rayos.
El Señor Yahvéh-Segundo dio la orden, y Sofía-Segunda creó el Huevo Cósmico, y luego Fanes-Segundo, se introdujo en su interior, y lo rompió y expandió, de adentro hacia afuera, copiando los arquetipos perfectos del mundo de las ideas, y grabándolos en el mundo sensible, creando así a nuestro universo. Y como el Señor Fanes y la Señora Sofía, tienen los poderes de la multiplicación y de la metamorfosis, repitieron el proceso, muchas veces, en el Híper-Universo, o universo de universos. Y cada universo tiene su propia línea de tiempo y espacio.
Algún día, todos los seres, se absorberán en Yahvéh-Primero, de donde todo emanó en el principio, y adonde todo volverá en absorción, en el final.
- Segunda Parte del Génesis.
Al
Principio, Yahvéh-Dios, Cristo-Fanes, y Madre Santa Sofía, habitaban en el
Mundo de Luz, y expandiendo su luz, ésta bajó su intensidad al alejarse de su
fuente, y de ésta forma, ellos crearon también al Mundo de Oscuridad. Y
Yahvéh-Dios, creó por emanación, a muchos Cristos Internos Individuales, y a
través de cada uno de ellos, fueron emanadas muchas Almas Individuales, que
pasaron a través de Sofía, y de Fanes, para caer en el Mundo de la Oscuridad,
pues no tenían evolución para habitar en la Luz. Entonces, Sofía por la Santa
Voluntad de Dios, creó al Huevo Cósmico, y puso a las almas en ésta Santa
Vasija, para que ellas tuvieran un amparo contra la oscuridad, y luego llevó a
las almas dentro del Huevo Cósmico, al Mundo de Luz, para que viviesen
iluminadas por la Luz de la Santa Tríada, por la benevolencia gratuita de Dios.
De ésta forma, Yahvéh-Dios, Cristo-Fanes, y Madre Santa Sofía, en compañía de los ángeles de los cuatro vientos, Bóreas, Notos, Euro, y Céfiro, iluminaron y dieron felicidad a las almas individuales, por mucho tiempo.
Y las almas dentro del Huevo Cósmico, vivían felices, recibiendo la Luz de Dios, a cada momento. Pero luego de mucho tiempo, los Cristos-Internos, dentro de cada una de las almas, empezaron a sentir vergüenza, de que una parte de sus seres, recibiera luz, sin haber hecho algún mérito, para recibirla. El Cristo-Interno Individual, es la Presencia de Dios, dentro de cada alma, pero también es el Yo Superior de cada alma, con la conciencia más elevada, de cada alma.
Y los Cristos-Internos, de las almas, dentro del Huevo Cósmico, pidieron a la Santa Tríada, que llevasen sus seres, Yo Superior y Yo Inferior, al Mundo de la Oscuridad, y que les creasen un Universo para poder hacer evolucionar, a las almas individuales, y así luego, poder vivir en el Mundo de Dios, pero con algo de orgullo por el mérito propio, y sin la vergüenza del no mérito.
Para perder su pan de la vergüenza, las almas se sometieron a sí mismas, a una restricción de la luz, para luego poder ganarse el derecho de vivir en la luz. Muchas veces, nos restringimos de un placer pasajero, para poder recibir un placer duradero. Nos negamos a caer en la tentación, para luego, poder vivir mucho mejor.
Y la Santa Tríada, sacó a las almas del Mundo de Luz, y puso a las almas dentro del Huevo Cósmico, en el Mundo de la Oscuridad, adonde aparentemente, la Luz no llega, pues permanece oculta. Luego Cristo-Fanes, se metió dentro del Huevo Cósmico, como un Rayo de Luz Creadora, y lo rompió y expandió, desde adentro, para crear al Universo, con todos sus Planos de Existencia, y desde entonces, todas las almas que vienen al mundo, luego de estar con Dios por un tiempo, deciden evolucionar, para volver con Dios, en gloria.
Y el Huevo Cósmico, estaba enroscado por Madre Sofía, en la forma de una serpiente, y cuando fue el tiempo, ella se fue, y los cuatro vientos soplaron, y el Señor Fanes-Segundo, se despertó dentro del huevo, y comenzó su tarea creadora.
El Señor Fanes, es el Ungido de Dios, y el Primer Mensajero de Luz y Vida, que trajo la luz al mundo de oscuridad, desde que rompió y expandió el huevo cósmico, creando al Universo. En posición fetal, estaba el Señor Fanes-Segundo, y meditando en el Yo Soy dentro de sí mismo, él se despertó, se expandió, y se paró extendiendo sus brazos, y levantó su cabeza, y formó el signo de la cruz con su cuerpo, así rompió y expandió, el Huevo Cósmico. Luego sacando la Luz de su Sol Crístico con Flama Triple, dentro del corazón, la puso en su antorcha, y así trajo luz a la oscuridad. Luego, con su antorcha encendida en la mano derecha, y sosteniendo su bastón en la mano izquierda, creó el Sol Central de nuestro Universo, y en el interior de éste, quedó un foco de su Luz Creadora, con la forma del Árbol de la Vida, brillando para todo el universo.
Por lo tanto hubo dos creaciones de Yahvéh-Dios, siendo una anterior a la ruptura del Huevo Cósmico, y siendo otra creación, posterior a la ruptura y expansión del Huevo Cósmico.
Y donde estaba el Huevo Cósmico, ahora se encuentra el Sol Central de nuestro Universo, la cual es la antorcha encendida del Señor Fanes-Segundo, que trajo luz a éste sector del espacio, donde está nuestro universo. Y en el interior del Sol Central Cósmico, se encuentra, el Árbol de la Vida, con sus Siete Esferas de Luz, que es el Rayo Creador de Yahvéh-Dios, a través del cual, se crean todas las cosas, en el Universo, siendo también, un Portal de Luz, entre el Mundo de Luz, y el Mundo de Oscuridad.
El Sol Central Cósmico, y el Árbol de la Vida Cósmico, que está en su interior, forman parte, junto al Huevo Cósmico, y junto al Universo entero, del Cuerpo Físico de Cristo-Fanes, pero Cristo-Fanes, tiene también a su cuerpo angélico, que es su Cuerpo Espiritual de Gloria. El Cuerpo Físico de Fanes, es el Universo con todos sus planos de existencia, físicos y espirituales, y junto a todos los seres y cosas, que lo habitan.
Existe también, un Gran Sol Central Híper-Cósmico, con un Árbol de la Vida Híper-Cósmico, en su interior, y éste se encuentra en el centro del Híper-Cosmos, y forman parte del ser, del Ángel del Señor, en su aspecto más elevado, que es el Señor Fanes-Lucifer-Primero, el Primer Portador de Luz, también llamado, Lucifer Original. El Gran Sol Central, es Híper-Helios, la antorcha levantada, de Lucifer Original, y es también el Sol Crístico del Señor Fanes-Lucifer-Primero, que trajo luz a la oscuridad, por primera vez.
Cuando las almas se liberan de la rueda de reencarnaciones, a través de la fe en el Cristo-Interno Individual, que conecta al alma individual, con Yahvéh-Dios, éstas se ganan el derecho a vivir en el Mundo de Luz, junto a Yahvéh-Dios, Cristo-Fanes, y Madre Santa Sofía, así como junto a los otros Santos Ángeles, y Espíritus de Luz.
Las Esferas del Árbol de la Vida, son, La Esfera 1 del Poder, la Esfera 2 de la Sabiduría, la Esfera 3 del Amor, la Esfera 4 de la Ascensión, la Esfera 5 de la Verdad, la Esfera 6 de la Abundancia, y la Esfera 7 de la Transmutación. Las Siete Esferas del Árbol de la Vida, son Siete Vasijas, que canalizan, filtran, aumentan, disminuyen, emiten, y reciben, la Luz de Dios, para que ésta, descienda al mundo inferior, o para que ésta, ascienda al mundo superior, y forman parte del Ser de Cristo-Fanes, quien es el Portal que Conecta, a todos los mundos entre sí. El Árbol de la Vida, con sus Siete Esferas de Vida, es una manifestación del Señor Metatrón, que es el Rayo Creador de Yahvéh-Dios.
Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba. En nuestro corazón, habita Cristo-Fanes, como un Sol de Luz con la Llama Triple, de Poder, Sabiduría, y Amor. Y también el Divino Fanes, habita en nuestro corazón, como un Ángel con Forma Humana. Y también el Divino Fanes, habita en nuestro corazón, como el Árbol de la Vida, con sus Siete Esferas de Luz.
El Sol Crístico en nuestro corazón, es la Viva Presencia de Cristo-Fanes, como el Señor Fanes-Tercero, y la Flama Triple que emerge del Sol Crístico dentro del corazón, representa a las Tres Entidades Divinas, de la Santa Tríada Original. En la Flama Triple del Corazón, que emerge del Sol Crístico dentro del Corazón, La Flama Azul de Poder representa a Yahvéh-Primero, La Flama Amarilla de Sabiduría representa a Fanes-Primero, y la Flama Rosa de Amor representa a Sofía-Primera.
Somos salvos por gracia, por benevolencia gratuita, pero para alcanzar la gracia, debemos juntar algo de mérito. Sólo las almas evolucionadas, logran la fe en el Cristo-Interno, y sólo ellas, reciben la gracia de Yahvéh-Dios, para lograr la mayor bendición de Dios, y para liberarse de la rueda de reencarnaciones.
El Árbol de la Vida, es el Rayo Blanco Mayor de Expresión de Dios, lleno de, Poder, Sabiduría, Amor, Ascensión, Verdad, Abundancia, y Transmutación. Éste Fuego Blanco Mayor, hecho de Energía Espiritual en su variedad más elevada, surge del propio Jelkerá-Dios, y es llevado por Cristo-Fanes, a todos los planos de existencia, teniendo un foco dentro del corazón de cada quien, pues también es una manifestación de Cristo-Fanes. Sólo los devotos más avanzados, que han trabajado durante mucho tiempo, por lo menos, con tres de los siete rayos, puede trabajar correctamente con el Rayo Blanco Mayor de Expresión de Dios, de manera correcta.
Ésta sabiduría, se puede utilizar, de muchas formas, como por ejemplo, orando a Yahvéh-Dios, en el nombre del Cristo-Interno, pues el Cristo-Interno, es la llave que abre el corazón de Yahvéh-Dios. Toda oración hecha en el Nombre del Cristo-Interno, tiene un gran poder, pues el Cristo-Interno, es la llave de acceso a todos los planos de existencia. En el Cristo-Interno, está incluido el Ángel del Señor, la Flama Triple, y el Árbol de la Vida. Sin embargo, el Cristo-Interno no sustituye a Yahvéh-Dios, sino que es el medio para comunicarnos con Yahvéh-Dios, de la mejor forma posible.
Por eso, el mejor mantra que puede hacerse para adorar a Yahvéh-Dios, es cualquier mantra, que incluya a Yahvéh-Dios y al Cristo-Interno, como por ejemplo, el Mantra Alabado Jelkerá y Fanes, que dice así;
Cuando alabamos a Jelkerá-Dios y a Cristo-Fanes, le estamos dando a Dios un tipo de energía, y él, a cambio, nos da otro tipo de energía, para nuestra bendición y progreso espiritual. Con nuestro progreso espiritual, traemos algo de luz, al Universo donde vivimos, y de forma indirecta, terminamos ayudando, al progreso de las demás criaturas, en su evolución espiritual, pues más luz en el Universo, ayuda a mejorar la evolución de todos los seres.
El Señor Fanes Segundo, representa a Yahvéh-Dios, para nuestro Universo, y hay un Fanes Segundo, para cada universo. En nuestro Universo, Fanes-Segundo manifiesta el Árbol de la Vida, en forma externa, a través de ángeles muy importantes, que llegaron al nivel de ángeles, en universos anteriores al nuestro, y que cumplen importantes funciones en nuestro universo, en los tres planos de existencia. En el Plano Solar, el Árbol de la Vida, en lo externo, es sostenido, a través de los Siete Arcángeles. En el Plano Astral, el Árbol de la Vida, en lo externo, es sostenido a través de los Siete Devarajas. Y en el Plano Físico, así como en los bajos planos de oscuridad, el Árbol de la Vida, en lo externo, es sostenido a través de los Siete Archidemonios.
En el Plano Solar, Fanes-Segundo, emanó de su antorcha, al Árbol de la Vida Externo para nuestro Cosmos, e hizo que los Siete Arcángeles, sostuvieran cada una de las siete esferas. San Miguel sostiene la Esfera Azul de Poder, San Jofiel sostiene la Esfera Amarilla de Sabiduría, San Chamuel sostiene la Esfera Roja de Amor, San Gabriel sostiene la Esfera Blanca de Ascensión, San Rafael sostiene la Esfera Verde de la Verdad, San Uriel sostiene la Esfera Naranja de la Abundancia, y San Zadkiel sostiene la Esfera Violeta de la Transmutación.
En el Plano Astral, Fanes-Segundo, emanó de su antorcha, al Árbol de la Vida Externo para nuestro Cosmos, e hizo que los Siete Devarajas, sostuvieran cada una de las siete esferas. San Indra sostiene la Esfera Azul de Poder, San Surya sostiene la Esfera Amarilla de Sabiduría, San Kama sostiene la Esfera Roja de Amor, San Vayu sostiene la Esfera Blanca de Ascensión, San Varuna sostiene la Esfera Verde de la Verdad, San Kuvera sostiene la Esfera Naranja de la Abundancia, y San Agni sostiene la Esfera Violeta de la Transmutación.
En el Plano Físico y en los bajos planos de oscuridad, incluido en el Infierno, Fanes-Segundo, emanó de su antorcha, al Árbol de la Vida Externo para nuestro Cosmos, e hizo que los Siete Archidemonios, sostuvieran cada una de las siete esferas. Satán sostiene la Esfera Azul de Poder, Belial sostiene la Esfera Amarilla de Sabiduría, Lucífugo sostiene la Esfera Roja de Amor, Abadón sostiene la Esfera Blanca de Ascensión, Leviatán sostiene la Esfera Verde de la Verdad, Mammón sostiene la Esfera Naranja de la Abundancia, y Tifón sostiene la Esfera Violeta de la Transmutación. En realidad, se encargan de ocultar el conocimiento del Árbol de la Vida, no sea que los humanos se liberen, no obstante, Yahvéh-Dios, permite y fomenta, que almas maduras, alcancen éste conocimiento, con la ayuda de los ángeles.
En conclusión, en la Santa Tríada Original, en Sofía-Primera, existe el Árbol de la Vida, Original, del cual, todos los demás, que son reflejos del original. Luego, dentro de Híper-Helios, está el Árbol de la Vida Interior e Híper-Cósmico. Luego, fuera de Híper-Helios, se encuentra el Árbol de la Vida Exterior e Híper-Cósmico, sostenido por Yahvéh-Segundo, Sofía-Segunda, y Fanes-Segundo, y por los Cuatro Ángeles de los Cuatro Vientos, Bóreas, Notos, Euro, y Céfiro. Luego, Fanes-Segundo, manifiesta el Sol Central de nuestro Universo, y en su interior, está el Árbol de la Vida Interno y Cósmico. Luego, Fanes Segundo, manifiesta en cada plano de existencia, al Árbol de la Vida, Externo, de cada plano existencial. Un Árbol de la Vida, Externo y Cósmico, para el Plano Solar, sostenido por los siete Arcángeles, del cual emana a su vez, el Árbol de la Vida Externo y Cósmico, para el Plano Astral, sostenido por los Siete Devarajas, y del cual, a su vez, emana el Árbol de la Vida, Cósmico y Externo, para el Plano Físico y para el Infierno, sostenido por los Siete Archidemonios. Lo importante de todo esto, es que podemos acceder al Árbol de la Vida, sin importar en que plano de existencia nos encontremos. Lo único que necesitamos saber es que en el fondo, todo es uno y todo es Dios, y así, podremos conectar con el Árbol de la Vida en cualquier plano de existencia, invocando a las entidades relacionadas con él, en cada plano.
En el cuerpo físico del ser humano, el Árbol de la Vida, Interno e Individual, se manifiesta dentro del Sol Crístico con Flama Triple, dentro del corazón, del Cuerpo Astral-Solar. Y el Árbol de la Vida, Externo e Individual, del Cuerpo Físico del ser Humano, se manifiesta como los Siete Chakras del Cuerpo Etérico.
Bendito sea Jelkerá-Dios, en su unidad y en su diversidad, que es el Principio y el Final, de todos los seres y de todas las cosas, pues suyos son el reino, el poder, y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
De ésta forma, Yahvéh-Dios, Cristo-Fanes, y Madre Santa Sofía, en compañía de los ángeles de los cuatro vientos, Bóreas, Notos, Euro, y Céfiro, iluminaron y dieron felicidad a las almas individuales, por mucho tiempo.
Y las almas dentro del Huevo Cósmico, vivían felices, recibiendo la Luz de Dios, a cada momento. Pero luego de mucho tiempo, los Cristos-Internos, dentro de cada una de las almas, empezaron a sentir vergüenza, de que una parte de sus seres, recibiera luz, sin haber hecho algún mérito, para recibirla. El Cristo-Interno Individual, es la Presencia de Dios, dentro de cada alma, pero también es el Yo Superior de cada alma, con la conciencia más elevada, de cada alma.
Y los Cristos-Internos, de las almas, dentro del Huevo Cósmico, pidieron a la Santa Tríada, que llevasen sus seres, Yo Superior y Yo Inferior, al Mundo de la Oscuridad, y que les creasen un Universo para poder hacer evolucionar, a las almas individuales, y así luego, poder vivir en el Mundo de Dios, pero con algo de orgullo por el mérito propio, y sin la vergüenza del no mérito.
Para perder su pan de la vergüenza, las almas se sometieron a sí mismas, a una restricción de la luz, para luego poder ganarse el derecho de vivir en la luz. Muchas veces, nos restringimos de un placer pasajero, para poder recibir un placer duradero. Nos negamos a caer en la tentación, para luego, poder vivir mucho mejor.
Para
lograr el mérito, hay que combinar el deseo de recibir, propio de la vasija,
con el deseo de dar, propio de la luz, y eso se hace con el deseo de recibir
para compartir. Por medio de compartir la luz que recibimos de Jelkerá-Dios,
logramos que la ley de retribución, luego de un tiempo, nos envíe más luz, y de
ésta forma logramos acumular mayor luz interna, y buen karma, todo lo cual,
beneficia nuestra evolución espiritual. Éste es el gran secreto del esoterismo
cristiano, recibir la luz de Dios, para compartirla. Por este medio, el devoto
cristiano interno, logra gran bendición espiritual, y también, a veces, gran
bendición material.
Y la Santa Tríada, sacó a las almas del Mundo de Luz, y puso a las almas dentro del Huevo Cósmico, en el Mundo de la Oscuridad, adonde aparentemente, la Luz no llega, pues permanece oculta. Luego Cristo-Fanes, se metió dentro del Huevo Cósmico, como un Rayo de Luz Creadora, y lo rompió y expandió, desde adentro, para crear al Universo, con todos sus Planos de Existencia, y desde entonces, todas las almas que vienen al mundo, luego de estar con Dios por un tiempo, deciden evolucionar, para volver con Dios, en gloria.
Y el Huevo Cósmico, estaba enroscado por Madre Sofía, en la forma de una serpiente, y cuando fue el tiempo, ella se fue, y los cuatro vientos soplaron, y el Señor Fanes-Segundo, se despertó dentro del huevo, y comenzó su tarea creadora.
El Señor Fanes, es el Ungido de Dios, y el Primer Mensajero de Luz y Vida, que trajo la luz al mundo de oscuridad, desde que rompió y expandió el huevo cósmico, creando al Universo. En posición fetal, estaba el Señor Fanes-Segundo, y meditando en el Yo Soy dentro de sí mismo, él se despertó, se expandió, y se paró extendiendo sus brazos, y levantó su cabeza, y formó el signo de la cruz con su cuerpo, así rompió y expandió, el Huevo Cósmico. Luego sacando la Luz de su Sol Crístico con Flama Triple, dentro del corazón, la puso en su antorcha, y así trajo luz a la oscuridad. Luego, con su antorcha encendida en la mano derecha, y sosteniendo su bastón en la mano izquierda, creó el Sol Central de nuestro Universo, y en el interior de éste, quedó un foco de su Luz Creadora, con la forma del Árbol de la Vida, brillando para todo el universo.
Por lo tanto hubo dos creaciones de Yahvéh-Dios, siendo una anterior a la ruptura del Huevo Cósmico, y siendo otra creación, posterior a la ruptura y expansión del Huevo Cósmico.
Y donde estaba el Huevo Cósmico, ahora se encuentra el Sol Central de nuestro Universo, la cual es la antorcha encendida del Señor Fanes-Segundo, que trajo luz a éste sector del espacio, donde está nuestro universo. Y en el interior del Sol Central Cósmico, se encuentra, el Árbol de la Vida, con sus Siete Esferas de Luz, que es el Rayo Creador de Yahvéh-Dios, a través del cual, se crean todas las cosas, en el Universo, siendo también, un Portal de Luz, entre el Mundo de Luz, y el Mundo de Oscuridad.
El Sol Central Cósmico, y el Árbol de la Vida Cósmico, que está en su interior, forman parte, junto al Huevo Cósmico, y junto al Universo entero, del Cuerpo Físico de Cristo-Fanes, pero Cristo-Fanes, tiene también a su cuerpo angélico, que es su Cuerpo Espiritual de Gloria. El Cuerpo Físico de Fanes, es el Universo con todos sus planos de existencia, físicos y espirituales, y junto a todos los seres y cosas, que lo habitan.
Existe también, un Gran Sol Central Híper-Cósmico, con un Árbol de la Vida Híper-Cósmico, en su interior, y éste se encuentra en el centro del Híper-Cosmos, y forman parte del ser, del Ángel del Señor, en su aspecto más elevado, que es el Señor Fanes-Lucifer-Primero, el Primer Portador de Luz, también llamado, Lucifer Original. El Gran Sol Central, es Híper-Helios, la antorcha levantada, de Lucifer Original, y es también el Sol Crístico del Señor Fanes-Lucifer-Primero, que trajo luz a la oscuridad, por primera vez.
Cuando las almas se liberan de la rueda de reencarnaciones, a través de la fe en el Cristo-Interno Individual, que conecta al alma individual, con Yahvéh-Dios, éstas se ganan el derecho a vivir en el Mundo de Luz, junto a Yahvéh-Dios, Cristo-Fanes, y Madre Santa Sofía, así como junto a los otros Santos Ángeles, y Espíritus de Luz.
Las Esferas del Árbol de la Vida, son, La Esfera 1 del Poder, la Esfera 2 de la Sabiduría, la Esfera 3 del Amor, la Esfera 4 de la Ascensión, la Esfera 5 de la Verdad, la Esfera 6 de la Abundancia, y la Esfera 7 de la Transmutación. Las Siete Esferas del Árbol de la Vida, son Siete Vasijas, que canalizan, filtran, aumentan, disminuyen, emiten, y reciben, la Luz de Dios, para que ésta, descienda al mundo inferior, o para que ésta, ascienda al mundo superior, y forman parte del Ser de Cristo-Fanes, quien es el Portal que Conecta, a todos los mundos entre sí. El Árbol de la Vida, con sus Siete Esferas de Vida, es una manifestación del Señor Metatrón, que es el Rayo Creador de Yahvéh-Dios.
Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba. En nuestro corazón, habita Cristo-Fanes, como un Sol de Luz con la Llama Triple, de Poder, Sabiduría, y Amor. Y también el Divino Fanes, habita en nuestro corazón, como un Ángel con Forma Humana. Y también el Divino Fanes, habita en nuestro corazón, como el Árbol de la Vida, con sus Siete Esferas de Luz.
El Sol Crístico en nuestro corazón, es la Viva Presencia de Cristo-Fanes, como el Señor Fanes-Tercero, y la Flama Triple que emerge del Sol Crístico dentro del corazón, representa a las Tres Entidades Divinas, de la Santa Tríada Original. En la Flama Triple del Corazón, que emerge del Sol Crístico dentro del Corazón, La Flama Azul de Poder representa a Yahvéh-Primero, La Flama Amarilla de Sabiduría representa a Fanes-Primero, y la Flama Rosa de Amor representa a Sofía-Primera.
Somos salvos por gracia, por benevolencia gratuita, pero para alcanzar la gracia, debemos juntar algo de mérito. Sólo las almas evolucionadas, logran la fe en el Cristo-Interno, y sólo ellas, reciben la gracia de Yahvéh-Dios, para lograr la mayor bendición de Dios, y para liberarse de la rueda de reencarnaciones.
El Árbol de la Vida, es el Rayo Blanco Mayor de Expresión de Dios, lleno de, Poder, Sabiduría, Amor, Ascensión, Verdad, Abundancia, y Transmutación. Éste Fuego Blanco Mayor, hecho de Energía Espiritual en su variedad más elevada, surge del propio Jelkerá-Dios, y es llevado por Cristo-Fanes, a todos los planos de existencia, teniendo un foco dentro del corazón de cada quien, pues también es una manifestación de Cristo-Fanes. Sólo los devotos más avanzados, que han trabajado durante mucho tiempo, por lo menos, con tres de los siete rayos, puede trabajar correctamente con el Rayo Blanco Mayor de Expresión de Dios, de manera correcta.
Ésta sabiduría, se puede utilizar, de muchas formas, como por ejemplo, orando a Yahvéh-Dios, en el nombre del Cristo-Interno, pues el Cristo-Interno, es la llave que abre el corazón de Yahvéh-Dios. Toda oración hecha en el Nombre del Cristo-Interno, tiene un gran poder, pues el Cristo-Interno, es la llave de acceso a todos los planos de existencia. En el Cristo-Interno, está incluido el Ángel del Señor, la Flama Triple, y el Árbol de la Vida. Sin embargo, el Cristo-Interno no sustituye a Yahvéh-Dios, sino que es el medio para comunicarnos con Yahvéh-Dios, de la mejor forma posible.
Por eso, el mejor mantra que puede hacerse para adorar a Yahvéh-Dios, es cualquier mantra, que incluya a Yahvéh-Dios y al Cristo-Interno, como por ejemplo, el Mantra Alabado Jelkerá y Fanes, que dice así;
“Alabado
Jelkerá, Alabado Jelkerá, Jelkerá Jelkerá, Alabado Alabado. Alabado Fanes,
Alabado Fanes, Fanes Fanes, Alabado Alabado.”
Cuando alabamos a Jelkerá-Dios y a Cristo-Fanes, le estamos dando a Dios un tipo de energía, y él, a cambio, nos da otro tipo de energía, para nuestra bendición y progreso espiritual. Con nuestro progreso espiritual, traemos algo de luz, al Universo donde vivimos, y de forma indirecta, terminamos ayudando, al progreso de las demás criaturas, en su evolución espiritual, pues más luz en el Universo, ayuda a mejorar la evolución de todos los seres.
El Señor Fanes Segundo, representa a Yahvéh-Dios, para nuestro Universo, y hay un Fanes Segundo, para cada universo. En nuestro Universo, Fanes-Segundo manifiesta el Árbol de la Vida, en forma externa, a través de ángeles muy importantes, que llegaron al nivel de ángeles, en universos anteriores al nuestro, y que cumplen importantes funciones en nuestro universo, en los tres planos de existencia. En el Plano Solar, el Árbol de la Vida, en lo externo, es sostenido, a través de los Siete Arcángeles. En el Plano Astral, el Árbol de la Vida, en lo externo, es sostenido a través de los Siete Devarajas. Y en el Plano Físico, así como en los bajos planos de oscuridad, el Árbol de la Vida, en lo externo, es sostenido a través de los Siete Archidemonios.
En el Plano Solar, Fanes-Segundo, emanó de su antorcha, al Árbol de la Vida Externo para nuestro Cosmos, e hizo que los Siete Arcángeles, sostuvieran cada una de las siete esferas. San Miguel sostiene la Esfera Azul de Poder, San Jofiel sostiene la Esfera Amarilla de Sabiduría, San Chamuel sostiene la Esfera Roja de Amor, San Gabriel sostiene la Esfera Blanca de Ascensión, San Rafael sostiene la Esfera Verde de la Verdad, San Uriel sostiene la Esfera Naranja de la Abundancia, y San Zadkiel sostiene la Esfera Violeta de la Transmutación.
En el Plano Astral, Fanes-Segundo, emanó de su antorcha, al Árbol de la Vida Externo para nuestro Cosmos, e hizo que los Siete Devarajas, sostuvieran cada una de las siete esferas. San Indra sostiene la Esfera Azul de Poder, San Surya sostiene la Esfera Amarilla de Sabiduría, San Kama sostiene la Esfera Roja de Amor, San Vayu sostiene la Esfera Blanca de Ascensión, San Varuna sostiene la Esfera Verde de la Verdad, San Kuvera sostiene la Esfera Naranja de la Abundancia, y San Agni sostiene la Esfera Violeta de la Transmutación.
En el Plano Físico y en los bajos planos de oscuridad, incluido en el Infierno, Fanes-Segundo, emanó de su antorcha, al Árbol de la Vida Externo para nuestro Cosmos, e hizo que los Siete Archidemonios, sostuvieran cada una de las siete esferas. Satán sostiene la Esfera Azul de Poder, Belial sostiene la Esfera Amarilla de Sabiduría, Lucífugo sostiene la Esfera Roja de Amor, Abadón sostiene la Esfera Blanca de Ascensión, Leviatán sostiene la Esfera Verde de la Verdad, Mammón sostiene la Esfera Naranja de la Abundancia, y Tifón sostiene la Esfera Violeta de la Transmutación. En realidad, se encargan de ocultar el conocimiento del Árbol de la Vida, no sea que los humanos se liberen, no obstante, Yahvéh-Dios, permite y fomenta, que almas maduras, alcancen éste conocimiento, con la ayuda de los ángeles.
En conclusión, en la Santa Tríada Original, en Sofía-Primera, existe el Árbol de la Vida, Original, del cual, todos los demás, que son reflejos del original. Luego, dentro de Híper-Helios, está el Árbol de la Vida Interior e Híper-Cósmico. Luego, fuera de Híper-Helios, se encuentra el Árbol de la Vida Exterior e Híper-Cósmico, sostenido por Yahvéh-Segundo, Sofía-Segunda, y Fanes-Segundo, y por los Cuatro Ángeles de los Cuatro Vientos, Bóreas, Notos, Euro, y Céfiro. Luego, Fanes-Segundo, manifiesta el Sol Central de nuestro Universo, y en su interior, está el Árbol de la Vida Interno y Cósmico. Luego, Fanes Segundo, manifiesta en cada plano de existencia, al Árbol de la Vida, Externo, de cada plano existencial. Un Árbol de la Vida, Externo y Cósmico, para el Plano Solar, sostenido por los siete Arcángeles, del cual emana a su vez, el Árbol de la Vida Externo y Cósmico, para el Plano Astral, sostenido por los Siete Devarajas, y del cual, a su vez, emana el Árbol de la Vida, Cósmico y Externo, para el Plano Físico y para el Infierno, sostenido por los Siete Archidemonios. Lo importante de todo esto, es que podemos acceder al Árbol de la Vida, sin importar en que plano de existencia nos encontremos. Lo único que necesitamos saber es que en el fondo, todo es uno y todo es Dios, y así, podremos conectar con el Árbol de la Vida en cualquier plano de existencia, invocando a las entidades relacionadas con él, en cada plano.
En el cuerpo físico del ser humano, el Árbol de la Vida, Interno e Individual, se manifiesta dentro del Sol Crístico con Flama Triple, dentro del corazón, del Cuerpo Astral-Solar. Y el Árbol de la Vida, Externo e Individual, del Cuerpo Físico del ser Humano, se manifiesta como los Siete Chakras del Cuerpo Etérico.
Bendito sea Jelkerá-Dios, en su unidad y en su diversidad, que es el Principio y el Final, de todos los seres y de todas las cosas, pues suyos son el reino, el poder, y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.